En la vorágine de acontecimientos mundiales que suceden sin tregua, sobre los que ya hemos reflexionado tantas veces: las informaciones globales negativas y continuas, el vértigo ruidoso de las calles pletóricas de vehículos y gente, las matanzas de Irak y Palestina, los dramas familiares, el triunfo social de los homosexuales, la televisión satánica, el desorden de los estados nacionales, la banalidad de las iglesias, etcétera, me pregunto: ¿Dónde están parados los hombres?
Disney fue un hombre exitoso en todas las cosas que emprendió, menos en una, aunque en esa ocasión ya estaba muerto, mejor dicho, el más ambicioso de sus proyectos, vencer a la muerte, no le salió bien.
No entiendo a Jesús. Como Gran Iniciado Solar sigue siendo impenetrable, pero su obra, o las obras que se inscriben bajo su nombre, al cabo de 2.000 años de militancia que le correspondieron históricamente fueron un fracaso total.
El Universo de la Civilización Cristiana está repleto de posesiones que dan beneficios. Hasta el más remoto peñasco del Océano tiene un propietario, un país, un consorcio internacional, un dueño virtual que lo ha registrado.
El mundo gira alrededor del dinero. No siempre fue así. Este es un asunto relativamente moderno. La moneda de oro, el dinero, empezó a circular en el Mediterráneo entre los puertos que traficaban desde Grecia hasta Cartago, en barcos pequeños cerámicas, aceite de oliva, joyas, telas, hace unos tres mil años.
1900: Descubrimiento de la radioactividad por Becquerel, Pierre y Marie Curie.
Primeros años: Max Planck, descubrimiento de la mecánica cuántica. Desarrollo del motor a explosión, diésel, automovilismo, cinematografía, telegrafía sin hilos, ferrocarriles eléctricos, teléfonos interoceánicos, aviación, conquista de los polos, Gran Bretaña primera potencia con un inmenso imperio marítimo, “Las Señoritas de Avignon” de Picasso,“Consagración de la Primavera” de Igor Stravinsky.
Al final de su vida, Kurosawa hizo una hermosa película con secuencias sencillas, fáciles de comprender, “Sueños”, que en cinco o seis capítulos relata algunas de las tradiciones del pueblo japonés que han perdurado a través de los siglos.
No se puede precisar cuándo se fundó la religión jaina, pues su memoria se pierde en los primeros siglos del Hinduismo, si bien aparece formalmente constituida en los comienzos del Budismo.
El Cristianismo marcó una nueva era básica, completamente distinta de las anteriores, que revolucionó al mundo y es aún credo de la civilización europea.
Todas las religiones nacidas de las dos grandes corrientes, védica y egipcia, desembocan en el mar del Cristianismo; las que no han desaparecido subsisten en decadencia.