Reflexión N° 121 - ¿Por qué escribo?

Empecé a escribir las Reflexiones poco tiempo después que aparecieron las Enseñanzas del Maestro Santiago Bovisio en Internet. Antes había escrito las “Cartas desde el Monasterio” que se difundían por correo y algunos libros impresos que repartí entre mis amigos. Estando Las Enseñanzas en Internet al alcance de todos, incluso en varios idiomas, ¿para qué comentarlas y mirarlas de otra manera si decían lo que tenían que decir? Muchas veces me pregunté si no sería una repetición inútil, un trabajo innecesario.

En primer lugar son mis reflexiones, mis pensamientos personales sobre la Doctrina de la Renuncia, una labor íntima para mí que todavía sigo buscando en las Enseñanzas del Maestro el consejo para los problemas de la vida y del más allá. Y aprendo diariamente. La mayor parte de mis meditaciones no pasan por la escritura, quedan allí en ese estado intermedio de la realidad y los sueños, cultivando una amistad entre ellas que más tarde dan fruto a un trabajo que considero puede ser útil a los lectores. Entonces escribo.

En mi caso el oficio de escribir es relativamente sencillo, como construir una repisa de madera o pintar una habitación. Lo que tengo que decir está en mí y sólo tengo que copiar con la computadora las ideas que están expresadas interiormente. Escribo rápido. Luego viene la censura que puede durar muchos días, en la gramática y en la expresión. A veces es tan rigurosa que la Reflexión abortada queda en el canasto de los papeles y no se distribuye, ni yo la vuelvo a leer. No me lamento.

El Maestro Santiago empezó a escribir las Enseñanzas desde el momento que llegó a la Argentina. Algunas las trajo consigo procedentes de Chef, la versión Europea de la Orden del Fuego, donde se educó, en Venecia. Otras son universales en diversas instituciones, dicen más o menos lo mismo, están impresas y a la venta en las librerías. Las Enseñanzas que son consideradas aptas para la Raza Americana y fueron escritas por el Maestro para ese fin, con la ayuda astral permanente de El Celador (Girolamo Savonarola), están en el Canon mezcladas con otras en los Cursos. Algunas de ellas se estudiaban en los Grupos de Cafh, según un programa anual que elaboraba el Caballero Gran Maestre. Se estregaban copias individuales escritas a máquina que, al terminar el año, se quemaban. Al año siguiente se ofrecían otras. Pero muchas jamás tuvieron uso en Cafh. ¿Por qué las escribió el Maestro si no se usaban? Nunca hubo una respuesta porque eran desconocidas por los Hijos. Estaban guardadas y selladas en las Matrices en un lugar reservado y secreto. Con la difusión en Internet para todos salieron a la luz en el año 2001.

Santiago Bovisio expresó en cierta ocasión que “No le interesaban las personas, sino las ideas”. Imitando al Eclesiastés podríamos decir: “Las generaciones vienen y van, pero las ideas permanecen”. Pasaron las generaciones por la Sagrada Orden del Fuego, en Europa y América, muchas están muertas y quedan unas pocas perdidas en el desorden de la vida moderna, la misma Orden terminó su presencia física en la Tierra, pero quedaron las ideas fundamentales de la Época Americana en sesenta naciones de todos los continentes. Sobre esos cimientos se construirá la nueva Humanidad.

La expansión del Mensaje de la Renuncia ha adquirido vida propia, tiene suficiente masa crítica para superar su inmovilidad inicial y por sí misma se desenvuelve en crecimiento sostenido. La última estadística de Julio señaló copias desde el sitio Web de 60 millones de Kbytes. Sin duda, la gente las necesita en todas partes y en todas las condiciones, aunque fueron escritas hace más de 50 años y el mundo era diferente al actual. Contienen la simiente del presente y del futuro y los hombres se preguntan: ¿Y ahora qué va a pasar? ¿Empezó el Apocalipsis? ¿Qué será de mí?

¿Llegaron tarde las Enseñanzas? No. Ni aún aquéllos que tenían acceso a las mismas en Cafh durante años las comprendieron. Sólo pensaban en sí mismos y en sus necesidades. Tenía que llegar el tiempo del Gran Dolor Planetario, ahora, para que los hombres busquen la Renuncia. Está unida al destino de la Raza Americana, que recién empieza al final de los viejos tiempos. Miren el Planeta. ¿Alguien puede solucionar las catástrofes ecológicas, los incendios de Moscú, la tala de bosques y selvas de Brasil, los derrames de petróleo en el Golfo de México, la miseria existencial de la Humanidad, la corrupción de los religiosos católicos, la extinción de las especies? No; pero ahora cuando el sufrimiento y la muerte golpea en la casa de todos, los hombres lloran y buscan un remedio. La solución planetaria es el Apocalipsis para que desaparezcan los androides y sobrevivan los pocos Americanos predestinados que están desarrollándose y naciendo. Los Relatos Acuarianos se desenvuelven en una época lejana 10 milenios adelante y sobreviven 2 millones de Americanos con una naturaleza física y espiritual diferente.

