Figura: La Rueda Cardíaca El corazón humano encierra el secreto del Universo según nuestras enseñanzas y, verdaderamente, el poder que de él emana y que se refleja en el astral, con la más bella de las ruedas, es primordial.
Figura: La Rueda Sonorífera En la base de la garganta está la raíz de la poderosísima rueda dominadora del éter atmosférico terrestre; cruza el cartílago tiroides, se enrosca alrededor de las glándulas tiroides, sale por la región mentoniana, reflejándose en el astral a la altura de la garganta.
Figura: La Rueda Visual La substancia mental tiene su asiento astral en la rueda visual que, por su importancia, sintetiza en sí las ruedas ya descritas.
Un poder intenso y terrible mana continuamente del plexo sacro para mantener constantemente la vida en el hombre; parte de estas fuerzas se depositan en los órganos genitales.
Como una carga eléctrica se concentran estas fuerzas en la región coxígea y allí impulsan la formación de las células espermáticas y germinales asentadas en los testículos y los ovarios.
El cuerpo astral forma unos vórtices protectores que rodean el cuerpo físico y se concentran especialmente en el plexo esplénico. Estos vórtices limitan al ser humano; no permiten que éste salga fuera del círculo trazado para el mantenimiento de la personalidad y únicamente dejan penetrar en el sistema del hombre aquellas fuerzas que son indispensables para el mantenimiento del ser, su amplificación mental y su desarrollo espiritual.
Quien tenga un pecho resplandeciente, quien haya desarrollado el plexo solar, correspondiente a la Rueda Solar bien puede decir que con él va la fuerza y el poder.
Este centro terrible proporciona al discípulo que haya logrado desarrollarlo, el valor de conservar lo que tiene o destruir.
Fue dicho que el amor es el principio y el fin del Sendero; por eso, la Senda Real es aquella del amor.
Páginas enteras se necesitarían para explicar el magno poder del corazón.
Vishudda, el centro de la garganta, únicamente influye sobre los cuerpos mentales.
La vibración es su único derivado. Por eso encierra en sí el más suave, el más sutil, el más terrible de los poderes.
El dominio de la mente, que se logra al poseer la realización de este sexto Centro, da la séxtuple visión del Universo.
Verdadero Ojo de Dios, Ajna, abre todos los tesoros que brotaron de la mente de la Madre Divina para mostrarlos con todos sus detalles al Vidente.
Muy ardua tarea es describir el Centro Coronario, pero lo es más aún enumerar sus poderes y el valor de su desarrollo.
Baste decir que es el único Centro que vierte en el sistema septenario del hombre las fuerzas espirituales.