Curso XL - Enseñanza 10: “SAHASRĀRA”
Versículo 39°
“Cuando las acciones del asceta son, a través del servicio del pie de loto de su Maestro, en todo respecto buenas, entonces verá sobre la Rueda Carotídea la forma de la Gran Voz Insonora, y tendrá siempre en el lote de su mano la Flor del Poder de la Palabra. La Gran Voz Insonora, que es el lugar de la disolución del elemento Aire, es la mitad del Dios Shiva, en forma de arado; es tranquilo, concede favores, disipa el temor y pone de manifiesto Inteligencia Pura.”
Comentario
Este Versículo es transitorio y no corresponde ni al Ājnā, ni al Sahasrāra.
El asceta que ha probado el éxtasis realiza en el mundo, por influjo del mismo, acciones nobles, espontáneamente, por su naturaleza. A ésto se le llama servicio del pie de loto del Guru.
El contacto con el alma del Maestro hace al discípulo semejante a él. Se siente inclinado a hacer obras buenas, como su Guru, y entonces ve sobre el Ājnā-chakra la forma del Mahānāda, el lugar en donde termina la actividad del ser, para no existir más que su potencialidad.
El asceta hace el hábito de obrar caritativamente impulsado por la visión espiritual y su acción se transforma así en poder vivo, el Siddhi de la Palabra, que es el fruto del poder espiritual.
En el Mahānāda, la Gran Voz Insonora, se diluye Vayū; el amor ha llegado al final del Sendero: el amor es amor.
El Mahānāda es la mitad del Dios Shiva, en forma de arado, acción, trabajo; la otra mitad, que no está descrita, es la parte potencial invisible.
Versículo 40°
“Encima de todos estos lotos, grandes y pequeños, en el lugar vacío dentro del cual está un Cordón con todas sus ramificaciones de canales, que va de la cabeza al ano, y debajo de la Emanación, está el loto de mil Pétalos. Este loto, brillante y más blanco que la luna llena, tiene su cabeza mirando hacia abajo. Encanta. Sus enramados filamentos están teñidos del color del joven sol. Su cuerpo es luminoso, con las letras comenzando por A, y es la dicha absoluta.”
Comentario
El Sahasrāra es el centro único que está sobre todos los demás, al mismo tiempo que es libre y que recibe en su centro la corriente de todos.
Allí converge Shankhinī-Nādī, el Cordón principal con todos sus canales, y está colocado por debajo de Visarga, que es el paso por donde entra el efluvio divino, Espíritu, al ser.
La belleza de este centro es sin igual; resume en sí la belleza de todos los demás centros.
Dice el texto que su cuerpo es luminoso, con las letras comenzando por la A y pasando toda la escala; es la dicha absoluta.
Es de un color blanquísimo, pero su centro es color oro, rodeado de doce pétalos principales y después, exactamente como los pétalos de una flor, van aumentando de número hasta llegar aproximadamente a unas mil radiaciones. Las escamas que adornan el tocado de la cabeza de las estatuas del Buda, significan la Rueda Coronaria. Esto mismo querían simbolizar el tocado de los Faraones, la costumbre de las mujeres cristianas de entrar al templo con la cabeza cubierta y el ceremonial judío que impide oficiar con la cabeza descubierta.
Esta rueda está colocada con los pétalos hacia abajo, especialmente cuando el ser está en meditación o en un estado de mística pasiva, como en el caso de la meditación del Buda. Pero cuando trabaja y derrama fuerzas espirituales, los pétalos se levantan y forman como una maravillosa aureola, muy parecida a las que adornan la cabeza de los Cristos bizantinos. En este caso, el color, de blanco se transforma en resplandeciente como el sol y, según el trabajo espiritual que desarrolle, se va matizando con todos los colores, formando como un único color sintético.
Su única forma es el Punto Luminoso y sus letras características son:
OM y A.
En el cuerpo físico esta sustancia asienta en la glándula pineal.
Versículo 41°
“Dentro de este centro está la luna llena, sin la marca de la liebre, resplandeciente como en un cielo claro. Vierte sus rayos en profusión y es húmedo y fresco cual néctar. Dentro del círculo de la luna, brillando constantemente cual relámpago, está el Triángulo y dentro de éste brilla el Gran Vacío, el cual está servido, en secreto, por todos los Dioses.”
Comentario
La luna llena sin la marca de la liebre indica el hombre libertado, poseedor de la experiencia humana, pero no atado a las causas.
Dentro de la aureola que forman los rayos de la luna llena, Chandra Mandala, que brilla cual relámpago, y que es la energía emanante del ser, está el Triángulo: mente, energía y materia. Y dentro de éste brilla el Gran Vacío, que es la más alta parte espiritual que posee el hombre.
Versículo 42°
“Bien oculto, y al que se llega tan sólo con gran esfuerzo, es aquel sutil Punto que es la principal raíz de la liberación y que manifiesta el más puro éxtasis. Aquí está el Dios que es conocido a todos como Supremo Dios. Él es el Dios Eterno y el Espíritu de todos los seres. En Él están unidos el Dios masculino y el Dios femenino y Él es el sol que destruye la oscuridad de la nesciencia y el engaño.”
