Reflexión N° 6 - La Aceleración de la Historia
Si se leen con atención las Enseñanzas del Maestro Santiago, se verá que la evolución de la Humanidad procede por etapas siguiendo un Plan Divino que comienza con la creación del sistema solar y llega hasta nuestros días. Para la ciencia esotérica la formación del hombre se inicia en otros planetas creando y perfeccionando los diversos cuerpos del ser. Cuando empieza la evolución terrestre, ya tiene formado su cuerpo astral, y en la Tierra inicia la construcción de su cuerpo físico con la primera Raza Raíz, Urania, en la Antártida, hace 16 millones de años. Estos conocimientos pueden estudiarse en los Libros: “El Sistema Planetario”, “Antropogénesis”, “Historia del Hombre”, e implícitamente, en todos los Cursos. El túnel del tiempo que evoluciona termina en el presente y sus incógnitas; pero no es homogéneo ni regular: a veces se detiene y descansa, en estado potencial; a veces acelera y se mueve mucho, en estado manifiesto. Estos cambios han sido registrados en los documentos de la ciencia histórica que podemos leer en los libros; durante la Edad Media hubo un tiempo potencial en Occidente; con el Renacimiento se produce una aceleración general. En la actualidad, por los extraordinarios avances de la ciencia, la tecnología y la ocupación plena de la Tierra, la aceleración del tiempo ha tomado un ritmo vertiginoso, casi una locura, que deja a los hombres muy atrás en los fenómenos, transformándolos en marionetas de un destino que no comprenden. Racionalmente no se puede entender, ni por la economía, ni por la justicia, ni por el instinto de conservación de la especie; hay otras fuerzas superiores que están actuando sobre la faz de la Tierra y que obedecen al Plan Divino de los Santos Maestros. Estas Reflexiones pretenden explicar un poco esto, siguiendo las Enseñanzas.
La Humanidad se encuentra ahora sumergida en un fenómeno universal del cual apenas se tiene experiencia documentada, aunque ya ha ocurrido otras veces en tiempos remotos: el cambio de Subraza.
El último cambio de produjo hace 24.000 años, cuando los nacientes Arios Teutónicos aniquilaron definitivamente a los Atlantes en la Guerra de los 1.500 años, para dar comienzo a una nueva era, guerra recordada en las leyendas del Ramayana. Ahora se inicia la nueva edad de Acuario, o Subraza Americana, con la presencia del Gran Iniciado Solar Maitreya. Los fenómenos que se están produciendo en todos los órdenes visibles, climáticos, económicos, destructivos, tecnológicos, genéticos, son atípicos y formidables, sobrepasan los pronósticos y las fantasías. Sólo encuadrándolos en el sistema de evolución tradicional y en consideración del Plan Divino, pueden entenderse en parte. No es posible prever con certeza lo que sucederá mañana, porque las claves del futuro las tiene el Maitreya, y todavía no las ha revelado. Tal vez nunca las revele totalmente, y la Humanidad tendrá que conocerlas por experiencia.
Pero lo importante y urgente es cómo debemos actuar ahora, cuando el vendaval de los acontecimientos sociales nos hace rodar por tierra, como hojas al viento. Estamos en medio de la crisis del cambio y no hay ningún rumbo conocido. Las Enseñanzas del Camino de la Renuncia hablan especialmente para estas situaciones extremas, y su aplicación es inmediata e individual. Estamos en tiempo de supervivencia y no hay elección; como el náufrago entregado a las olas del mar, tiene que nadar para vivir; no hay elección.
