Reflexión N° 153 - Crónicas del Último Siglo Humano

1900: Descubrimiento de la radioactividad por Becquerel, Pierre y Marie Curie.

Primeros años: Max Planck, descubrimiento de la mecánica cuántica. Desarrollo del motor a explosión, diésel, automovilismo, cinematografía, telegrafía sin hilos, ferrocarriles eléctricos, teléfonos interoceánicos, aviación, conquista de los polos, Gran Bretaña primera potencia con un inmenso imperio marítimo, “Las Señoritas de Avignon” de Picasso,“Consagración de la Primavera” de Igor Stravinsky.

Primera Guerra Mundial: Veinte millones de víctimas. Mecanización de los instrumentos guerreros, aviación, tanques, gases asfixiantes, comunicaciones inalámbricas, submarinos, declinación del colonialismo, fin de los imperios europeos, revolución marxista de Lenin.

Entreguerras 1918-1939: Cambio de modas, el “Ulises” de James Joyce, la cinematografía moderna, sonora y en color, expansión del automovilismo y los viajes, comienzo de la televisión, distribución del poder político mundial: Alemania, Unión Soviética, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y Japón. Hitler es designado Canciller de Alemania, Roosevelt es elegido Presidente de Estados Unidos, Stalin asume todo el poder en la Unión Soviética y comienzan los Planes Quinquenales, Japón gran potencia marítima inicia la conquista de China, Mao asume la dirección del Partido Comunista y resiste a los japoneses con guerra de guerrillas, carrera armamentista mundial, Alemania produce la primera fisión del uranio base de la bomba atómica.

Segunda Guerra Mundial 1939-1945: Sesenta millones de víctimas. Hitler conquista Europa desde el Ártico hasta el Mediterráneo. Inicia la invasión de la Unión Soviética, pero es vencido por Stalin en 1945 con la conquista de Berlín. Destrucción completa de ciudades, fábricas y ferrocarriles. Japón ataca a los Estados Unidos en Hawai, pero es destruido en 1945 con el bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki. Cambio de sistemas de combate: guerra relámpago con tanques, aviación, tropas mecanizadas, cañones de gran poder, cohetes acorazados, bombardeos masivos y, finalmente, guerra atómica. El mapamundi ha cambiado completamente, se inicia el fin del colonialismo y surgen dos superpotencias que dominan a la Humanidad: Estados Unidos y la Unión Soviética.

Guerra Fría 1945-2011: Se llamó así al enfrentamiento entre Capitalismo y Comunismo, encabezados por Estados Unidos y la Unión Soviética, ambas poseedoras de un terrible arsenal atómico capaces de destruirse mutuamente, y al mundo entero también. Los armamentos alcanzaron dimensiones aterradoras y se crearon alianzas y nuevas formas políticas: Las Naciones Unidas con todos los países, la OTAN dirigida por Estados Unidos para enfrentar a Rusia y Pacto de Varsovia para oponerse a la OTAN. Mao vence a los ejércitos de Chang Kai Shek y declara la creación de la República Popular China que, con los años, se ha convertido en la nación más rica del mundo. La proliferación nuclear se ha extendido: Estados Unidos, Federación Rusa, Gran Bretaña, Francia, China, Israel, India, Pakistán, Corea del Norte. Los rusos ganaron la carrera espacial con el primer satélite, primer astronauta Yuri Gagarin, primera estación espacial MIR y otros adelantos. Se le han sumado Estados Unidos y China. El mundo se ha globalizado con las comunicaciones satelitales y una misma cultura para todos. Las finanzas se han hecho abstractas y se puede negociar desde cualquier lugar si se posee las claves secretas de las comunicaciones. Nadie sabe dónde está la riqueza, tal vez en el espacio electrónico. La realidad se ha hecho virtual como esas películas 3D que imitan perfectamente las cosas y las ficciones en las que el usuario no sabe bien dónde se encuentra ni quién es. Pero la realidad es terriblemente real, material y espiritual, como se experimenta en la vida, no en una sala o una pantalla. La inundación de Nueva Orleans con tantos muertos por el huracán Katrina demostró a muchos que la ficción de la romántica ciudad era un sueño. Y en estos momentos, el desastre de las usinas atómicas del Japón les está enseñando a muchos japoneses, maestros del virtualismo, que la vida en los nuevos tiempos que se han anunciado, se sostiene en la renuncia. ¿No aprendieron nada en Hiroshima y Nagasaki? ¿Por qué no vivieron sencillamente, como antaño, como enseñan las tradiciones en libros y pinturas?

2011 en adelante: ¿Qué podemos decir? Está a la vista de todos, en los diarios, en la televisión, en la calle, en las escuelas primarias y secundarias, en la universidad, en la familia cuando existe, en la degradación de las costumbres y las relaciones entre hombres y mujeres, en las villas y favelas, en los negocios sucios, la corrupción generalizada, en la política. Las Enseñanzas del Maestro Santiago han ofrecido los instrumentos del espíritu para que el alma pueda desenvolverse en estos tiempos: ideas, ejercicios de meditación, examen retrospectivo, historia de tiempos antiguos y modernos, método de vida, la economía providencial, las experiencias de la vida en Comunidad, los Protectores Astrales, el desapego y tantas otras guías que ayudan a vivir. ¿Hemos aprendido? ¿Estamos aprendiendo…?