Comentario
Pero todos estos éxtasis divinos no son el principal; se van sobreponiendo unos a otros como sutilísimos papeles de seda. El asceta camina por estos éxtasis al éxtasis de la liberación.
Después de haber pasado por el éxtasis de aspecto femenino y lunar, llamado Chandra Mandala, en donde, en secreto, goza junto con todos los Suras o Dioses, de los diversos éxtasis de los Siete Rayos, se asienta en un punto único en el Gran Vacío: Bindu Shūnya, que, si bien no es la liberación, es la raíz de la misma, y su éxtasis se hace extremadamente duradero, Nirvāna-Kāla, pues goza de un período paradisíaco, Amā-Kalā. Aquí participa, no del éxtasis de los Siete Rayos, sino del éxtasis del Supremo y Único Dios Personal, Parama Shiva, que es Espíritu y alma de todos los seres, Brahman y Ātmā. En Él están unidos Rasa y Virasa, que son Shiva y Shakti, el Dios-hombre y el Dios-mujer. Él es el sol del conocimiento único, que destruye la oscuridad de la variabilidad, que es la nesciencia y el engaño.
Versículo 43°
“Vertiendo una constante y profusa corriente de esencia cual néctar, el Señor instruye al asceta de mente pura, en el conocimiento por el cual comprende la Unidad del Espíritu y del Gran Espíritu. Penetra, como señor, todas las cosas, quien es la corriente que siempre fluye y desparrama toda forma de dicha, conocida por el nombre de Ave Suprema.”
Comentario
Una corriente constante y profusa se establece entre el alma y Dios, después del éxtasis perfecto. Y Dios se transforma en el Maestro, en el Bhagavān que instruye continuamente a su Yati; éste es el nombre que se le da al asceta de mente pura. Pero, así como dos enamorados no pueden hablar más que de su amor, Dios no puede comunicarle al alma conocimientos variados, sino lo que atañe a Él y al alma, exclusivamente: la comprensión de la Unidad. El Paramātmā y el Jivātmā, Dios y el alma, son una sola cosa; una gota de agua es exactamente igual a todas las demás gotas de agua del océano. Un rayo de luz es toda la luz; un alma, Jivātmā, es microcósmicamente una imagen exacta de Paramātmā, la unión de todas las almas.
Cuando Uno sabe el valor de la Unidad, no sólo conoce todas las cosas, sino penetra en todas ellas y las penetra como Señor, como dueño y conocedor. Su conocimiento es como una corriente continuada que da la dicha verdadera, la dicha del Espíritu, emanante del Espíritu Supremo, Hamsah-Parama o Parama-Hamsah.
Versículo 44°
“Los devotos de Shiva lo llaman la Morada de Shiva; los devotos de Vishnū lo llaman Parana-Purusha; otros, el lugar de Vishnū y Shiva. Aquéllos llenos de pasión por los pies de loto de la Madre, lo llaman la Excelente Morada de las Diosas; y los otros Grandes Sabios lo llaman el Puro Lugar de la Materia-Espíritu.”
Comentario
Los hindúes consideran que el Dios Único tiene tres aspectos distintos, que son Brahma, Vishnū y Shiva. Pero han habido discusiones teológicas, sostenidas y continuadas por diversas sectas, sobre la precedencia de uno de estos tres aspectos divinos en la Santísima Trinidad hinduista.
Las Shaivas, que reconocen como Primera Emanación a Shiva, llaman a la morada en donde se logra el éxtasis del Dios Único, Morada de Shiva; así como los Vaishnavas le llaman Parama-Purusha, éxtasis de Vishnū, el Gran Espíritu.
Aquellos que le dan supremacía a Hari-Hara, unión de Vishnū y Shiva, le llaman Morada de Hari-Hara.
Los devotos del aspecto femenino de la divinidad, le llaman la Excelente Morada de los Devī. Y los Grandes Munis Sabios, le llaman lugar del éxtasis en donde se percibe el puro Espíritu, Purusha; o la esencia de la naturaleza, Prakriti.
Versículo 45°
“Aquel, el más excelente de los hombres, que ha domado su mente y ha conocido este Lugar, no nace más en este Vagar, pues nada hay en los tres mundos que lo ate. Siendo su mente domada y su fin cumplido, posee el poder de hacer todo lo que le plazca y de evitar lo que sea contrario a su voluntad. Se mueve siempre hacia lo Eterno. Su palabra, en prosa o en verso, es pura y dulce.”
Comentario
El éxtasis de Dios no es la liberación, sino la raíz, el principio de la liberación.
El Iniciado, considerado no como uno de los hombres, sino como el hombre, el más excelente de los hombres, no es arrastrado ya en el Vagar de la rueda de las encarnaciones, de nacer en este mundo y de estar atado a la ley del devenir, Samsārā-Karma, sino tiende hacia el éxtasis perfecto, completo; como dice el Versículo, se mueve siempre hacia lo Eterno, el Brahman.
Sin embargo, puede cumplir con todos sus deseos; pero estos deseos, al tener él una única aspiración, pues su fin está cumplido, no tienen valor de atracción alguna, porque sería contrario a su voluntad, la cual está toda orientada hacia Dios.