Reflexión N° 95 - Santiago Bovisio

El 29 de Septiembre de 2007, un amigo me pidió, en la Aldea de los Niños, que explicara en una Reflexión quién fue Santiago Bovisio, cuyo natalicio celebrábamos en esa fecha con una fiesta. Este amigo había trabajado durante ocho años, intensamente, en la Edición Canon de las Enseñanzas completas del Maestro y en esos días había logrado instalarlas en Internet, en tres idiomas: español, inglés y portugués. Ya estaban en Edición Príncipe, impresas en español. No obstante las continuas lecturas y estudio de las mismas, Santiago Bovisio permanecía en la oscuridad. ¿Quién era? También para mí es un misterio.

He abierto una carpeta en la PC con el título de “Santiago Bovisio”; pasan los días y todavía está en blanco. Para mí, que tanto he escrito sobre él y sus obras, sigue siendo un enigma, no obstante que empecé a conocerlo en 1951 y he estado cerca de él en las Comunidades. He soñado muchas veces con su figura y sus palabras, incluso me ha visitado en dos ocasiones astralmente en la Aldea, enseñándome a manejar el Poder de la Gran Corriente. Pasan los años, envejezco rápidamente y el enigma del significado persiste.

¿Cómo comenzar la búsqueda del sistema más eficaz para acercarse a la solución del misterio, partiendo de la oscuridad? ¿Cuál es el grado de conocimiento que puede lograrse en este asunto imponderable? Es imposible lograrlo en una breve Reflexión como ésta. Lo intentaremos aunque sea parcialmente imitando a los grandes investigadores que lograron resultados extraordinarios. En mi caso, me basaré en la conjetura del matemático Poincaré, de principio del siglo XX, que dice: “Si un lazo, en un espacio determinado, puede deformarse hasta un punto, sin que se rompan ni se pinchen el lazo ni el espacio, ese lazo es equivalente a una esfera”. Transcurrió el siglo sin que nadie pudiese presentar una prueba convincente, hasta que el geómetra ruso Gregory, de Leningrado, en 2004, presentó por Internet unas 20 páginas solucionando las dificultades: “Esbozo dialéctico sobre la conjetura de Poincaré”. Durante dos años las academias del mundo estudiaron las pruebas y concluyeron que eran acertadas, premiando el trabajo, pero el autor no le dio importancia y continuó sus paseos por los bosques de Leningrado, buscando hongos y pensando. Una conjetura es un juicio probable que se forma de las cosas o sucesos por las señales que se ven u observan. Poincaré vio la pluralidad de los mundos en lenguaje matemático y emitió una conjetura para conciliarlos. Es considerado por la posteridad como el verdadero descubridor de las leyes de la Relatividad. En la figura de Santiago Bovisio observamos muchas señales visibles, concretas y las presentamos para establecer una conjetura que nos permita acercarnos a su significado humano.

Primera señal

Primera señal: Las Enseñanzas en Edición Canon. Constituyen la más fuerte y evidente señal de su pensamiento y, por lo tanto, de su personalidad. El Maestro no tuvo historias externas, como otros sabios; su vida y sus experiencias eran interiores, de la mente, astrales, místicas, de transmutación de energías. Las Enseñanzas del Canon son fidedignas de las que escribió personalmente y en algunos casos, dirigió, aunque otros las redactaron. Penetrar en el cuerpo de las Enseñanzas es explorar el alma del Maestro en la medida que lo permitió al darlas, y el estudiante tenga capacidad de adentrarse en ellas. Ahora están completas impresas en la Edición Príncipe, reservada, pero todos pueden acceder a ellas por Internet en los tres idiomas mencionados, porque el texto es igualmente Canon. Como toda obra esotérica, antigua, tiene siete interpretaciones y quien pretenda comprenderlas integralmente deberá dilucidar las siete vertientes. La primera versión es de lectura literal, tal como está dicho y el investigador debería meditar suficiente tiempo, por lo menos un año en la Enseñanza que le atraiga para sacar conclusiones. Tal vez esa primera incursión le revele la clave de las otras seis. El mejor método es el que se practicaba en Comunidad: aprenderla de memoria. Entonces, estando la Enseñanza dentro del investigador, recordándola al instante, repitiéndola como una plegaria, mentalmente o en voz alta, la Enseñanza se transformará en oración, en una fuerza del alma. En los estratos profundos, en interacción con el subconsciente, la Enseñanza irá revelando sus secretos sellados, se iluminará y emitirá una señal significativa.

Segunda señal

Segunda señal: Cafh, Sagrada Orden de los Caballeros Americanos del Fuego. En el Universo mágico de Santiago Bovisio era indispensable la Sagrada Orden si quería plasmar en la Tierra el Mensaje de la Renuncia. Cafh era una proyección de la Sagrada Orden del Fuego que reside y actúa en las dimensiones astrales. Su instrumento de acción es el Poder de la Gran Corriente, que los Santos Maestros transfieren al Caballero Gran Maestre de Cafh, y por ese punto de inflexión, a toda la Obra, Enseñanzas, Hijos, escuelas, bendiciones, asistencia a los necesitados, salud para los enfermos, economía providencial. Había una simetría perfecta entre el Cielo y la Tierra; los Ángeles subían y bajaban por la Escala de Jacob. Cafh prosperaba no sólo en Hijos, sino también en Renuncia. Después que murió el Fundador, sus sucesores actuaron personalmente, acumularon riquezas materiales y el punto de inflexión desapareció. No hubo más bendición Ired. La Orden Cafh se terminó y miles de almas quedaron a la deriva, sin destino. La segunda señal se apagó y la oscuridad que le siguió hasta hoy, es una prueba ecléctica del significado interno de Santiago Bovisio.

