Reflexión N° 158 - Trigo de Invierno
Los campesinos rusos, cuando finaliza el otoño y todavía pueden trabajar la tierra, aran los campos húmedos y siembran una variedad de trigo. Luego caen las primeras nevadas, el suelo se congela preservando con el frío la semilla y la humedad por todo el invierno. Los campesinos se guarecen en sus magníficas casas de campo alrededor de la chimenea que preserva el calor del hogar, haciendo artesanías, leyendo y jugando al ajedrez. Cuando llega la primavera y se deshielan los campos el trigo comienza a germinar y brotar y tiene humedad hasta que madura. Vienen la cosecha y otros trabajos. Rusia se autoabastece de trigo y hornean sabrosos panes. Para ellos es un símbolo de la patria.
Aquí en Mendoza, un oasis con riego artificial en medio del desierto, hay cultivos parecidos con frutales y viñedos. Después de la vendimia al finalizar el otoño, se da el último riego mientras las hojas se ponen rojas, amarillas y caen. Las plantas parecen secas, esperando. Cuando empiezan las primeras heladas fuertes con temperaturas bajo cero, los viñateros podan las plantas dejando algunos sarmientos para el crecimiento de la próxima estación. Atan las plantas a los alambrados y no riegan más hasta que en la primavera aparecen los brotes verdes. Empiezan a regar y a cuidar las plantas, incluyendo sombrillas mecánicas para las piedras y calefactores para las heladas. Lo mismo sucede con los frutales. Cuando llega el verano cosechan, hacen vinos, desecan las frutas y dan trabajo a una gran industria alimenticia que abastece el mercado interno y se exporta a todas partes. En esta provincia, el vino es símbolo regional.
La Humanidad se encuentra en el gran cambio. Terminan las manifestaciones de esta civilización con espectaculares festivales a su manera, guerras, tsunamis, tornados, miseria y esplendores, lo que vemos en los medios de información todos los días. Una cantidad desconocida de hombres nuevos se esconden en su intimidad protegiéndose de la tormenta, como el trigo de invierno enterrado en los campos de Rusia y las raíces de los viñedos en los surcos de Mendoza. Pan y vino, símbolos de las especies del Redentor que se expresan en las misas universalmente. Las almas acuarianas permanecerán refugiadas mucho tiempo, hasta que pase el invierno de la Historia de Razas y nuevamente llegue la primavera de la época Americana conducida por el Maitreya. No tengan miedo si ven únicamente nieve y tierra helada. Llegará el tiempo del sol cuando los Santos Maestros hayan comprobado que los hombres viejos desaparecieron y aparecen los nuevos.
El único modelo sistemático de comenzar la Raza Americana fue creado y dirigido en los primeros años por el Maestro Santiago, Precursor del Maitreya y se extendió desde Buenos Aires en varias direcciones alcanzando otros países americanos. En 1962 tuvo que dejar la obra a la mitad para cumplir otra misión y Cafh empezó a declinar hasta terminar en 1984. Como los pescados fuera del agua se malogró desde la cabeza. La dispersión de las almas fue imposible de impedir y quedaron boyando en las corrientes del mundo. Pero el Maestro había dejado escrita la Doctrina de la Renuncia y bien guardada, con la encomienda que la expandieran por todo el mundo. Tal cosa ocurrió el primer minuto del tercer milenio del año 2001, por Internet y a los diez años se está consultando y estudiando en todas las naciones en varios idiomas.
Cafh fue un intento fallido del Maestro Santiago para comenzar las primeras experiencias americanas, pero las tremendas tensiones en la crisis de los cohetes cubanos que estuvieron a punto de desencadenar la guerra nuclear, las abortaron. Léanse las Enseñanzas Doctrinarias y las [Conferencias de Embalse]https://santiagobovisio.com.ar/es/ensenanzas/#curso-xlvii—conferencias-de-embalse) y se comprenderá cuán cerca estuvo de lograr una estabilidad. Pero no era el tiempo. Las dos guerras mundiales no fueron suficientes para producir el cambio; por el contrario, acentuaron los pares de opuestos y el derrumbe de la condición humana. Primero los hombres de la civilización cristiana tendrán que caer sin ninguna posibilidad de una regeneración antes que los brotes del trigo de invierno aparezcan sobre la escarcha.
La misión del Mensaje de la Renuncia, expandido por todo el mundo, es recomendar a los hombres de buena voluntad que se protejan, que vivan en el mundo como extranjeros, sin que nadie advierta el germen de nueva vida que llevan en el corazón. Las Enseñanzas del Maestro Santiago no son para las masas ni las organizaciones. El fracaso de Cafh es una prueba excluyente. Las Enseñanzas son para el secreto del alma, para la oración, para fortificar al hombre en las experiencias duras de la vida moderna y más duras aún en el futuro inmediato. Es el legado de los Santos Maestros que debemos guardar celosamente, como hicieron aquellas Ordenadas que custodiaron y protegieron las copias de las matrices que en el momento propicio, comienzo del tercer milenio y de la Raza, fueron la base fiel de las 777 Enseñanzas del Canon.
