Reflexión N° 130 - La Muerte de Santiago Bovisio

“Como todo es orden y armonía en el Universo, nuestro planeta está rodeado, por decir así, de tres esferas concéntricas de Seres Divinos, Semidivinos y Superiores, que ordenan, protegen y regulan los destinos de la Tierra y sus habitantes. Cuando una raza decae y otra empieza su ciclo, cuando hay que dar otro impulso a las actividades humanas y es más imperiosa la necesidad, estos Seres vienen directamente a vivir con nosotros.”

La muerte de Santiago Bovisio es una incógnita desde el momento de producirse el deceso hasta nuestros días y ningún discípulo ha intentado alguna explicación que conforme el corazón de aquéllos que lo conocieron y quedaron huérfanos de su asistencia personal. No tenía reemplazantes en la conducción de la obra ni en la dirección espiritual. Todos quedamos quebrados de algún modo y al pasar los años el recuerdo de su enseñanza se sublima y se perfecciona. Dejó un legado para la Humanidad, que había pedido en el último Mensaje de Plenilunio, los Cursos completos de Enseñanzas que se divulgan por Internet.

Los Grandes Iniciados son inaccesibles para el hombre común que no posee los instrumentos mentales necesarios para comprenderlos tal como ellos son. Un ejemplo claro fue la Gran Iniciada Cleopatra cuyas acciones fueron deformadas por sus enemigos romanos. Pero el Maestro Santiago que conocía bien la mentalidad egipcia dio una explicación histórica, coherente y creíble, aunque los estudiosos actuales prefieren la leyenda del áspid. Leer “La Muerte de Cleopatra”, del Curso “Grandes Iniciados del Fuego”.

El tema que estamos considerando no sólo es muy reciente por lazos afectivos con los discípulos todavía vivos, sino que además los acontecimientos externos que rodearon el suceso están sumidos con una oscuridad que el Maestro quiso resguardar hechos y motivaciones. Nosotros vamos a intentar una aproximación, no para comprenderlo, sino para aclarar y coordinar las circunstancias históricas de ese momento, 1962, cuando se ponía en movimiento la crisis de los cohetes atómicos cubanos que estuvieron a punto de encenderse provocando la guerra nuclear y la destrucción de una parte de la Humanidad. Estas conjeturas son crítica histórica en la que juegan los poderes políticos de Estados Unidos, Unión Soviética y Cuba. En un nivel diferente, pero con un poder muy superior, la acción de los Grandes Iniciados protegiendo a la Humanidad.

Terminada la segunda guerra mundial quedaron dos grandes triunfadores: La Unión Soviética, vencedora de Alemania con el mejor ejército del mundo en ese momento, y los Estados Unidos, vencedores de Japón con la mejor marina de guerra y las bombas atómicas. Pocos años después la Unión Soviética construyó su propio arsenal nuclear y empezó la competencia entre las dos superpotencias y el temor mutuo desarrollando el equilibrio bipolar. En 1958 la Unión Soviética lanzó el primer hombre al espacio y lo trajo sano a la Tierra. Los Estados Unidos estaban atrasados en ese emprendimiento espacial y enloquecieron; se construyeron refugios antiatómicos por miles y los militares del Pentágono trabajaban febrilmente para achicar la manifiesta superioridad rusa.

Era la presidencia de Kennedy, muy popular, joven, sin experiencia internacional y sin cultura histórica, fanático de las novelas policiales del agente 007. “¿El satánico doctor No?” Unos años antes los cubanos expulsaron al dictador Batista que huyó a Norteamérica y empezaron su revolución socialista expropiando las grandes haciendas norteamericanas y de la Iglesia. El Che viajó a Rusia y comenzó la relación política. Estados Unidos invadió Cuba y fue derrotada en Bahía de los Cochinos. Cuba fue embargada completamente.

Mientras tanto las relaciones con Rusia se tensaron. Estados Unidos cubrió el norte de Turquía y de Irán con cientos de cohetes nucleares de alcance intermedio. Aviones de reconocimiento de gran altura cruzaban la Unión Soviética desde Turquía hasta Suecia. También acumularon cohetes en las bases de Alemania Federal. El Pentágono no podía perdonar la derrota de Cuba y prepararon una segunda invasión de 350.000 soldados (estas informaciones las reveló públicamente Fidel Castro muchos años después, cuando las relaciones internacionales eran más armoniosas). La prueba inicial era la invasión a Cuba y esperar la reacción del Kremlin. Pero rusos y cubanos se adelantaron y plantaron unos sesenta cohetes nucleares en las selvas de Cuba, operados por técnicos rusos. Kennedy denunció por televisión la amenaza y estaba listo para intervenir. Se lanzó el alerta rojo a todas las unidades de combate y de defensa civil. Unos años más tarde se le preguntó a Castro qué habría pasado si explotaban las bombas y respondió que todo el sudeste de Estados Unidos quedaba destruido y Cuba desaparecía del mapa. En definitiva, el origen del enfrentamiento era la artillería nuclear que Estados Unidos había montado en Turquía, Irán y Europa. Kruschev se jugaba el todo por el todo, y su política era no entregar el poder del mundo a una potencia belicista. Ante esta situación límite, los dos países convinieron iniciar conversaciones lo antes posible, antes que un error desencadenara la guerra nuclear.