En los milenios anteriores, con registros documentados, los hombres cambiaron poco y las variaciones fueron culturales, el arte, las religiones, los sistemas políticos. No hay muchas diferencias humanas entre los persas de Darío y los griegos de Alejandro, los árabes de Saladino y los cruzados de Ricardo Corazón de León, la batalla naval de Lepanto y la de Trafalgar, las modas de Luis XIV y las de Napoleón III.

El cambio comienza con la tecnología del siglo XIX y estalla a partir de 1900 con el descubrimiento de las leyes energéticas. El hombre y la civilización se distancian en sentidos opuestos: el ser humano retrocede año tras año hacia estados primitivos de la existencia, se masifica en grandes concentraciones de millones de personas, el arte decae, se extienden la drogadicción, las desviaciones sexuales, la inseguridad en la ciudad y el campo, las guerras mafiosas, se vive en la indigencia moral y social, la educación no ayuda y es reemplazada muchas veces con programas alienantes, la Humanidad ha llegado a más de seis mil millones de seres con grandes proporciones sin destino. En el otro extremo del espectro, las ciencias físicas, biológicas y la tecnología derivada producen maravillosos descubrimientos en la materia, el espacio exterior, los organismos vivos, las comunicaciones, las transmutaciones energéticas hasta límites asombrosos. Los grandes avances de las ciencias son producidos por una minoría pequeña de Grandes Iniciados preparados desde el más allá para el adelanto evolutivo de la Raza. Los abismales retrocesos psíquicos y sociales de las masas son provocados por los androides, aquéllos que están perdiendo su condición humana y regresan a la edad de piedra aunque estén frente a un televisor y hagan viajes por el mundo.

No habrá cambio de Razas hasta que la presente haya cumplido sus misiones al máximo de sus posibilidades y esto está ocurriendo con la civilización cristiana. Pasaron muchos siglos preparando los instrumentos mentales, Descartes, Newton, Pasteur, hasta que llegó el momento de realizar la misión: conquista de la materia. Similar proceso ocurrió al final de la Raza Atlante que poseía extraordinarias condiciones psíquicas, pero debía llevarlas al límite. Tal cosa ocurrió con el grupo de los Magos Negros y la guerra de los 1500 años: dominio de los elementales, rayo de la muerte, monstruos de acero, máquinas voladoras. Pero cayeron; esas conquistas de la psiquis los condujeron a la autodestrucción. Lo mismo está ocurriendo ahora. Los enormes avances de la informática y la ingeniería empujan a la Humanidad al caos físico y ambiental. La civilización actual irá desapareciendo lentamente para que surja la Raza Americana.

La obra de la nueva época acuariana será la armonía de los valores materiales y espirituales según afirman las Enseñanzas de la Orden del Fuego y los Maestros que han divulgado el plan divino. En la situación presente esto es imposible porque nunca ha estado más alejada la materia del espíritu. Los hombres se precipitan en los abismos personales y globales y la desorientación vocacional se va generalizando. La materia está al servicio del poder y a punto de estallar, no sólo en las industrias, las finanzas y las catástrofes terrestres, sino en la misma Humanidad. Los instrumentos del cambio total están listos para cumplir su tarea.

El espíritu reside en los hombres de diversos planos de la realidad y en algunos elegidos terrestres que resisten la precipitación y se rebelan silenciosamente. No todos los espirituales responden al llamado de los valores superiores y hemos visto caer en los últimos tiempos a sacerdotes, pastores, miembros de Órdenes Espirituales, ermitaños de todas las corrientes, sabios y profesores. El empuje de los instintos materiales es muy fuerte, arrastrados por la energía del dinero y las comunicaciones. Caerán hombres, caminos espirituales y la Tierra se convertirá quizás en un desierto con algunos oasis de palmeras y manantiales de agua clara que surgirán de las profundidades. Allí encontrarán los predestinados el lugar del encuentro, como en épocas remotas y hablarán el lenguaje común del amor fraterno y vivirán solidariamente. Será en un tiempo muy largo, no para estas encarnaciones, sino más adelante, cuando el Planeta haya encontrado nuevamente la armonía. En nuestros “Relatos Acuarianos”, publicados en este mismo sitio del Canon damos un tiempo de diez mil años, la mitad de la Raza, para llegar a ese equilibrio justo entre las diversas cualidades que están prometidas a los hombres.

¿Cómo podemos empezar el cambio? Por el individuo, nosotros mismos. Esperar que otros trabajen, las instituciones organicen y los Maestros encabecen las transformaciones es una postura equivocada. Desaparecieron Jesús, Buda, Krishna y la conducción divina. No hay Maestros que nos digan qué debemos hacer para seguirlos como rebaños. Cada uno encontrará su camino de realizaciones y lo seguirá con esfuerzos y sacrificios. Ésta es la mística de la Renuncia, Ley del mundo futuro, que tenemos que adoptar. En las Enseñanzas del Maestro Bovisio están las guías y los instrumentos del espíritu que hay que desarrollar para conquistarlas.

José González Muñoz
Abril de 2011

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