El trigo ruso duerme y espera vivo bajo la tierra helada, protegido, mientras en la superficie arrecian los temporales. Las raíces de las vides también descansan en el invierno de Mendoza, listas para salir cuando la savia empuje hacia arriba. Las almas elegidas no descansan ni duermen, sino que trasladan el centro de sus actividades al mundo interior, ese vasto espacio desconocido que espera ser descubierto con las múltiples propuestas de la nueva Raza. El alma elegida es virgen y pura y esperará activamente todo el tiempo necesario hasta que el sol de la vida la llame nuevamente a la acción, como está dicho en las primeras frases de la Enseñanza 1: Hidrochosa.
Hay muchas almas que viven la mística de la Renuncia, aunque no sean conscientes de ello ni defiendan públicamente su estilo de vida; son espontáneas y nacieron con esa condición. Cuando eran niños se manifestaban naturalmente como una cualidad de la infancia; pero transcurrieron los años y las etapas de la vida, llegaron a mayores y permanecieron desprendidos de los atractivos de la sociedad. No concurren a los templos, no hacen las cuatro oraciones de Mahoma ni están afiliados a ninguna institución religiosa. Repudian la Fiesta de la Vendimia en sus diversos momentos y no van de vacaciones al mar. Mantienen a la familia con su trabajo profesional, comercial o campesino y educan a sus hijos como ellos piden. Miran poca televisión o nada; algunos no tienen televisión ni Internet. Se relacionan discretamente con familiares y amigos y se los ve tranquilos, seguros, sin ambiciones ni codicia de posesiones ajenas. La casa que tienen, el jardín y un automóvil son suficientes. Si uno conversa con ellos los encuentra conformes y no hablan nunca de proyectos de apariencia o de viajar a otros países, aunque están en condiciones de hacerlo. Algunos pagan un diezmo del ingreso a alguna obra de beneficencia y entienden que es parte de su responsabilidad por los dones que han recibido de la comunidad: educación, remedios, libros, agua corriente, electricidad, alimentos, etc.
Esta manera de ser y vivir compartida con los seres queridos no parece ser una corriente espiritual porque no tiene títulos ni ceremonias que siempre son exteriores, para el que dirán. Las almas que estamos describiendo y conocemos viven íntimamente el secreto de la Renuncia completamente interior y, aunque no hay publicidad como en las religiones ritualistas, los resultados se manifiestan libremente en el ser, en su forma de vivir armoniosa y en el respeto que inspiran.
Como en las metáforas que hemos utilizado al principio de la Reflexión, el trigo y la vid ocultos en la tierra esperando la estación propicia para ofrendar todas sus posibilidades, así estas almas simples cumplen con las obligaciones básicas en medio de una civilización adversa, guardando los tesoros de la vida futura contenidos en el Mensaje de la Renuncia.
Recién recibí el diario de Mendoza, miércoles 18 de mayo. Ahí está el mundo moderno como todos los días, descarnado, cruel, sin futuro.
Noticias internacionales: El Director General del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss Kahn, espera juicio en una celda de alta seguridad en la cárcel de Rikers Island de Nueva York, por agresión sexual y violación de una mucama de un prestigioso hotel de esa ciudad. Fue detenido a bordo de un avión de Air France cuando pretendía escapar a Francia buscando impunidad.
Noticias nacionales: La agenda de la presidenta Cristina Fernández es secreto de estado por su mal estado de salud. Se dará a conocer día a día. A cinco meses de las elecciones el vacío opositor dejó al gobierno solo con sus fantasmas, tanto en materia política como en las más incontenibles cuestiones económicas.
Noticias locales: Conmoción por el brutal asesinato de una joven en Rodeo de la Cruz, Mendoza. Una escuela por día es objeto de ataques vandálicos.
En todos los rincones del Planeta es igual. La Humanidad está globalizada no sólo por las comunicaciones, sino también por los delitos que se cometen. Esas noticias que hemos copiado más arriba podrían haber ocurrido en cualquier lugar del mundo y de hecho ocurren. Las masas actúan con la misma conducta androide en todos los ámbitos. En lugares oscuros y apartados de la ciudad se producen violaciones como las de Nueva York y sus actores tienen el mismo nivel mental: Strauss Kahn del FMI en un hotel de lujo y un peón agrícola en un descampado de Luján de Cuyo, Mendoza.
Tenemos que aprender las leyes de la Renuncia y practicar la reversibilidad; cuando no se puede vivir afuera porque comienza el invierno, la vida entra en recesión, nos refugiamos en la interioridad, lejos de los acontecimientos destructores. En la vida interior, como el trigo enterrado y la raíz en descanso, soñamos un futuro potencial, los actos que queremos realizar cuando llegue el tiempo venidero, haciéndonos fuertes en nuestra identidad, aprendiendo a resistir.
El invierno de la historia es muy largo, muchas generaciones, siglos, hasta que se produzca el cambio. Seguramente no veremos la primavera, sino más destrucción. La misión es preservar y difundir el Mensaje de la Renuncia que nos han entregado los Santos Maestros, hasta que los hombres nuevos puedan ver el sol de la primavera.
José González Muñoz
Mayo de 2011