Reflexión N° 13 - Un Maestro Revolucionario
El Maestro Santiago Bovisio no se parece a ninguno de los místicos modernos, de occidente o de oriente.
Si se considera a los grandes Maestros Espirituales de los siglos XIX y XX, Blavatsky, Ramakrishna, Maharishi, Santa Teresita, Aurobindo, Don Bosco, Sor Isabel de la Trinidad, y tantos otros, es muy difícil ubicarlo entre ellos. La exposición de la doctrina de la Renuncia que diseñó no pertenece a la época moderna; tiene sus raíces profundas en la tradición más antigua, en los cimientos de la Orden del Fuego en Kaor, al comienzo de la Sub Raza Ario Teutónica, y se proyecta hacia Acuario, preparando la misión del Redentor Maitreya. Hay un salto de 3.500 años de oscurantismo desde la Guerra de los Dos Soles, penúltima encarnación del Maestro, hasta la expansión de sus Enseñanzas por todo el Planeta, en el Tercer Milenio, 40 años después de su última muerte.
Santiago Bovisio es el primero que presenta un sistema completo de sabiduría politeísta, sustentada en la pluralidad de los mundos, los estados múltiples del ser, el Ired, la Reversibilidad, la evolución del espíritu hacia la materia, la comunión de los Grandes Iniciados en el cuerpo místico de la Divina Madre, características de la filosofía antigua egipcia. Es un salto de gigante a través del tiempo, un pie en la tradición original de la Raza Aria, interrumpida por la herejía materialista de Akenatón, y el otro pie en pleno nacimiento de la Sub Raza Americana, junto al Gran Iniciado Solar Maitreya.
Su memoria de la antigüedad que había vivido era pasmosa, como está expresado en los Capítulos 4 y 5, del Libro XVI: “Historia de las Ordenes Esotéricas”. Podía describir espontáneamente a sus discípulos, cuando quería, los aspectos más heterogéneos de esa época, incluso anécdotas personales pasajeras de su viaje de ida y vuelta a Grecia, en donde tuvo que refugiarse durante las persecuciones de Akenatón (El Maestro Santiago era el Sumo Sacerdote del Templo de la Iniciación que se describe en el Capitulo 4 mencionado, ubicado a unos 100 kilómetros de Tebas). Las descripciones sobre épocas más antiguas, Hiperbóreos, Lemures, Atlantes, etc., las extraía de los Anales Akásicos (El Libro de la Madre, del 7° plano mental), a los cuales tenía pleno acceso por clarividencia, y que coinciden con versiones de otros clarividentes que también han escrito sobre la historia de la Humanidad de los primeros tiempos.
El Maestro Santiago es revolucionario porque anuncia y adelanta el futuro en la dirección correcta del Maitreya, acopiando la sabiduría de los Grandes Iniciados, mientras el resto de los espirituales se conforma con el mundo existente, tal como está.
a. ¿Por qué es Revolucionario?
El mundo ha experimentado siempre grandes revoluciones hechas por hombres notables que han modificado la historia de la Humanidad. También los religiosos han hecho revoluciones espectaculares, pero dentro de su radio de acción, sin abarcar el total de la sociedad: San Bernardo de Claraval y la Orden Templaria, San Ignacio de Loyola y la Compañía de Jesús, Lutero y la Reforma, y otros. Modificaban algunos aspectos de la realidad, pero todo quedaba igual, mejorado. ¿Eran verdaderos revolucionarios?
Para que una revolución sea efectiva tiene que cambiar la realidad completa, física, social, política, psicológica, espiritual y mental, en todas las dimensiones visibles e invisibles de la Naturaleza. Esta obra gigantesca sólo es posible en el tiempo de reemplazo de las Razas, como ahora, cuando las transformaciones del planeta acompañan a las mutaciones del alma.
El Maitreya, que cambiará todo, es la Revolución. Cuando el astronauta ruso Yuri Gagarín, en 1962, ascendió al espacio exterior y comunicó desde allá arriba: “¡La Tierra es hermosa!”, el Maestro Santiago visitó a los Ordenados de la Comunidad de La Plata, los reunió en la cocina, y les dijo solemnemente: “¡Hijos; el mundo viejo ha caducado!” Es la Revolución espiritual anunciada. Con la difusión de las Enseñanzas en todas la naciones, una parte de la Humanidad ya la conoce y toma conciencia de los cambios que empiezan a producirse en la configuración del Planeta, en las estructuras sociales, políticas y económicas de la sociedad, en las nuevas leyes del comportamiento humano, en la liberación espiritual, en la armonía de los valores humanos y divinos. Una vida nueva viene después de la depuración. Las Enseñanzas del Maestro Santiago están en todas partes, para ayudar a los hombres a comprender y soportar el tiempo de la prueba.
Las grandes revoluciones que han modificado el rumbo de la Historia se han ocupado sólo de los instrumentos y las estructuras en sus más diversos aspectos, y fueron realizadas por Grandes Iniciados Lunares: Julio César, Galileo, Beethoven, Lenín, etc. La revolución que emprende un Gran Iniciado Solar, Buda, Jesús, Maitreya, se realiza física y magnéticamente dentro de Él, y a partir de Él se expande por el mundo. Buda realizó en sí mismo la liberación que luego enseñaría a sus discípulos. Jesús perfeccionó en la Cruz su prédica de compasión y perdón; después la Cruz se expandió por el mundo. El Maitreya está construyendo en sí, personalmente, las propuestas que serán la ley del mundo futuro, como explica el Maestro Santiago en Libro V, Capítulo 16, y en el Libro XII, Capítulo 13.
b. El Maitreya es la Revolución
Pregunta el Maestro Santiago en el párrafo 11 de la Enseñanza “El Maitreya”: “¿Será la misión que trae el gran Ser la de amasar su carne con su espíritu y hacer así un nuevo pan para satisfacer al hombre?” En otras palabras: ¿unirá indisolublemente su espíritu divino con su carne humana, idéntica a la nuestra, para formar un nuevo vehículo del ser?
