Cafh espera el próximo descenso de la Divina Encarnación sobre la tierra.
El Fuerte Libertador, el Maitreya, el Cristo Glorioso, es la imagen del Ser Divino esperado.
Muchos afirman que la Divina Encarnación en realidad no encarna en un hombre, sino sólo anima una forma o da impulso a un ser escogido.
El Plan Divino en la tierra se desenvuelve a través de las obras de los hombres.
Las obras materiales, intelectuales y espirituales de los hombres, constituyen el Cuerpo Místico de la Gran Obra, a través del cual se manifiesta y cumple el Plan Divino sobre la tierra.
Cafh es una Obra Divina nacida del pensamiento de los Maestros como resultado eficiente de una parte del cumplimiento del Plan Divino.
Los Maestros que idearon necesariamente a Cafh la reflejaron en la tierra en los Hijos que habían de darle vida y organizarla; estas corrientes de un pensamiento divino y una correspondencia humana generaron una fuerza determinada que invadió, paulatinamente, el campo magnético de la ideación de Cafh, formando así su cuerpo energético.
El alma constantemente anhela la liberación espiritual y la Unión Divina como supremo y único bien.
Cafh es un medio para lograrla.
Ella atrae a sí las almas predestinadas para que por su medio logren la Unión Substancial con la Divina Madre.
El renunciamiento es el camino de Cafh y no hay otro camino para la salvación del mundo.
El renunciamiento es el único medio de salvación no sólo para los Hijos de Cafh, sino para toda la Humanidad.
Cuando el Bienaventurado Buda empezó a reunir a sus hijos a su alrededor para enseñarles la extraordinaria verdad de que todo es renuncia y nada es duradero en el mundo, lo primero que hizo no fue decirles que todo perece, que todo termina, sino fue mandarlos a un cementerio.
Renunciar es vencer el tiempo dimensional para vivir un tiempo expansivo, inmenso, eterno. Pero estas palabras suenan muy vacías, muy teatrales, si no se procura vivirlas, captarlas interiormente, hacer del sentido del tiempo una realidad de eternidad.
De Rancé, el reformador del Cister, el fundador de la Trapa, es una de las figuras más hermosas de la contemplación de la muerte y del dolor.
¿Cuándo es que la muerte lo llama a la vida verdadera, que lo saca de la ilusión del mundo para llevarlo a la cumbre de la más pura santidad?
La Renuncia es la verdad única que le es dada conocer a los hombres porque es la parte completamente opuesta al apego que es falsedad, ignorancia, sobre el cual asientan los hombres su conocimiento.
Hay una hermosa leyenda tibetana que cuenta la historia del vencimiento del sueño.
Hubo una vez un asceta de gran virtud y santidad que llegó a dominar todas sus mentes, todos sus sentidos y todas sus facultades, pero su deseo era permanecer siempre unido con su mente a Dios.