Curso II - Enseñanza 3: La Lucha por la Vida

Mas no es sólo el enemigo interno el que golpea a las puertas del alma en las horas tristes, pues todo lo que rodea al hombre es causa de dolor. ¿No es acaso la vida entera una destrucción continua, una matanza continua para provecho de la subsistencia? ¿Y no son acaso los hombres en mayor o menor grado, entes que quieren absorber a otros hombres?
Diríamos, en sentido figurado, que el planeta más fuerte siempre quiere absorber al más débil y esta lucha continua para mantener la independencia, esta tentación continua del mundo que llama, halaga, persigue, ayuda y destruye al hombre ¡cuántos dolores amargos proporciona!
Pero el Sacrificio que da la fuerza necesaria para tolerar el golpe sin sucumbir bajo él, que da el valor para conocerlo, aceptarlo y alejarlo en determinado momento, es el medio por el cual se llega al conocimiento del propio valor y de la propia responsabilidad. Los que huyen del dolor caen continuamente en él; los que temen el sufrimiento lo tienen encima; pero quienes lo afrontan para conocerlo y conquistarlo ganan, con su sacrificio, una aureola de libertad sobre ellos.
Ningún humano puede escapar al dolor, pero muchos han hecho del mismo una fuente de comprensión y felicidad. Aun los hombres que nada saben de vida espiritual se precian de haber sufrido mucho, pues estiman que el dolor los ha curtido y los ha hecho hombres.
Krishnamurti decía en una de sus pláticas: “No huyas del dolor sino júntate con él”.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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