Éste es el momento de mostrar la acción de los Grandes Iniciados y presentar las conjeturas que surgen de los acontecimientos con algunas noticias anteriores, al menos las que corresponden a Santiago Bovisio. Comenzamos esta Reflexión copiando la misión de los Seres Divinos que nos protegen y regulan los destinos de la Tierra y sus habitantes. El Maestro Santiago había declarado a un grupo de discípulos que Fidel Castro y el Che eran los hijos más obedientes que tenía. No sólo se ocupaba de la Sagrada Orden, sino también del destino de América. Fuera de Cafh tenía otros discípulos directos a los que guiaba. Los jefes de las potencias son Grandes Iniciados también y tienen sus protectores astrales, aunque por las obras que cumplen en vida sean enemigos entre sí: Nelson y Napoleón, Hitler y Stalin. Desde los mundos superiores los Maestros Espirituales vigilan que cumplan sus misiones y controlan que no rompan las reglas de juego, como estaba por ocurrir en la crisis cubana. No hay noticia pública sobre los protectores de los actores de la crisis, pero siempre los han tenido.

La manera más eficiente de actuar sobre las mentes encarnadas es desde los planos superiores y cuando es urgente la necesidad estos Grandes Seres regresan a su mundo espiritual abandonando la Tierra y formando con otros Maestros un frente de gran energía que influye en las decisiones políticas de los hombres, para proteger a la Humanidad. Las Enseñanzas hablan de lo ocurrido en este ámbito durante la Guerra de los 1500 años entre Arios y Atlantes. Conocemos la actuación del Maestro Santiago por la influencia que tenía sobre los líderes cubanos y podemos suponer que los adversarios tendrían también sus guías astrales.

A Rusia no se la podía invadir, pero sí destruirla atómicamente. Cuba estaba a un paso y todo estaba preparado. Pero la presencia y disponibilidad de los cohetes alejaron el peligro. Acuerdo alcanzado: Los norteamericanos retiraban todo el arsenal atómico de Turquía e Irán y se comprometían a no invadir Cuba. Los rusos retiraban los cohetes de Cuba y todo quedaba como estaba antes. Pero los halcones del Pentágono estaban furiosos contra Kennedy y aceptaron otro objetivo: Vietnam, que no era peligro para nadie, fue invadida y bombardeada cruelmente. Los vietnamitas al mando de Giap expulsaron a los invasores perdiendo 3 millones de vidas. En 1963, los enemigos de Kennedy lo asesinaron en Dallas.

En enero de 1962 el Maestro ya sabía que tenía que dejar la Tierra pronto, aunque no la fecha exacta. Ordenó la construcción de dos mausoleos, uno en Magdalena, cerca de La Plata, en el cual colaboré para su construcción, y otro en Almafuerte, cerca de la Comunidad de Embalse, porque ignoraba dónde se encontraría, si en Buenos Aires o en Córdoba, sus dos residencias. Mientras tanto ordenaba las cosas de Cafh y atendió la Asamblea de Plenilunio, produjo cambios y escribió el largo Mensaje de la Expansión, su testamento espiritual. Como siempre guardó silencio sobre los cambios que se avecinaban, aunque poco a poco insinuaba suavemente entre los Hijos su desaparición, principalmente en la Comunidad de Mujeres. Pero tenía 57 años y muchas tareas para hacer, fundación de nuevas Tablas y Comunidades por América, Colegios educativos, casas de retiro, etc. Siempre estaba de buen semblante y nosotros no sospechábamos nada porque no había motivos. Yo seguía atendiendo a los chicos de la escuela Niños Argentinos en La Plata, y los demás en sus tareas habituales.

El 2 de julio de ese año estando en Embalse, ordenó preparar el auto para viajar a Buenos Aires. Julio conduciría el vehículo. A la mañana siguiente apareció todo blanco de nieve y seguía nevando con fuerza. Tomaron la ruta hasta Río Cuarto y de allí, por la 8 hasta Capital Federal. Yo le he preguntado a Julio sobre algunos detalles del viaje. Dos veces le ordenó que bajara para limpiar el parabrisas, pero después no se acuerda de otra cosa. El Maestro permanecía con los ojos cerrados, meditando como acostumbraba en los viajes largos. A la salida de Río Cuarto se produjo el choque frontal con un ómnibus de larga distancia. Julio quedó inconsciente y con muchas heridas. Santiago Bovisio estaba muerto con un moretón pequeño en la frente. Sus restos están en la cripta de Embalse, junto con su esposa Amelia y su hijo Leo.

El Maestro Santiago dominaba completamente la técnica para provocar la muerte mística, como está explicada en las Enseñanzas. El accidente fue una formalidad para explicar su alejamiento de la Tierra. La vida de los Hijos continuó por diferentes rumbos. Yo me refugié en las montañas de Mendoza y construí una Aldea de los Niños para educarlos en ecología.

Hace pocos años la Fundación Aldea estableció un premio a la fidelidad que se entrega anualmente el 29 de septiembre, día del nacimiento del Maestro. Este año correspondió a un ex alumno del Colegio Leo Bovisio. La noche anterior nevó y la Sra. Luz Lucero, que vive en La Aldea, una sanadora prestigiosa que recibe pacientes de muchos lugares, incluso Nueva York, recibió la visita astral del Maestro Santiago. Conversaron largamente porque ella está habituada a esas experiencias. El Maestro le dijo “que cuidara este lugar porque tiene una radiación muy fuerte, los árboles, sus enfermos”. Y agregó que “anteriormente se había ido dejando la obra sin terminar porque tenía una misión muy importante que cumplir desde el Cielo”. Pronto volvería. Y desapareció. Luz me contó estos y otros detalles al día siguiente.

José González Muñoz
Noviembre de 2010

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