Nadie sabe que es Americano hasta que lo demuestra. La identidad de la Nueva Raza es un misterio divino y sólo se revela con la realidad de los hechos. Hay muchos predestinados que esperan, encarnación tras encarnación, que llegue la hora de trabajar directamente en la construcción del nuevo mundo. Pero lo que estamos presenciando todos los días es la destrucción de la vieja civilización, material y espiritualmente. Quienes pertenecen a la Raza Americana no pueden trabajar constructivamente en la sociedad actual, porque no conocen qué hay que hacer; las pocas referencias del futuro están anotadas en las Enseñanzas y hay que desentrañarlas. Su misión es testimonio secreto y protección para los que nacen con la misma tarea. Hasta que desaparezcan las estructuras de la Civilización Occidental, metrópolis, población, fábricas, comunicaciones, ejércitos, etc., pasarán muchos años de ruina hasta que termine la perversidad humana y el Planeta descanse. Después, lentamente, vendrán los niños y hombres nuevos.

Entonces, ¿para qué escribo? Mi trabajo es una búsqueda en la oscuridad. Los Discípulos de los Grandes Iniciados Maitreya, Santiago Bovisio, Blavatsky, Ghandi, Ramakrishna y otros están vivos, pero no conocen su identidad. Deambulan entre la multitud sin encontrar su destino. Hay muchos en todas partes, China, Federación Rusa, Australia, América del Sur y Norte, Europa, pero no conocen su misión. Ya no hay tareas sociales ni políticas; tampoco religiosas, científicas ni culturales. Tales actividades se derrumban unas tras otras dejando ruinas y sufrimientos. El hombre debe descubrir en su intimidad qué es y para qué ha encarnado una vez más. La búsqueda es mística, solitaria y poco a poco irá revelando su identidad permanente, que no cambia ni se permuta, la que proviene desde el comienzo. Las Enseñanzas del Maestro Santiago le ayudarán en ese trabajo interior, porque la Renuncia es la Ley del Mundo Futuro sin la cual no se podrá convivir.

Los Acuarianos, que ya existen en todas partes, ¿cómo harán para desarrollarse sin instrumentos sociales ni un mutuo conocimiento de relaciones, sumergidos en una sociedad de masas compacta, sin fisuras, despiadada? El Mensaje de la Renuncia se expande sin promociones por lejanas regiones de diversos idiomas y costumbres y cada Enseñanza arraiga en ese suelo como una semilla de futuro que a su tiempo, cuando el destino lo propicie, crecerá, dirá lo que tiene que decir y será escuchada por los hombres nuevos, tal vez no nacidos todavía, que esperan cada uno su hora. En el más allá se reconocen espontáneamente por un estado de similitud y, cuando llegue el momento de la plenitud americana, encarnarán por oleadas para repoblar el Planeta devastado por desastres naturales y guerras interminables. Esta destrucción ha comenzado como se comprueba en las noticias diarias y va en aumento año tras año. También ha comenzado el nacimiento de los niños Americanos que tienen la difícil misión de continuar la vida humana en su condición esencial de supervivencia, desechando las escorias de la civilización y protegiendo las simientes de la vida nueva: renuncia, liberación individual, egoencia, los mundos plurales, la libertad espiritual.

El Imperio Romano organizó las naciones del Mediterráneo durante 1000 años con el poder del derecho y de las fuerzas armadas. Después, la Iglesia Romana continuó la cohesión con el dogma y la vida monacal que perduró hasta el Renacimiento. Desde la Revolución Francesa hasta nuestros días la civilización cubrió todo el planeta con las industrias, la tecnología y las ciencias. En los últimos años las comunicaciones planetarias instantáneas han producido una Humanidad sin sabios ni propuestas, incomprensible, una termitera donde miles de millones de seres se repiten en las más elementales formas de vivir. Es el fin de la Raza Teutónica súper materialista con un solo objetivo: la acumulación de dinero.

Empezó la Raza Americana y la única expresión visible son las Enseñanzas del Maestro Santiago expandiéndose velozmente por los continentes. Las Enseñanzas se pueden leer, bajar de Internet, transmitir; son tangibles, como la Biblia, como el Bagavat Ghita. Y, resultado inicial de esa obra y de la asistencia de los Maestros Espirituales, está la presencia invisible, íntima, apenas insinuada del Mensaje de la Renuncia en algunos privilegiados que han contactado con la nueva vibración Acuariana, que se empieza a sentir en lugares predestinados. En el Planeta hay muchos lugares donde desciende el Poder de la Gran Corriente, poco frecuentados, solitarios, donde las almas sensibles encuentran paz y convicción de la Nueva Era que se aproxima. Allí, en esa quietud, el alma se siente participante de una comunidad invisible, fascinante, que le atrae y le hace feliz. No está solo; forma parte del Cuerpo Místico de la nueva Humanidad.

Todas las grandes obras, antes de constituirse materialmente, se forman astralmente: los Planetas, las especies vegetales y animales, las Razas, los hombres. Desde el comienzo de Acuario, incluso antes, se gestaron los precursores, almas valientes que se adentraron en la oscuridad del futuro para señalar los senderos. Con la expansión de las Enseñanzas de la Renuncia, donde están señaladas las leyes que se vivirán en los próximos milenios, se está gestando el Cuerpo Místico de la Humanidad soñada por los idealistas de todas las épocas. Acceder a las Enseñanzas, leerlas, estudiarlas y hacerlas conocer a los amigos es ya un compromiso de vida, una aventura maravillosa, una participación precursora en el Cuerpo Místico de la Era Americana.

José González Muñoz
Septiembre 2010

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