El Sacrificio

Curso II - Enseñanza 1: Los Misterios del Sacrificio

Vence al dolor sumergiéndote en él.

Curso II - Enseñanza 2: El Tedio

Puede el hombre tenerlo todo, puede gozar de todos los bienes de la vida y de una perfecta salud, puede viajar de un punto a otro de la Tierra; sin embargo, a determinada hora del día, un inoportuno visitante se acercará a él: es el dolor del tedio humano, es el cansancio de las horas que vuelan, es la sensación indefinida de que algo se ha perdido para siempre, es el sentido oculto de que un mal ignoto puede sobrevenirle en cualquier momento.

Curso II - Enseñanza 3: La Lucha por la Vida

Ningún humano puede escapar al dolor, pero muchos han hecho del mismo una fuente de comprensión y felicidad.

Curso II - Enseñanza 4: Los Continuos Cambios

La variabilidad del Universo Manifestado es fuente de cambios continuos y el hombre que por su naturaleza divina tiende a lo estático en el punto en que se encuentra, padece amargamente por estos cambios repetidos.

Curso II - Enseñanza 5: El Pasado

De muchas cosas es posible deshacerse, pero ¿quién puede deshacerse de su pasado? Y aún más, ¿quién puede deshacerse del recuerdo congénito de sus pasadas experiencias a través de las vidas y de las muertes?

Curso II - Enseñanza 6: La Incertidumbre del Mañana

Aquel que ha puesto su trabajo en manos de los Maestros no puede caer nunca.

Curso II - Enseñanza 7: Los Lazos de Sangre

Ha dicho el Maestro: “Los enemigos del hombre son los de su casa”

Curso II - Enseñanza 8: El qué Dirán

La Humanidad exalta a los hombres grandes y buenos después de muertos, pero en vida los martiriza.

Curso II - Enseñanza 9: Las Circunstancias Materiales

Nada es despreciable en las ocupaciones diarias que le han sido dadas al hombre.

Curso II - Enseñanza 10: La Compasión

Cuanto más se adelanta y más se amplifica la conciencia individual, tanto menos groseras son las sensibilidades, aunque más sutiles y más amplias. Personalmente se comprende el porqué de los padecimientos y sufrimientos de la Humanidad; pero el dolor colectivo llega intensamente hasta la Rueda del Corazón, llenándola del rosado color de la compasión.