Reflexión N° 129 - Las Siete Interpretaciones de las Enseñanzas
Nos han informado que un Director residente en la provincia de Córdoba de la actual Fundación Cafh ha declarado que las Enseñanzas del Maestro Santiago son literatura y no más. No sólo las Enseñanzas del Maestro, con muchas páginas religiosas tradicionales en lengua Aripal de textos ceremoniales, sino todas las religiones de oriente y occidente son sagradas y revelan la Idea Madre de la Raza Aria, de la cual derivan y expresan una interpretación más adecuada para el fin propuesto por esas Religiones. Según las Enseñanzas hay siete interpretaciones de los textos sagrados que corresponden a las siete partes del ser como está dicho en “El Hombre Completo”, del Curso “El Devenir”: 7. Cuerpo Físico; 6. Cuerpo Astral; 5. Cuerpo Energético. Esas tres partes del ser constituyen el cuerpo del hombre. 4. Mente Instintiva; 3. Mente Comprensiva; 2. Mente Intuitiva. Esas tres partes del ser constituyen el alma del hombre. 1. Espíritu. Estos principios, coronados por el Espíritu, forman por su naturaleza el Hombre Completo.
La primera interpretación es la lectura del texto como está escrito, una información elemental que toda persona puede recibir en cualquier lugar del mundo viviendo en condiciones culturales diversas, como ha ocurrido con el Mensaje de la Renuncia sostenido por las Enseñanzas del Maestro. Millones de personas, desde Filipinas y Federación Rusa hasta Brasil y México leen y estudian las Enseñanzas, y el número aumenta mes a mes. Para superar este primer estado del conocimiento, que es igual para todos, el estudiante debe introducirse en sí mismo y pensar, reflexionar buscando una idea propia que responda a las inquietudes que el texto le ha provocado. De ahí en más, el Camino se ha iniciado y no tiene una meta previsible, seguirá, una vida tras otra, hasta transformar al Peregrino en un hombre feliz, disfrutando la pluralidad de los mundos.
Las grandes instituciones religiosas y esotéricas han realizado diversas interpretaciones de los textos sagrados que les han sido revelados; algunas han sido publicadas ampliamente para uso general y otras se han reservado para pocos estudiosos. Jesús hablaba con parábolas al pueblo, pero a sus discípulos los educaba con toda la verdad, terrestre y sobrenatural. Las revelaciones de Fátima han sido conocidas por el pueblo en parte, pero la parte secreta que habla de la guerra nuclear el Vaticano la mantiene reservada. Hasta las ciencias sostienen y divulgan diversos grados de conocimiento de sus experiencias. Todos han visto las explosiones atómicas en la televisión, pero pocos países tienen las fórmulas para construirlas. Así con todas las cosas según la capacidad de cada uno; los niños en la escuela aprenden a leer, sumar y restar; en la facultad los jóvenes aprenden el cálculo diferencial y herramientas científicas de avanzada.
Cada uno desenvuelve las interpretaciones que le convengan según su capacidad intelectual y las inquietudes que hayan movido a su alma. No sólo hay mundos externos en diversas dimensiones de este sistema planetario y otros, sino también en el universo interior de cada persona que esperan ser descubiertos, explorados y desarrollados por cada ser. La teoría más importante del politeísmo en cualquier época es la afirmación de la existencia de los mundos plurales. El monoteísmo antiguo de Akenatón es mezquino y su éxito inicial se puede explicar por la codicia de la nobleza egipcia que lo apoyaba saqueando los templos con grandes tesoros. Igual que ahora, el monoteísmo materialista empuja y justifica la acumulación de riquezas por las corporaciones judías, árabes y católicas. Las doctrinas espirituales de esas instituciones no valen nada, nadie las sigue; en cambio cuenta la acumulación de dinero por miles de millones, como en el centro petrolero de Dubai. Según ellas la realidad es espíritu invisible y materia. Así como la reforma de Akenatón duró poco, así el monoteísmo de nuestros días se enfrenta con el final de la civilización. Perdurarán los sobrevivientes en un mundo desolado por mucho tiempo mientras la naturaleza sana de sus heridas y se recompone con nuevas formas y especies, ofreciendo a los nuevos seres todas las posibilidades de los mundos plurales.
Estos mundos pueden ser imaginados ahora cuando todavía hay una esperanza. La incursión en esas dimensiones en estos tiempos que las fuerzas mentales y naturales están tensas, irradiando expectativas y creando fuerzas generadoras, como están produciendo en el mundo los jóvenes idealistas, son de gran importancia porque generan rasgos y senderos genéticos para las generaciones que vendrán. Los estudiantes de la Raza Futura pueden cumplir una gran tarea desde ahora imprimiendo en su conciencia las matrices de una vida nueva, tal como están diseñadas en las Enseñanzas. No son una literatura para pasar el rato o alcanzar un estatus cultural. Ellas ayudan a crear modelos humanos. El Maestro Santiago hablaba de prototipos, modelos, arquetipos que vendrán. Por eso decía “El Hijo”, no cualquiera. Estos modelos que en esta época de degradación individual y colectiva no se pueden formalizar externamente, pueden ser matrices de hombres futuros, si en nuestra mente los fijamos concretamente en núcleos resistentes que permanecen más allá de la muerte, porque pertenecen a todos y cuando un alma se está preparando para reencarnar, dentro de setecientos o mil años, encontrará el molde que necesita para ser un Americano apto para la Nueva Raza.
