Reflexión N° 66 - El Mensaje de la Renuncia
En el año 1957, el Maestro Fundador produjo una revolución en la obra que estaba construyendo desde su presencia en América a través del Mensaje de Plenilunio, en el cual da vuelta al revés las bases de las ideas que había traído consigo desde Europa, el concepto de aislamiento y secreto que gobernaba las Órdenes Esotéricas de todo tipo, incluyendo Cafh. Puede comprobarse en el Reglamento Fundacional y en los Mensajes pronunciados hasta ese año. El Mensaje que hemos comentado anteriormente, “Sed extranjeros”, es un modelo del estilo de vida de los grupos espirituales de todo el mundo: el desenvolvimiento espiritual de los individuos es un asunto interior, particular, intransferible. Para las comunicaciones entre las almas están las Religiones, con sus templos colectivos, los sacerdotes, los premios y los castigos. El Mensaje de la Renuncia es una reversibilidad, e invita a la acción directa revolucionaria sobre las almas. Debemos declarar que la propuesta no fue aceptada por los seguidores, y aunque la repetían de memoria, no pasó del limbo de las cosas lindas que tenía Cafh para la dicha personal. Como el texto es fundamental para comprender la historia posterior a la muerte del Maestro, lo copiamos íntegro y luego reflexionaremos.
“El Mensaje de la Renuncia” - Número 11 - Año 1957
“¡Hijos de Cafh: Mirad hacia el valle del mundo donde las almas claman por su salvación y reciben como respuesta rayos de luz oscurecidos, rugidos de los abismos profanados, voces proféticas de destrucción o voces de esperanzas dadas por intermediarios!
Hijos de la Madre: ¿Por qué no descendéis entre los hombres para enseñarles vuestra experiencia de Renuncia?
Llevad, Hijos de la Llama, vuestro Mensaje vivo a las almas, vuestro Mensaje de Renuncia. Sólo desterrando del corazón de los hombres el Credo de Posesión podrán resucitar y vivir.
Llevad vuestro Mensaje de Renuncia a las almas: como mística, como credo, como ciencia, como técnica, como moral, como suprema sabiduría.
Lleven los Hijos Patrocinados su Mensaje de Renuncia de gustos.
Lleven los Hijos Solitarios su Mensaje de Renuncia de bienes.
Lleven los Hijos Ordenados su Mensaje de Renuncia de vida.
La Renuncia es la Ley del mundo futuro y vosotros, Hijos de la Madre, estáis entre los precursores que viven esta Ley que será el modo de vivir de los hombres que vendrán.
¿Serán tan consecuentes con su Misión los Hijos de Renuncia que impidan la inminente destrucción que precederá a la era de Sakib?
Llevad, Hijos de la Madre, vuestro Mensaje de Renuncia a las almas emanando de todo vuestro Ser esta Renuncia hecha en vosotros luz, comprensión y vida.
Avistad con ojos de águila este mundo futuro, sed heraldos y experimento de esta era nueva por venir.
Hijos de Cafh: A través de vuestra Renuncia dilucidad claramente los valores actuales que están por caducar; que os sea concedido, como don clarividente de experiencia, vislumbrar y preparar ese mundo donde los sabios y los santos serán sacerdotes, legisladores y guías de la Humanidad; donde los que moderan y distribuyen las corrientes económicas de los pueblos serán considerados gobernantes de los mismos; donde los productores serán los benefactores de la Humanidad, donde desaparecerán los intermediarios entre Dios y el hombre, entre el maestro y el alumno, entre el productor y el necesitado.
Llevad vuestro Mensaje de Renuncia a todos los sectores humanos, a todas las almas, indistintamente, no haciéndoos intermediarios sino unificándoos con todos ellos, con todos sus problemas, con todas sus ansias y angustias.
Sed estudiantes entre los estudiantes, obreros entre los obreros, desheredados entre los desheredados, capaces entre los capaces. La Renuncia les hará ver a todos que sólo el ansia de posesión, como imagen mental y estado emotivo, es la que separa a los hombres en sectores y castas.
Enseñad que la Renuncia es vida.
¿Por qué ser sometido al dolor y a la muerte que es la Ley de Renuncia consecuente, cuando la Renuncia, al quitar la posesión de la vida, brinda la participación permanente de la misma?
Hijos de Cafh: ¡Llevad vuestro Mensaje de Renuncia a las almas, participando de las ideas nuevas y diversas filosofías sociales para captar lo bueno y real en cada una de ellas; participando de la nueva Religión del Futuro que fermenta hoy en todos los movimientos espirituales del mundo; enseñadles que todos son Hijos de una misma Luz.