El cambio es universal y abarca a toda la Humanidad, sin excepciones de pueblos o regiones. Si se observan diferencias entre unas naciones y otras, Estados Unidos y la India, Suecia y el Zaire, por ejemplo, es por la discontinuidad y variaciones del tiempo histórico que actúa según las características y el karma de cada pueblo, pero el porcentaje de bien y de mal es parejo para todos; unos sufren por unas cosas, otros sufren por otras. Y todos están en orfandad ante el futuro avasallador que se precipita sobre nosotros. ¿Dónde está la poderosa Unión Soviética? Desapareció. ¿Dónde están las orgullosas torres de Nueva York? Las derribaron. Todos estamos en las mismas condiciones frente al destino de Acuario.
a. El Imperio Contraataca
Después de la disolución de la Unión Soviética, la hegemonía del poder mundial pasó sin discusión a los Estados Unidos. La capacidad disuasoria atómica de la Federación Rusa es tan fuerte como antes, pero el fracaso de su experiencia revolucionaria le ha quitado iniciativa. Gigantes y temibles, China y la Federación Rusa, se mantienen inatacables en la quietud, alejados sabiamente de las distorsiones que provoca la hiperactividad de los norteamericanos. Y en este inmenso espacio vacío que es la Tierra, salvo las dos excepciones que hemos mencionado, desolado por una civilización que agoniza, el Imperio se mueve por todas partes. Los rezagos de las antiguas civilizaciones, ahora agotadas, se revuelven en los estertores de la agonía: fundamentalistas islámicos de diversas tendencias, los judíos que quieren hacer un Estado imposible, los cristianos inmovilizados en sus tradiciones, y muchas otras corrientes que se afanan por una cuota de poder. Y de esta muchedumbre sin nombre ni destino, surgen los desesperados que proceden por la acción directa. Sus títulos son muchos: talibanes, paramilitares, ETA, piqueteros, antiglobalistas, traficantes de drogas, parias hambrientos, rebeldes suicidas, y muchos que ya no tienen nada que perder.
Pero Bush los ha amenazado solemnemente: “Atacaremos en todas partes del mundo donde ellos estén, y a las naciones que los alberguen”. El Imperio contraataca. Ya lo ha hecho en Afganistán, destruyendo insensatamente y sin lograr su objetivo. Ahora están incursionando en Filipinas. Otras naciones están amenazadas públicamente. El presupuesto militar aumenta sin cesar, y sus portaaviones atómicos patrullan todos los mares. No importa que Ben Laden siga vivo y pueda realizar nuevas acciones; el Imperio manifiesta supremacía en todo el planeta a cualquier precio, en vidas y en dinero. El Imperio jamás resignará su posición, aunque tenga que inmolarse; lo que empezó en Hiroshima y reiteró en Nagasaki marcó su destino para siempre. Como señala la visión del Oso y la Leona, en las Enseñanzas: ambas naciones serán destruidas, Rusia y los Estados Unidos, pero una parte de la Humanidad se salvará.
b. Decadencia de la Argentina
En todas partes llama la atención la decadencia en que ha caído la Argentina, como Estado y como pueblo. Es difícil explicar por qué una nación con tan vastos recursos, buena formación profesional de sus dirigentes, pacíficas relaciones con sus vecinos, instituciones políticas y sociales a la altura de las europeas, haya descendido tanto en la injusticia social, en la corrupción generalizada de los que más tienen, en la inseguridad policial, y en el desprestigio internacional. Los mismos argentinos no lo saben, y dan explicaciones circunstanciales que no explican nada. Sólo indagando profundamente la Enseñanza Universal de este tiempo de recambio histórico pueden comprenderse los fenómenos que agobian a los pueblos de todo el mundo. Se ha llegado al final de un ciclo; hay que abandonar las conquistas logradas, por más buenas que sean, y empezar una nueva forma de concebir la realidad. Hay que dejar de lado las vestiduras culturales que recubren al hombre, para construir otras nuevas. Hay que renunciar. Cada individuo debe renunciar. La Humanidad debe renunciar a sus logros antiguos. La violencia que se observa en todas partes, Buenos Aires, Nueva York, Afganistán, Palestina, etcétera, por nombrar las situaciones más críticas, nace de la resistencia de los hombres a dejar lo que está consumado. Los apegos esclavizan a los individuos y a las naciones; pero los mandatos del destino son incoercibles, y cuando la Renuncia no surge espontáneamente, brota con violencia y a la fuerza, como está ocurriendo ahora, muy especialmente en la Argentina.