El Gran Iniciado Solar es Ihes, el Libertado, El Buda, sin deseo, ni necesidad de encarnar. Si lo hace, es para ayudar a la Humanidad que se ha animalizado, en un momento crítico de la evolución, y debe comenzar una nueva etapa. El Redentor es tan perfecto que no genera karma. Su presencia terrestre es bendición para los hombres, los que están y los que vendrán. La Revolución es Él y se expande desde el momento que alumbró ante nosotros, aunque no sepamos dónde está. Los efectos de su Magisterio se verán a medida que la Humanidad vaya saldando las deudas de su Renuncia Consecuente.
Los judíos no entendieron a Jesús; ellos querían que el Redentor encabezara una rebelión contre el Imperio Romano, para beneficio de Israel. Lo crucificaron. Ahora, muchas personas llaman al Salvador para que las ayude y venga a terminar con las injusticias sociales, que los hombres sean honrados y no roben, que el FMI tenga más consideración con los países deudores, y así por el estilo. Esas personas conformistas no tienen la menor idea de la libertad; aspiran a un estado burgués bien organizado con policías honestos que cuiden el orden público, una especie de socialismo utópico, como soñaban los idealistas del siglo XIX. Pero en el siglo pasado hemos visto las terribles guerras en que terminan las ilusiones cuando no hay Renuncia.
El Maitreya no es un reformista -un retoque por aquí, un ajuste por allá- para que todo el mundo quede satisfecho. ¡ES LA REVOLUCIÓN! No se ocupará de las instituciones, ni de los instrumentos; se ocupará de los protagonistas de carne y hueso, y les propondrá una transformación completa, nada menos que la deificación humana, como lo ha explicado claramente el Maestro Santiago en las Conferencias de Embalse, Capítulo 28, Sobre el Misterio de la Divina Encarnación: “Creo que esto es lo que enseñará el Maitreya, la nueva expresión de la Encarnación Divina: la forma, la manera en que debemos convertirnos en Cristos pequeños, en pequeños holocaustos, en pequeñas hostias”. Lo que realizó Jesucristo hace dos milenios, la Redención potencial del género humano, ahora cada uno ha de ser redentor de sí mismo, por medio de la Renuncia.
c. Redención
Redimir significa sacar de la esclavitud a alguien, pagando un precio. Jesús redime a la Humanidad pagando el precio con su pasión y muerte en la cruz. El Maestro Santiago dice que el Maitreya enseñará a los hombres a pagar cada uno su rescate, a redimirse con el esfuerzo propio. Es la Gran Revolución, porque no harán falta religiones, sacerdotes, ni dogmas, incluso ni el mismo Maitreya, como recomendaba el Buda a sus discípulos respecto de sí mismo. El hombre será camino de liberación, y los intermediarios que se interpongan entre él y su libertad serán descartados. Dice la tercera verdad de la Revelación Única dada por Manú al comienzo de la Raza Aria: “La liberación del hombre, éste ha de realizarla por sí mismo no de golpe, sino por etapas, naciendo, muriendo reencarnando, pasando por los infiernos, purgatorios y cielos”.
¿Es posible la auto liberación? No hay otra manera de redimirse. Los infiernos y los paraísos de cristianos y musulmanes son los mundos astrales de la filosofía esotérica, y la estadía en ellos dura poco tiempo; cada setecientos años, más o menos, los seres vuelven a encarnar para seguir aprendiendo a vivir en la Tierra, como está indicado más arriba. Los Grandes Iniciados, Maestros de la Humanidad, enseñan, guían, ayudan; pero no dan la realización, ni Jesús, ni el Maitreya; Ellos acompañan al Discípulo, pero al final lo dejan solo frente a las Puertas del Misterio Divino, para que por sí mismo realice el milagro de la Unidad. Estúdiense las Enseñanzas del Libro XXV: “Teología”, y se comprenderán estos importantes conceptos, especialmente el Capítulo 13: La Sagrada Revelación de la Idea Madre de los Arios.
Lector: Todos los hombres, cualquiera sea su grado de desarrollo espiritual, poseen un don invalorable: el libre albedrío. Ante cualquier propuesta, puede decir que no, o que sí; esto no significa que sea dueño de la situación, sino que arriesga para mal o para bien los resultados. Si tiene éxito, adelantará en el camino; si fracasa, tendrá que volver a encarnar una y otra vez, hasta que conquiste el obstáculo. Esta ley tan realista vale para todos los hombres, sin importar las religiones que prometen paraísos, purgatorios e infiernos.
El Maitreya es la Revolución de nuestro tiempo, y enseñará la verdadera redención, la que cada uno logra con recursos propios. Las noticias que nos invaden desde la prensa y la televisión, con sus horrores, es el mundo viejo que se está terminando, y continuará así, y peor, hasta que agote todas sus reservas. El karma de la Renuncia Consecuente debe pagarse hasta el último centavo. Los Discípulos Fieles del Maitreya no pertenecen a ese mundo que agoniza; ahora son extranjeros por adopción, mientras preparan la Nueva Era de conciliación de los pares de opuestos, por la espiritualización de la materia en la Renuncia.