Reflexión N° 19 - Calidad de Vida

El informe 2001 de las Naciones Unidas sobre la población mundial pronostica un aumento que casi duplicaría la actual, con todas sus consecuencias (entre 7.900 y 10.900 millones de personas para el año 2050). Dice: “Nos encontramos al borde de un precipicio. Claramente estamos alcanzando los límites de algunos recursos: el agua, la energía y los alimentos. Los problemas son tremendamente severos. Nos enfrentamos a una crisis de proporciones mundiales.” (consultar en dirección Internet: www.unfpa.gov). Trataremos de comprender este fenómeno universal a la luz de las Enseñanzas del Maestro Santiago, ya que no se puede controlar. Los intentos que han hecho las Naciones Unidas y las organizaciones conservacionistas han fracasado unos tras otros desde hace años, y sólo nos queda una desesperante resignación. La codicia, el afán de dominio y el poder del dinero han vencido a los defensores de la vida; el resultado es la catástrofe ya, ante nuestros ojos, en las páginas de los diarios, en las imágenes de la televisión y en las calles.

Las formas con que se puede abordar el tema de la destrucción del medio ambiente y los recursos esenciales de la vida son muchos, y las desarrollaremos contando con las disciplinas presentadas en las Enseñanzas. Debemos considerar que la falta de recursos naturales es sólo uno de los factores de la catástrofe, el que golpea con más fuerza. Hay otros igualmente terribles: la degradación de la condición humana a niveles de bestias, el analfabetismo, la amenaza atómica creciente, las drogas, el sida, la depravación sexual, la violencia civil, y otras más. No hay guías, no hay Maestros, no hay corrientes liberadoras: es el fin de la Sub Raza Aria Teutónica que se está terminando. Ahora viene el tremendo movimiento que en Alquimia, segunda etapa, se llama putrefacción: la disolución de los componentes al estado elemental, depurativo, reciclable. ¿Cuánto tiempo llevará este proceso desintegrador? Tanto como el que sea necesario para una regeneración completa. El tránsito de la cuarta a la quinta subraza demoró la Guerra de los 1.500 años, hasta acabar con los últimos Magos Negros Atlantes. ¿Cuánto tiempo llevará olvidar las fórmulas y los procedimientos del siniestro poder atómico, repoblar los bosques, sanear los ríos, regenerar las especies y formar el nuevo hombre acuariano que sepa vivir en armonía con la Naturaleza? Muchos siglos.

Los sociólogos evalúan la calidad de la vida según el interés del momento, que actualmente es la capacidad económica de consumir, devorar y gozar. Los países escandinavos están al tope, aunque tengan el mayor índice de suicidios. Si vivieran San Francisco de Asís o el Mahatma Gandhi seguramente conformarían cuadros comparativos con otros ideales más elevados; la calidad de vida sería espiritual y no materialista.

a. Definiciones

El Maestro Santiago escribe: “El hombre necesita dos panes al mismo tiempo: un pan material y un pan espiritual”. Comentando la oración de Jesús, señala que “el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”, significa que la acumulación desmedida de bienes económicos por unos pocos, en detrimento de la mayoría que se muere de hambre, es una perversidad. Pero no sólo faltan los recursos básicos para sostener la vida; también falta el alimento espiritual en ricos y pobres, honrados y delincuentes, sanos y enfermos.
¿Entonces, dónde está la calidad de vida? ¿En el Rey de Arabia que se traslada con siete aviones privados B.747 para tomar vacaciones en España con su familia, a un costo de 5 millones de dólares diarios? Sólo muy pocos en este mundo pueden hacer lo mismo. ¿Comprar un Van Gogh por 80 millones de dólares, para que un individuo pueda mirarlo a solas? En síntesis, ¿se llama calidad de vida a la exclusión de los demás de algo que uno posee? Esta situación es contraria a los mensajes de fraternidad universal que los Maestros de todos los tiempos han dado a la Humanidad.

La norma que se utiliza para establecer los estratos de calidad de vida es la competitividad, la comparación de unos grupos con otros, colectivos, regionales y nacionales, estadísticos, para uso burocrático de organizaciones públicas oficiales, y no para las personas. Pero la vida se experimenta individualmente, aunque se esté en familia o en medio de una multitud, porque el alma que la siente es una e intransferible. La vida es de uno, junto a millones de semejantes que pueblan este agobiado planeta; intentar considerarla estadísticamente es falso y mentiroso, porque ese uno tiene su estilo particular, incomparable, irreducible; lo establece con sus propios modelos, si los tiene visibles y conscientes que lo guíen. Las Enseñanzas describen la Doctrina de la Renuncia, y ofrecen las pautas de un camino calificado.

Este es un asunto personal según las condiciones sociales, económicas, de salud, familiares, vocacionales y otros factores. Sobre esta base, interna y externa, se puede construir el nivel mejor, dejando de lado las estadísticas. Para ampliar el concepto recomendamos la lectura de los Libros XXXI: “El Buen Camino” y XXIX: “La Meditación Discursiva”, con sus Enseñanzas completas. Su comprensión está al alcance de todos. La felicidad es un estado interior, una transmutación de las malas condiciones del ser por otras mejores que brotan de la Renuncia; es la búsqueda de los valores superiores. “A una pérdida de bienes económicos le sigue un alza de los bienes espirituales”, dice el Maestro Santiago.

b. Un Trabajo Personal

El concepto sobre calidad de vida fue elaborado en el siglo pasado por técnicos de organismos internacionales con el fin de dar una explicación sobre la desigualdad económico-social. Pronto fue utilizado políticamente para marcar la superioridad de unas naciones sobre otras tomando como base la producción económica, incluyendo los resultados de la especulación financiera que nada tiene que ver con el tema. Se argumenta que la mayor renta de una nación indica superioridad social, política y militar sobre otras más débiles, aunque la sangrienta experiencia en Vietnam indicó lo contrario. Las argumentaciones hegemónicas y agresivas todavía se siguen utilizando, a pesar del informe 2001 de Naciones Unidas que hemos mencionado más arriba.

