Reflexión N° 119 - Solitario

El hombre será universal si desarrolla plenamente sus facultades potenciales que yacen en él desde el principio. Tiene acceso a la dimensión material y, en algunos casos especiales, a los mundos plurales. En el sueño el astral se libera del cuerpo por algunas horas y la mente puede recorrer otros planos, casi siempre involuntariamente. Con el uso de las drogas alucinantes, si no está preparado, se precipita en los planos inferiores del mundo astral, donde están las larvas mentales, los elementales, los que mueren violentamente, los demonios, sufriendo horrores. Por el desenvolvimiento espiritual desarrolla las facultades que le permiten vivir en la pluralidad de los mundos, progresivamente, por etapas. La muerte y la reencarnación son las etapas que necesariamente debe recorrer el hombre si quiere perfeccionarse y llegar a la universalidad. Hay dos caminos para llegar a este estado de libertad: por el conocimiento y por la renunciación, que están explicados en el Curso “Simbología Arcaica”. Por el primero el caminante debe conocer todas las ciencias y recorrer los senderos físicos y espirituales completamente en sucesivas reencarnaciones, hasta llegar a la puerta que dice “No Pasarás”, donde esperan los seres libres de karma, sus iguales. Por el segundo camino, Mística de la Ceniza, Holocausto de Eternidad, el ser renuncia a todo sistemáticamente, bienes materiales y espirituales, meditaciones, conocimientos, derechos y deseos, incluso la búsqueda de la realización, y se libera por desprendimiento de todo el karma. También llega a la puerta que dice “No Pasarás” y se une a las almas libres formando un cuerpo místico sin dimensiones, que en la tradición de la Orden del Fuego llamamos Divina Madre.

La Raza Ario Teutónica ha llegado al conocimiento completo de la materia en poco tiempo y se encuentra ante un vacío existencial, no puede seguir más allá de lo que conoce con el racionalismo. Se siente muy desgraciada porque hay mundos que le están vedados. Algunos científicos incursionan y experimentan con nuevas técnicas y matemáticas de avanzada alcanzando a vislumbrar, en la lejanía brumosa, esos paraísos del saber, pero no saben cómo llegar. Mientras tanto, la Humanidad de 7000 millones de seres se precipita en los pantanos de la autodestrucción y muere malamente en la caída. La mayoría ha perdido todas las posibilidades de sobrevivir en esta y en otras vidas. Tal vez, la Raza Americana, cuando haya desarrollado sus posibilidades espirituales, prepare un lugar en la Tierra para esos pobres hombres que ahora son protagonistas de guerras, campeonatos de fútbol, televisión y pornografía.

Nos encontramos en el cruce de dos Razas de 24.000 años de luchas y conquistas asombrosas; no habrán combates como en la Guerra de los 1.500 años con los Magos Negros porque la nueva Raza Americana no propicia las colectividades ni las organizaciones en masa, sino la egoencia del ser, el individuo solitario. Para comprender algo de este enigma futuro, mencionaré dos películas: La Guerra de las Galaxias donde civilizaciones diferentes combaten y se aniquilan mutuamente, semejante a la guerra final contra los Atlantes. Análoga a la nueva crisis podría ser “El Señor de los Anillos”, mitología de J.R.R. Tolkien, en la cual un solitario, Frodo, derrota numerosas ejércitos y establece la paz en el nuevo tiempo que inaugura. Hay otros escritos ejemplares en las tradiciones antiguas. El Maestro Santiago escribió: “Escuché a un locutor diciendo que con el poder atómico un hombre puede destruir el mundo. Yo digo también que un hombre solitario puede salvarlo”. Esta Reflexión trata del hombre solitario y las posibilidades que tiene de vivir y triunfar en un mundo de masas desordenadas que no saben dónde ir.

La crisis de las Razas tiene dos lecturas diferentes. La interpretación histórica de la civilización de masas que habla del fin de los imperios, el derrumbe de la economía mundial, las religiones, la destrucción atómica, los cataclismos ambientales. Y la interpretación Americana, que ve el ser individual y la pluralidad de los mundos.

Hay otra prueba evidente, personal: la experiencia de Cafh. La Sagrada Orden estaba constituida por muchos grupos de estudio distribuidos por el territorio americano y prosperaban en la relación de unos con otros. Por razones que ya hemos explicado en otras Reflexiones, Cafh se terminó, siguió medrando como Fundación de intereses económicos. Quienes quedaron fuera suplican el contacto con grupos y no se ocupan de las Enseñanzas. Como los judíos en el desierto de Sinaí, lloran por las cebollas de Egipto y desprecian el maná que Dios les manda desde el Cielo. Cafh de las masas desapareció, era un obstáculo para la expansión del Mensaje de la Renuncia. Entonces apareció el maná, las Enseñanzas de los Maestros, originales, completas, libres, que se esparcieron por el Planeta para bien de los individuos que buscan la verdad.

