Reflexión N° 111 - Vivir en Paz
Las Enseñanzas del Maestro Bovisio son de muy altos coturnos que pocos actores pueden calzar. El Canon de Enseñanzas es un sistema coherente de sabiduría tradicional que está clasificado en seis partes: Cursos Doctrinarios, Cursos Ascético Místicos, Cursos de Historia, Cursos Filosóficos, Cursos Esotéricos y Cursos sobre Comunidades. Son un total de 777 Enseñanzas. Su objetivo está centrado en la explicación de la Nueva Raza Americana, que ha comenzado al iniciarse el tercer milenio y tiene una duración probable de 24.000 años, similar a la Raza Teutónica que termina. El fenómeno extraordinario de la civilización occidental y que estamos viviendo en su máxima expresión, también está explicado en los conceptos de la Era de Piscis, para una mejor intuición de lo que vendrá. Las Enseñanzas se extienden por todos los espacios hasta los límites de lo posible, por donde unos pocos capacitados pueden incursionar. Tomemos como ejemplo el Curso “Ciencia de la Vida”, o las Enseñanzas “Santa Francisca Romana”, “Los Discípulos Tibetanos”, “El Sistema Planetario”.
Éste es el marco dentro del cual nos hemos desempeñado para escribir las Reflexiones y los Relatos Acuarianos; salirse de esos límites es perderse en los laberintos de la vida moderna para no llegar a ninguna parte, como les ocurre a ensayistas, escritores y estadistas improvisados que escriben y escriben sin aportar una idea constructiva para el hombre actual. En Reflexiones anteriores hemos tocado los asuntos que estremecen a la Humanidad sin descanso, desde el derrumbe de las finanzas del capitalismo, la inmoralidad de los curas, drogas, inseguridad y desviaciones sexuales, hasta la amenazante guerra atómica cada día más cercana. Si la libertad y la justicia son metas inalcanzables nos queda la esperanza de obtener un poco de paz comprendiendo las nuevas leyes de la Raza Americana que fueron presentadas en el Canon: Reversibilidad, Contradicción Analógica, una Ética del Bien y del Mal, eliminación de los intermediarios entre Dios y el Hombre, Perfeccionamiento Espiritual por el propio esfuerzo, los Mundos Plurales, el Ired, etc. En el Universo del Par de Opuestos hay muchas líneas rectas que jamás se tocan y se unen en el misterio de Dios. En el Universo de Maitreya todos los hombres pueden transformarse unos en otros, sin perder identidad, en la conciliación de los pares de opuestos. Este juego de buscar lo contrario y las diferencias en otros, para unirse a ellas, es el comienzo de la paz, que está al alcance de todos en cualquier momento.
Hombre y mujer
El hombre y la mujer constituyen la clave de la convivencia desde los orígenes hasta el final. Ellos son el modelo del par de opuestos que pueden estar juntos alcanzando la armonía de los contrarios. Éste es un tema que no necesita teorías porque se realiza por la práctica directa de vivir. No hay doctrinas del amor, sino el amor entre los seres. Hay un Mensaje de Plenilunio del año 1956 “Obras de Amor” donde el Maestro Santiago se eleva hacia las más altas cumbres místicas del amor, al alcance de comprensión de todos y que ha sido experimentado alguna vez por cada hombre. En los casos ejemplares, Santa Teresita de Lissieux, San Juan de la Cruz, Ramakrishna y muchos otros devotos han dado pruebas en sus obras de ese amor permanente, base de la vida en la Tierra.
Un hombre y una mujer deciden vivir juntos compartiendo tiempo, pensamientos y afectos. Para que esta unión sea un campo fecundo de paz deberá guiar sus actos por las leyes de la Renuncia del mundo futuro, no en la moral exclusiva de las Religiones Monoteístas, que ha producido rupturas y desgracias en todos los tiempos, porque la vida es múltiple, plural, reversible e inesperada.
Cada día son más los matrimonios deshechos con la secuela completa de hijos abandonados, familias desparramadas, miseria moral, económica y pérdida de paz, si la había, para siempre. Y como las sociedades civiles en países americanos siguen la moral de la línea recta del monoteísmo religioso vuelven a repetir los mismos actos con iguales resultados. Nunca aprenderán la ética del bien y del mal, las contradicciones de la naturaleza, ni los mundos plurales.
Orgánico
El ser humano es orgánico, no es mecánico. Si degrada su condición superior con actos antinaturales, drogadicción, sexualidad aberrante, delitos, no se corrige, sino sigue repitiendo mecánicamente lo mismo. Cuando una experiencia fracasa, la familia que estamos describiendo, todo intento de nuevas oportunidades conduce a mayores desórdenes y sufrimientos, como se puede observar frecuentemente a nuestro alrededor entre compañeros y familiares.