¿Qué pueden hacer los individuos en esta terrible etapa de putrefacción en que se encuentra la civilización globalizada, sumergiendo a todos en el mismo atanor? Ya no hay lugar donde refugiarse. El Rey de Arabia hace turismo en España custodiado por cientos de agentes de seguridad. El japonés mira su Van Gogh encerrado en su bunker de acero. Los argentinos que guardaron sus dólares en los bancos para que no se los robaran, perdieron sus ahorros. El Papa está muy enfermo. En África el sida y el hambre devastan los pueblos enteros. ¿Dónde está la calidad de vida?

Esto, con otras palabras, es lo que pregunta el meditante al Maestro Jesús, en el Capítulo 13 del Libro XXIX recomendado: “Maestro, sácame de este torbellino en que vivo. El ruido del mundo me ensordece. Busco continuamente un lugar de paz, un instante de silencio, y sólo encuentro el desorden en torno mío”. Y la respuesta es: “En tu casa, en tu trabajo, en el ruido de la ciudad y entre la confusión de los hombres Me puedes encontrar, si Me buscas”.

Cada uno construye su felicidad con Renuncia, no con dinero. Léanse las biografías de los santos y maestros que enseñaron a la Humanidad cómo alcanzar la paz armoniosa, y se verá que fueron pobres que amaban la pobreza, acomodando sus necesidades a esa situación. El Buda nació príncipe, pero renunció al reino para encontrar la liberación; se hizo mendigo y pedía alimento en la puerta de las casas, con inefable sonrisa y mansedumbre. San Francisco era rico en Asís, y entregó su herencia para vivir pobre como Jesús; enseñó a la Humanidad los dones de la pobreza. Santa Teresita pertenecía a una familia acomodada; pero se hizo carmelita a los quince años y transmitió la maravillosa doctrina mística de la infancia espiritual. En cualquier lugar se encuentra la mejor de las vidas si se camina por el Sendero Espiritual: en Manhattan, en Calcuta, en una villa miseria, en el Sahara. Dios está en todas partes junto al corazón del hombre que lo busca con humildad.

c. El Atanor Globalizado

Retomando el tema inicial de esta Reflexión, el informe 2001, el mayor logro de la civilización en el siglo XX, la ocupación plena de la Tierra, globalizándola en un todo homogéneo de alcance instantáneo, se ha convertido, reversiblemente, en una cárcel de la que nadie puede escapar. Lo que se pensó que era libertad, realización y bienestar, se convirtió en opresión. Y como en el atanor hermético de los alquimistas, los hombres tendrán que transformarse por sublimación de su propia materia. El hombre nuevo brotará de las cenizas del hombre viejo que está agonizando. Con la palabra atanor designaban los alquimistas el horno en el que preparaban su elixir. Contiene el recipiente de vidrio en forma de huevo, sellado, envuelto en una capa de ceniza que es calentado por el fuego desde abajo. No hay ninguna alternativa, ningún escape: la Obra se está realizando en el crisol planetario bajo la mirada atenta del Gran Alquimista, Micaël, el Sol que nos ilumina todos los días. Así como la conversión de los metales en oro es una analogía real, se puede comprender el destino humano por medio de la transmutación del actual desorden social en un modelo superior. La Tabla Esmeraldina atribuida a Hermes Trimegisto dice: “Lo de abajo es igual a lo de arriba, y lo de arriba, igual a lo de abajo, para que se cumpla el milagro de la Unidad”.

Las Enseñanzas que explican la Renuncia se dirigen a los hombres individualmente; los ejercicios de meditación, las oraciones, la clarificación de la conciencia y los consejos están dirigidos a personas, no a grupos colectivos. Por lo tanto, tienen efectividad en la medida que cada uno las acepte, en la forma que quiera y con la intensidad que pueda. El protagonista activo y libre es la persona, y los resultados que obtenga serán variables según su aceptación o rechazo, incluso contando con un buen director espiritual que conozca la doctrina. El cambio de Razas que estamos experimentando también se cumple según la Ley de la Renuncia, pero consecuente, kármica y fatal. Aquí la Humanidad no es libre ni tiene alternativa; está sujeta al plan de evolución que viene del fondo de los tiempos bajo la conducción del Gran Iniciado Solar. En los “Comentarios” de este sitio de Internet está reunida la información que entregó el Maestro Santiago Bovisio sobre el Maitreya y su misión.

¿Cuáles son las posibilidades del hombre solitario que quiere sobrevivir en este planeta global, saturado de calamidades, ardiendo a fuego lento dentro del atanor cósmico, condenado a ser transformado a cualquier precio, o desaparecer para siempre? El peregrino debe transitar por el camino de la Renuncia desechando las ilusiones del viejo mundo que ahora son cenizas, refugiándose y cultivando la vida interior. La mejor calidad de vida siempre es la que ofrece el Redentor. Ya se lo dijo Jesús al joven rico, hace mas de 2000 años: “Déjalo todo y sígueme”, sin resultado, y ahora lo vuelve a repetir.

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