Hijos de la Llama: Llevad vuestro Mensaje de Renuncia a todos los hombres indistintamente, enseñadles que el bien de los pueblos no es el resultado de guerras y revoluciones, sino de la capacidad expansiva, fruto del sacrificio, del trabajo, de las migraciones y de la Renuncia de lo superfluo.
Llevad vuestro mensaje de Renuncia viviendo la vida de todos y participando de las ideas de todos. ¡El primer paso para enseñar la Renuncia es despojarse de sí mismo, de los propios gustos, de los propios bienes, de la propia vida!
Guiad a las almas hacia ese mundo sin trabas; es apremiante la necesidad, es ésta la hora.
¡Hijos de la Madre, Hijos de Cafh: Llevad al mundo angustiado y expectante vuestro Mensaje de Renuncia!”
El Mensaje es contundente, inequívoco, afirmativo, y no da lugar a interpretaciones sobre el texto, aunque se pueden agregar consideraciones sobre los efectos que produjeron en las almas de Cafh, ya que estaba dirigido explícitamente a ellas. ¿Qué pasó después? ¡Nada! Todo siguió igual que antes, cada uno en la feliz posesión del Voto, un título de honor en tal Grupo, las Reuniones, los Retiros, las Enseñanzas y maravillosos Mensajes de Plenilunio cada año.
Los Mensajes de Plenilunio siguientes, reiteran el clamor de 1957, y muchas Enseñanzas insisten en esta línea; la Orden había llegado a la madurez y había que empezar a dar; los años de aprendizaje habían concluido y era necesario empezar el trabajo para el cual habían sido preparados. El Maestro siguió incansable en su prédica de apostolado hasta su muerte. Cafh se agrandó, tuvo muchas Tablas, se extendió hacia otras regiones; pero no dio nada a la Humanidad; todo quedó reservado únicamente para los Hijos de Cafh. Y cuando no se da, la Obra muere; para 1984 Cafh había terminado.
Pasaron los años y la Humanidad continuó sus ciclos de vida, imperturbable. El Mensaje de la Renuncia quedó olvidado y no se habló más del Maitreya ni de la Nueva Era; la prioridad era crecer, acumular posesiones, ponerse al día, modernizarse. Afuera el mundo se preparaba para despedir al siglo XX con grandiosos espectáculos triunfales.
Reversibilidad
En el Primer Día del Tercer Milenio se produjo la Reversibilidad; las puertas que encerraban la Misión con cadenas de acero, saltaron hechas pedazos y las Enseñanzas del Maestro Santiago recorrieron en un instante todo el planeta, fueron recibidas por los hombres y se quedaron con ellos para siempre, una alianza entre los Santos Maestros y la nueva Humanidad. El pasado quedó atrás, envuelto en los gritos desesperados de la raza que desaparece: Nueva York 11 de Setiembre; Irak; Tsunami, Katrina, pandemia, calentamiento global, etc.
El Sol de Maitreya es la luz que ilumina los tiempos venideros. Cuando los Santos Maestros establecen un programa de acción concreto para la evolución de la especie humana, nada ni nadie puede impedir que este plan se cumpla, cueste lo que cueste. La sucesión de Razas y Subrazas se produce matemáticamente como demuestra la Historia, aunque no podamos adivinarlo. El paso de la Quinta a la Sexta Subraza ha sido previsto exactamente con mucha anticipación por los sabios que estudiaron los ciclos astrológicos. El cambio que estamos experimentando fue anunciado en las Enseñanzas escritas detalladamente desde comienzos del siglo XX; el Maestro Santiago preparó a otros hombres para que continuaran la misión después de su muerte; entregó las copias preservadas de las matrices originales; facilitó el acceso inmediato a los medios electrónicos en los idiomas aptos para ese fin; protege sin interrupción la integridad del Mensaje y su expansión en las naciones, y está abriendo otros cauces para esa expansión.
El Maestro Santiago no está solo; lo acompañan los Grandes Iniciados de la Sagrada Orden del Fuego y los discípulos que pasaron al más allá para establecer un puente de comunicaciones entre el Cielo y la Tierra.
Poco a poco, estimulados por la liberación de las Enseñanzas, se van formando grupos de trabajo en muchas partes de América que, en forma incipiente, vuelven a trabajar en la Misión.
El Mensaje de la Renuncia tiene fuerza propia irresistible y una dinámica especial. Está llegando al mundo.
José González Muñoz
Enero de 2006