Los dogmas son estáticos y no toleran modificaciones, son convenciones impuestas por las Religiones para fijar una creencia de una manera determinada y una finalidad conveniente para perpetuar una institución, generalmente monoteísta que no se sostiene ante la evidencia de los hechos. Cuando alguna posición los contradice la Religión se refugia en el milagro, el misterio que no se debe indagar, o directamente se abstiene de considerarla como si no existiera; por ejemplo la Iglesia se niega a tratar el tema de la reencarnación, aunque en los primeros siglos de su existencia la trataba seriamente, al igual que otras religiones. Cuando negaron dogmáticamente la realidad, tuvieron que inventar el Paraíso, el Infierno y el Purgatorio y encerrar el nacimiento humano en los misterios de Dios. En otras épocas menos liberales que la actual utilizaban la fuerza pública, el tormento y la muerte para acabar con el dilema. La Inquisición tiene una penosa historia de injusticias y perversidades en todos los lugares donde controlaban a los buscadores de la verdad, por ejemplo Galileo, y el movimiento terrestre, incluyendo también a destacados sabios de la propia Iglesia.
Las Enseñanzas, por el contrario, son dinámicas, progresivas, variables según las circunstancias y el momento. Lo que enseñó el mes anterior tal vez sea necesario cambiarlo por su contrario al mes siguiente porque las circunstancias son diferentes y conviene interpretar el texto de otra manera. En el Canon de Internet hay un ejemplo notable: la Interpretación del Reglamento para los Ordenados de Comunidad. El Maestro Santiago demoró un año observando a los Ordenados de La Plata en la vida diaria, los trabajos manuales, la comida, las oraciones, las penitencias, cada detalle, hasta que fijó el Reglamento en una Interpretación canónica que aparece en la parte sexta, “Textos para Ordenados de Comunidad”, que era obligatorio aprender de memoria en el Seminario.
Las Enseñanzas tienen siete significados porque su objetivo es ayudar, cultivar, transformar a las almas no en un tipo único, sino en el modelo que más conviene al grado de evolución de esa alma, o mejor dicho, adecuado al resultado evolutivo de las sucesivas encarnaciones. Incluso concuerda perfectamente con la Idea Madre de la Raza Aria, sostenida por el Maitreya, de que cada uno tiene que liberarse por sus propios medios. No hay un modelo perfecto que el ser debe conquistar, sino un Camino de Renuncia que debe recorrer todas las vidas que necesita encarnar para acercarse y conocerlo. San Pablo de la Cruz, con su mística de la ceniza, conservada en sus cartas, es quien mejor ha explicado este proceso de despojamiento del ser, incluso las más altas virtudes, para conquistar la libertad espiritual que es: “No ganar nada. No tener nada. No ser nada”.
En las actuales circunstancias en que se encuentran las Enseñanzas cuando el autor Santiago Bovisio y la Sagrada Orden del Fuego desaparecieron dejando como legado para la Humanidad el Canon escrito según originales, y habiéndose difundido universalmente el Mensaje de la Renuncia, cada lector tiene en sus manos el instrumento más adecuado para encaminar y progresar en su liberación individual que solamente él la logrará si no hace de la Enseñanza un dogma, sino la interpretación que le corresponde. Es la única manera de adentrarse en las ideas de la evolución personal. Para tener la flexibilidad intelectual que se necesita en este trabajo, es necesario dominar algunos principios básicos de la Doctrina como están dichos en los Cursos: una ética del bien y del mal, reversibilidad, contradicción analógica, el Ired, sistema deductivo de comprensión de lo general a lo particular y renunciamiento a los estados espirituales logrados para alcanzar otros más altos. En el Curso “Los Dos Caminos”, está muy bien explicada esta propuesta de desenvolvimiento espiritual apta para todos siempre que el estudiante lo practique sin codicia ni curiosidad, sino con una actitud de búsqueda sincera del camino de la libertad.
No hay metas, sino etapas progresivas. A veces se imagina un objetivo y cuando se alcanza el Peregrino descubre que no era eso lo que quería y desde ese punto sigue caminando con la experiencia que ha logrado y las nuevas posibilidades que ha descubierto. El Camino de la Renuncia es tomar y dejar continuamente. No hay conquistas permanentes ni una Renuncia absoluta. Muchos fracasan, aunque estén muy elevados, porque creyeron que habían llegado a su destino e hicieron de ese logro una posesión. El mundo espiritual está lleno de gurúes que llegaron a un punto y allí se quedaron gozando de ese pequeño triunfo que después se le vuelve en contra. Para ser receptor del Poder de la Gran Corriente es necesario estar desocupado interiormente, sin triunfos ni posesiones; así los Santos Maestros depositan en el renunciante no sólo la fuerza sino también las ideas para seguir adelante. No hay que tener miedo de interpretar las Enseñanzas aunque parezca que estamos pasando la raya de lo permitido. Las Enseñanzas no están acorraladas, sino disponen de todo el espacio que el estudiante quiera darle. Si se equivoca puede rectificar todas las veces que sean necesarias. El error que no tiene solución es la inmovilidad, la soberbia de creer ser algo. Sugerimos, nuevamente, releer la Mística de la Ceniza para liberarse de prejuicios culturales que ponen piedras en el Camino.
José González Muñoz
Noviembre de 2010