En la sociedad de masas los más adelantados, ejércitos, universidades, corporaciones, gobiernos, etc. se organizaron en equipos y los mejores triunfaron en sus objetivos personales y materiales. Los resultados pasaron a las masas indiferenciadas. En la Nueva Era tienen mayores posibilidades los seres integrales que desarrollan sus facultades internas y practican las leyes de la Renuncia: Reversibilidad, Poder de la Gran Corriente, ética del bien y del mal, armonía de los contrarios, etc.

¿Qué posibilidades tiene el hombre común en estos tiempos para sumarse a las fuerzas crecientes de la Nueva Era? Muchas, si acepta trabajar acatando las reglas de la Naturaleza expresadas en la mística de la Renuncia. El nuevo sendero no pasa por el derecho ni las universidades, sino por la ascética mística, individual, solitaria, íntima. Acuario será una sociedad de almas solitarias que buscan su perfeccionamiento individualmente, incursionan los mundos plurales, se comunican entre sí directamente sin intermediarios, están libres del afán de posesiones y se mueven en la armonía universal. Ya hay almas así, aunque no lo sepan, particularmente jóvenes que viven espontáneamente la Renuncia y permanecen silenciosas porque no encajan en la sociedad. Si no descubren su identidad acuariana ahora, se pierden con el tiempo y tendrán que esperar una época mejor en la próxima encarnación para manifestarse sin trabas. Uno de los objetivos de las Enseñanzas es que esos pioneros desconocidos encuentren las normas de la Naturaleza, y se desarrollen integralmente.

¿Cómo puede un alma intuir sus tendencias si tiene que convivir en la sociedad de masas, andar por las calles atestadas de transeúntes apresurados, trabajar, estudiar con otros, atender a la familia y los parientes, la televisión, la competencia, etc.? ¿Existen signos Acuarianos que permitan esclarecer el misterio de la identidad en el cambio de Razas? Los hay y están en las Enseñanzas del Maestro Santiago. Hay que estudiarlas con libertad de conceptos para no mezclarlas con los sistemas de las viejas religiones y tradiciones sin destino. Aquí vamos a poner algunas de esas señales en forma sencilla, tal como se observan en las almas que manifiestan notables características acuarianas en armonía con la Doctrina de la Renuncia.

  1. El ser pone distancia con las multitudes, los grupos, las fiestas familiares y de amigos. Prefiere mantenerse solitario o con algún amigo cercano con el que comparte las mismas inquietudes.

  2. No se preocupa por el estatus social ni busca sus símbolos económicos. Organiza su vida en la sencillez, y vive siempre del mismo modo, sin ostentación en la vestimenta ni en los gastos personales.

  3. Prefiere el recogimiento al que dedica un tiempo regular para leer, meditar, estudiar o simplemente estar en silencio.

  4. No grita, es moderado en la risa y la comida, es amable.

  5. No compite, no quiere ser el primero ni el mejor. Permanece en su sitio.

  6. No es conformista; defiende a los desamparados, ayuda a los que necesitan, lucha por la justicia y el bienestar de todos.

  7. Practica las virtudes pasivas y desenvuelve sus actividades interiormente, buscando los mundos plurales en su alma; investiga en sus sueños las facultades latentes y se acerca a los Santos Maestros.

¿Cuántos hombres, mujeres, niños y ancianos viven en estas condiciones, anónimos, sumergidos en las multitudes de las metrópolis, sin darse cuenta de su identidad acuariana que todavía no ha sido revelada públicamente? Ya es tiempo que esos pioneros tomen conciencia del rol que están jugando en estos momentos cruciales de cambios y transformaciones. Son moderadores y, como dice el Maestro Santiago, ayudarán para que la destrucción planetaria en marcha no sea tan grande.

Todos los días se producen reuniones, asambleas, simposios, actos políticos entre los gobernantes ario teutónicos que han empujado a la Humanidad al borde del abismo, y no son ellos quienes solucionarán los problemas globales; por el contrario, los ahondarán (Conferencia de Kioto, Grupo de los 20, Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, etc.) Sólo un corazón solitario, o miles de ellos, pueden aliviar los sufrimientos humanos. Los problemas globales en la Raza Americana no se resuelven en las instituciones colectivas, sino en la intimidad de cada hombre, uno por uno, integralmente. Todos participan, para bien o para mal, y depende de la elección personal el resultado del dilema. ¿Si no lo resuelvo en mí, cómo podría resolverse en la colectividad? Tomemos un ejemplo. El Presidente Norteamericano actual prometió liberar a los presos torturados en Guantánamo; no lo hizo, porque íntimamente no era sincero; tenía todo el poder en sus manos y con una firma resolvía la cuestión. No lo hizo. Ahora lleva en su alma el karma de una promesa incumplida.

Si bien cada uno es pequeño ante los poderes del mundo, no obstante es universal en su mundo interior y puede resolver en sí mismo los grandes problemas de la Humanidad. Los mundos interiores se unen en los planos superiores por similitud y ofrenda. El solitario, socialmente puede hacer poco, pero espiritualmente puede todo. Además, el porvenir le pertenece.

José González Muñoz
Agosto de 2010.

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