Toda nota musical va acompañada de su correspondiente color. El clarividente ve tras del sonido una onda de color.
Los ciegos, que tienen altamente desarrollado el sentido auditivo, dicen y describen los colores por el sonido de las siete notas musicales.
El evangelio iniciático de Juan el Evangelista comienza su mística narración con estas palabras: “Y el verbo se hizo carne…”. No hay imagen mejor para el hombre, que pueda expresar el veloz movimiento de la energía creadora, salida de la mente matriz para juntar la materia y vivificarla, que la voz del hombre.
No sólo durante el día las vibraciones energéticas llenan el aura de colores, sino también durante el sueño continúa el mismo proceso. Como durante el sueño el ser adquiere mayor sensibilidad psíquica, le es más fácil ver estos colores, que se le presentan en forma de sueños.
El aura física se puede ver a simple vista si se observa una persona detenidamente sobre un fondo obscuro y, especialmente, en la hora del anochecer, en forma de una pequeña luminosidad incolora que la rodea.
El Universo es la medida de Dios. Infinito en su potencia, finito en su expresión.
Como Dios es infinito, no cabe en Él la palabra finito. Entonces, el Universo finito es una expresión acabada de una medida simple y perfecta, pero infinito por su permanencia continua e inalterable de Sí.
La nebulosa madre o masa ígnea evoluciona en tres etapas descendentes y cuatro etapas ascendentes hacia su completo desarrollo y fin.
El actual estado de la evolución del Sistema Planetario Solar es el siguiente:
Los planetas que rodean el Sol son doce, aparte de los muchos asteroides que acompañan a éstos, visibles e invisibles.
La ubicación de los planetas en relación al Sol, comenzando por el más distante, es la siguiente:
En la primera Rueda Planetaria se formaron los globos mentales de los planetas. Después que éstos formaron la materia radiante de sus globos, sucedió a esto un pralaya o descanso, en el cual la naturaleza del nuevo sistema permaneció en un estado de actividad potencial.
Los globos mentales al establecerse sobre su eclíptica iban comprimiendo paulatinamente al campo magnético del sistema formando así una curvatura ideal sobre la rectitud de la circunferencia primitiva.
Esta diferenciación o depresión sobre el espacio determinó así la duración y el tiempo del sistema similar al de los otros sistemas planetarios, pero no igual.
A través de los símbolos matemáticos que tienen expresión en las figuras geométricas y que han conquistado un dominio perdurable en el tiempo, es posible trazar una semejanza con los actos cosmogónicos de la creación universal que fija una explicación de las eclípticas donde se han plasmado los sistemas planetarios.