El que fracasa no está condenado al dolor; eso ocurre si sigue el mismo camino, la línea recta. Debe, aprendiendo, dar el guante al revés y hacer una experiencia nueva que habrá de surgir del análisis del fracaso y del conocimiento de nuevas posibilidades de sí mismo y de la compañera si deciden compartir la vida, de otra manera, con Renuncia. Revise el lector interesado las Enseñanzas del Canon y encontrará numerosas dimensiones de vivir, hasta que pueda encontrar la que le corresponde.
En la civilización moderna es difícil vivir en paz. Los demonios están en todas partes. Aunque se busque un lugar solitario, apartado, en plena Naturaleza, al poco tiempo están ahí, corrompiendo la paz. El año pasado, 2009, en el día de la primavera y de la juventud, aquí en las montañas de Las Vegas, casi deshabitada, sin agricultura ni talleres, fue invadida por 30.000 adolescentes de Mendoza y por dos días se drogaron, cometieron desmanes en las casas, mucho alcohol, ruidos infernales, agresiones y luego volvieron como habían venido. Destruyeron la paz del lugar y pronto volverán. Por más lejos que uno vaya, allí estarán los demonios perturbando toda armonía. Ahora el infierno es agresivo y quiere todo el Planeta; semejante al Dios personal, quiere todo a su manera.
Los hombres buenos desean vivir en paz y algunos pueblos lo consiguen: beduinos del Sahara, cultivadores de rosas de Bulgaria, campesinos de China continental, pescadores de Oceanía, monjes del Himalaya, ascetas trapenses y otros desconocidos. Como dijo Fray Luis de León: “¡Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido y sigue la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido!” Todos saben que vivimos en el fin de la civilización en estos instantes, y los padres que han logrado una armonía en el hogar están angustiados por sus hijos que dejan de ser niños para enfrentar la realidad de los actos responsables: estudios, universidad, profesiones, relaciones humanas, etc. No saben cómo proceder. Desde que sus hijos nacieron la casa estaba invadida por revistas, televisión, familiares y amigos. Después de 14 años de educación compartida con estos medios y en este ámbito, ¿cómo revertir la tendencia?
En algunos pueblos primarios de África y Oceanía la entrada del niño en la adolescencia estaba cuidadosamente regulada por ceremonias de iniciación que enseñaban a vivir responsablemente. Y la mejor escuela estaba en el Templo de la Iniciación del antiguo Egipto, donde transformaban integralmente al ser. Ahora los muchachos se inician en los boliches nocturnos y en las canchas de fútbol.
Adolescentes y jóvenes
Las leyes de la Renuncia del mundo que deviene están en Estados Unidos, Brasil, América Latina, para todos, en Enseñanzas sin restricciones ni dogmas. Los protagonistas son los adolescentes que empiezan a practicar los actos responsables de la vida, en cualquier lugar que se encuentren, con un grupo o solitario, estudiante o trabajador, hombre o mujer. Los padres tienen el deber de acercarles esas leyes para que las conozcan, guiándolos en la interpretación de los conceptos difíciles y ayudando a relacionar las ideas entre sí, sacando las conclusiones más valiosas.
Éstos son tiempos difíciles para los jóvenes y si los padres no pueden conseguir los resultados que buscan, nadie conoce el destino final de las almas; al menos encontrarán paz interior por haber cumplido con el deber en la medida de sus posibilidades. Porque el hombre no sólo busca la paz en su familia, con sus amigos, sino su propia paz interior de la cual deriva todo lo demás. Aunque el mundo bulla a su alrededor, si es fuerte y ha encontrado el lugar que le corresponde en el Universo, vivirá en paz.
Hay muchas pacificaciones: Las naciones firman tratados de paz que luego rompen, las tribus y grupos celebran conferencias de paz, las familias se pacifican por un tiempo, la amistad, ya se sabe, tiene momentos buenos y momentos malos, los matrimonios pelean y se reconcilian. Por eso, la paz es individual, permanente, secreta e intransferible, un don de aquél que la ha logrado. ¿Cómo se consigue? Por Renuncia, armonizando todas las partes del complejo espiritual y cuidando día y noche que no sea perturbado por elementos extraños ni por descontrol interior. Estos son algunos indicadores:
- Un profundo respeto por su dignidad como representante de la Humanidad. No permitirse ninguna descalificación.
- Respetar las normas de la sociedad: tránsito caminero, cumplimiento de las promesas, puntualidad, higiene y limpieza de su persona y de su casa, trabajar honestamente sin acumular riquezas, no permitirse groserías ni de los otros, rechazar el contacto con personas de dudosa reputación.
- En la medida de lo posible, poco a poco progresivamente, alejarse del ruido de la ciudad y sus degradantes esparcimientos, practicar el silencio y las meditaciones, leer buenas lecturas.
- Dar el diezmo de lo que gana, más el buen trato con los demás, más la protección de animales y vegetales, más no contaminar, más soñar con bellas probabilidades futuras, más esforzarse para vivir en paz.
Estimado lector: Cada uno tiene un mundo, en parte adentro y en parte afuera. La conciliación de esos dos universos es la base de la paz, para nosotros y para las Naciones.
José González Muñoz
Junio de 2010