La Argentina vio nacer el Mensaje de la Renuncia hace más de medio siglo y el Maestro Santiago lo predicó incansablemente entre los suyos. En una Enseñanza, pregunta: “¿Serán tan consecuentes con su misión los Hijos de la Renuncia que impidan la inminente destrucción que precederá a la Era de Sakib?” (Acuario). Indudablemente no lo fueron, porque la destrucción ya está aquí, irreparablemente. Y así como este pueblo fue pionero en recibir el mensaje del futuro, también es el primero en experimentar sus efectos. Deducimos que en la Argentina se ha producido una fuerte aceleración del tiempo, como anuncio y experimento de lo que ocurrirá en todas partes. No tiene sentido dar explicaciones económicas, psicológicas, políticas y de otras formas de lo que es una fatalidad; es más útil prepararse, actuar cuando todavía hay tiempo, empezar ya la supervivencia. Medite el lector las Enseñanzas del Camino de la Renuncia como salvación, que le serán más beneficiosas que todas las explicaciones.
c. Buenos Aires como Imagen del Mundo
Buenos Aires es una metrópolis de 12 millones de habitantes, la mitad viviendo mal en el cinturón de villas miserias que rodean el centro y que ahora lo han invadido masivamente. Estas multitudes vinieron de todas partes atraídas por la ilusión de un país rico y tolerante; provincianos del campo, bolivianos, peruanos, paraguayos, chinos de Taiwán, coreanos, libaneses, sirios, y de otros lugares lejanos. Es una imagen del mundo en pequeño, con sus esperanzas y sus miserias. Como en un laboratorio humano de dimensiones técnicamente controlables, durante medio siglo experimentó las formas sociales de post guerra, desde la subversión armada y la guerra, hasta el capitalismo salvaje de los últimos años, desde la euforia de la “plata dulce” hasta la mendicidad actual en las calles del centro ¿Y cuáles han sido los resultados de esta experiencia piloto que pudieran servir de lección al resto del mundo? El desencanto, la incredulidad, la desilusión de una civilización que termina aquí, el fracaso.
En la boca del túnel del tiempo, donde los actos se transforman en fuerzas inapelables, quedan identificados los actores de una época que concluye y los anuncios de otra época que empieza: una civilización planetaria, ilimitada, monótona, globalizada y decadente ocupando todos los espacios posibles; una multitud indiferenciada deambulando sin destino; grupos rebeldes sobrevivientes de antiguas culturas que pretenden una identificación imposible; naciones, pueblos, etnias y culturas errantes; y un Gran Poder que ha asumido las tareas policiales de control y sumisión de todos a su Imperio, en la locura de querer inmovilizar el devenir de la Historia. Como puede verse, la tensión entre el pasado y el futuro, está cada día más caliente. Los desórdenes en Argentina son la prueba, y un adelanto de lo que vendrá.
¿Pueden hacer algo los Estados Unidos con todos sus recursos para aliviar los males? No pueden, ni les interesa. Sólo miran su Imperio. En los ataques a Irak, Kosovo y Afganistán, nunca contaron los enemigos muertos ni la destrucción que causaron. Un poder puede subsistir, creen ellos, sobre las ruinas de los otros, sean personas o naciones.
Lector, sólo hay un Camino evidente: la exaltación de la vida practicando el Renunciamiento. Abandonemos el ansia de posesiones materiales por la libertad espiritual, “vivamos en el mundo como si no perteneciéramos al mundo”, busquemos la paz, la quietud y el silencio. Esos son los portales que se abren al futuro que está deviniendo.