Tercer señal

Tercera Señal: Poderes espirituales. El Maestro Santiago era superdotado en poderes parasicológicos: clarividente de nacimiento, viajes astrales, invisibilidad, sanador magnético, profecías, memoria y lectura de los anales akásicos, magia, muerte mística, etc. En la Enseñanza “La vida interna de la Tierra” del Curso “El Devenir”, relata un viaje astral al centro del planeta, solo; más tarde declaró que apenas pudo escapar del tremendo poder de Bhumi. Los Maestros le dieron permiso, pero no la bendición; tuvo que disponer de sus propias fuerzas. En el Curso “Ciencia de la Vida” describe la constitución interna del hombre, energética, con sus centros y funciones, como no se encuentra en ningún texto esotérico y que él, clarividente experto de gran poder, pudo explicar en detalle. En el Curso “La Renuncia en el Mundo y en las Almas” describe sus experiencias personales sobre la práctica de ejercicios ascéticos: el 17 de Septiembre de 1934 realizó el ejercicio de enviar el Kundalini hasta el centro coronario. En 1936 hizo ejercicios de transporte a los planos inferiores. En 1944 en viaje a Tucumán reprodujo los dolores de un gran ser, vivió la corona de espinas, el dolor de las llagas, etc. El 3 de Julio de 1962 muere de muerte mística en viaje hacia Buenos Aires. Su memoria era prodigiosa, hasta de vidas pasadas, como está relatado en el Curso “Historia de las Órdenes Esotéricas”, describiendo detalles de la vida del Faraón Iknatón, la corte y los nombres de sus hijas. En la Enseñanza “El Templo de la Iniciación”, de Amón, en el que era Sumo Sacerdote, describe aspectos claves que puede relatar sólo quien lo ha visto. El templo desapareció y permaneció enterrado en las arenas; nunca fue descubierto ni excavado. Conocemos de él por las Enseñanzas.

Cuarta señal

Cuarta señal: Las obras sociales. El Maestro escribió: “La Renuncia es la doctrina social por excelencia y ley del mundo futuro”. Fundó y dirigió la Orden Savonaroliana al poco tiempo de arribar a la Argentina. Años más tarde, en Rosario, la Universidad Espiritualista Argentina. En Buenos Aires fundó y dirigió hasta su muerte la Sagrada Orden de los Caballeros Americanos del Fuego, Cafh. También fundó la Asociación de Cultura Espiritual Argentina, ADCEA. En Córdoba, Sierras de Calamuchita, el Colegio Santa Rosa, llamado luego Leo Bovisio en recuerdo de su hijo que murió en la adolescencia. Más tarde, en San Ignacio, la sección varones. En Mendoza fundó la Escuela Mercedes de San Martín. En La Plata, la Escuela Niños Argentinos. En Santiago de Chile, el Colegio Florence Nightingale. Personalmente participó en asistencia del Cottolengo de Buenos Aires y en los primeros años atendiendo a niños de orfanato en el Leo Bovisio.

Quinta señal

Quinta señal: La persona. Sólo pueden atestiguar quienes lo conocieron personalmente y tuvieron trato permanente, como fueron los primeros amigos y los Ordenados de Comunidad que aún subsisten, entre los que me cuento. Era afable, bondadoso, moderado en el hablar y en el reír. Muy pulcro en su vestimenta, exigía limpieza a sus subordinados. Las Comunidades y Colegios eran impecables. No toleraba la menor grosería en su presencia y los recreos de Comunidad, aunque breves, eran una fiesta del espíritu en su compañía.

Conjetura: Si un ser, en una dimensión determinada, puede transformarse hasta un punto de inflexión, sin destruirse él ni a los demás, ese ser es un libertado en todas las dimensiones.

Las doctrinas politeístas conocen todas las dimensiones de la realidad. Las doctrinas monoteístas reconocen sólo una: la materia. Sus partidarios desarrollan una personalidad estática en una estructura inmóvil; siguen en línea recta hasta que estallan. Santiago Bovisio, Sumo Sacerdote del Templo de Amón, politeísta, existía en todas las dimensiones de la realidad, no tenía una personalidad estática, participaba de la filosofía del ser y del no ser. Su alto grado de Renunciación le permitía una transmutación perfecta hacia cualquier dimensión y estado para trabajar en la Gran Obra. Es imposible definirlo. Se reconocen las señales de sus acciones, pero no su ser interior, que sólo él puede definir. Viajero incansable del tiempo y del espacio, en todas las dimensiones, sigue siendo un enigma. Él mismo se definió en el último de los Oms Superiores:

HIMNO AL LIBERTADO

Mato a las diosas del mal y de las malas pasiones.
Navego sobre las aguas dominadas por Anhunit.
Conozco mucho, muchísimo, al hijo del hombre erecto.
(Conozco) la guerra del mal que libra Philo.
(Conozco) las tres cualidades de Beatriz.
(Conozco) a Ahehia que es igual a Hes.
Y (conozco) a Horushatum (el libertado) por las tres palabras supremas,
Ihes es el canto de Hes.

¡Santiago Bovisio! ¡Fue, es y siempre será mi guía!

José González Muñoz
17 de Octubre de 2007

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