Curso XLVI - Enseñanza 14: Observancia y Dispensas

Todos los Hijos, enseguida que toque la campana, irán al lugar indicado.
El Superior, después de un tiempo prudencial que permita a los Hijos reunirse, tocará la campanilla.
El que llegue tarde se mantendrá de pie hasta que no sea dispensado por el Superior.
En todas las casas de Comunidad se observarán, aparte del Reglamento que es el fundamento de la vida de Ordenación, todas estas normas; y aún aquéllas dictadas por el Seminario, excepto alguna cosa especial del tiempo de prueba.
Se entiende por Reglamento: Reglamento, Método y Ceremonial.
En las casas donde viven Ordenados, pero que no son consideradas como casas de Comunidad propiamente dichas, no se observarán las normas sino que se atendrán al Reglamento y a los mandatos del Caballero Gran Maestre.
Para facilitar más la comunicación de los Hijos con los trabajos que han de efectuar para las Obras de Cafh, a la mesa se suprimirá el Mane Man del mediodía y se le suplirá con la oración: “Derrama, Señor, tus bendiciones sobre nosotros y sobre el alimento que vamos a tomar. Así Sea”.
Los días miércoles y viernes cantarán el “Stabat Mater” como está prescripto y los otros días suplirán el Himno a la Madre por el “Ave Maris Stella”. Si no les fuera posible hacer procesión, recitarán de pie alrededor de la mesa.
La penitencia de los sábados, en lugar de hacerla en el comedor, se hará enseguida después de la Conferencia.
Todas estas dispensas no podrán ser puestas en práctica, sino con el permiso del Caballero Gran Maestre y durarán el tiempo que él disponga.
El Director del Seminario imponga a los Hijos las penitencias de costumbre como besar al piso, ponerse tendido en el suelo cuando pasa la Comunidad, pedir de rodillas pública penitencia, estar en el comedor con los brazos levantados; esto para que adquieran un profundo espíritu de humildad.
Que digan muchas veces en voz alta: “Pido a esta venerable Comunidad perdón por mis faltas y los malos ejemplos dados”, o esta oración: “Escuche mi voz esta venerable Comunidad: soy indigno de permanecer en tan santa compañía. Rueguen por mí”, o esta: “Sepa esta Comunidad mi voluntad: deseo ser el último en la Santa Casa de la Madre, antes que el primero en las casas del mundo”.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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