Curso IV - Enseñanza 14: La Integridad de la Gran Obra

El Plan Divino en la tierra se desenvuelve a través de las obras de los hombres.
Las obras materiales, intelectuales y espirituales de los hombres, constituyen el Cuerpo Místico de la Gran Obra, a través del cual se manifiesta y cumple el Plan Divino sobre la tierra.
La Ley de Predestinación Consecutiva y la Ley Arbitral de Posibilidades chocan entre sí constantemente en lucha satánica, pero cuando entran en un plan armónico de analogía se transforman en el devenir realizador.
Estas ideas divinas, concretadas humanamente en el mundo, dan por resultado la Integridad de la Gran Obra.
La Gran Obra, sin embargo, está hecha por una infinidad de piezas distintas que se van labrando paulatinamente y uniendo entre sí en el tiempo y en el espacio. Cada conjunto de hombres trabaja en una determinada pieza que es una parte integral de la Gran Obra.
Cafh participa en la Integridad de la Gran Obra destinada a la formación de la raza futura, en una labor espiritual.
La Gran Obra de Cafh es reunir a las almas destinadas, en el tiempo y en el espacio, para preparar la Idea Madre Espiritual de la raza futura.
No sólo Cafh prepara el movimiento espiritual del futuro, pues hay en el mundo otros grupos, no numerosos, que trabajan y están destinados a este fin especial.
La Idea Madre Espiritual del futuro será constituida por una Organización, un Conocimiento y una Mística.
La Gran Obra de Cafh es preparar una parte de la mística del futuro por la sublimación de la Vida Interior en las almas.
Cafh hace su Obra reuniendo a las almas destinadas para ella a fin de que desenvuelvan continuamente en ellas mismas la vida interior, practicando por tres etapas, según sus categorías, la ascesis de la Renuncia y la Mística del Corazón.
No todas las almas que forman la reunión de almas de Cafh son hombres que moran en la tierra, sino que hay almas que participan de su obra y que moran en el mundo astral.
La reunión de almas de Cafh forma el Cuerpo Místico de la misma.
La Gran Obra de Cafh, por ser tal, ha de tener una manifestación en el mundo y ella por no tener bienes extrínsecos no tiene ni templos ni ciudades ni posesiones, se manifiesta en el mundo exclusivamente como una obra magnética, a través de su Cuerpo Místico formado por el caudal humano y magnético de sus Hijos.
Ella se manifiesta entonces a través de sus mismos Hijos: por sus cuerpos, sus almas, sus posibilidades, su capacidad, su hacienda, su sangre y su santidad.
Los resultados de esta potencia interior puesta en movimiento, es una irradiación magnética que continuamente va materializándose en hechos vivos y duraderos.
Estos hechos son: providencia para los necesitados, salud para los enfermos y dirección para las almas.
Los Hijos, por la práctica interior de la Mística del Corazón y por el ejercicio continuado de la Ascesis de la Renuncia, ahorran una infinidad de fuerzas que reparten en el mundo como realización inmediata.
La práctica de la Economía Providencial capacita a los Hijos para ayudar materialmente a los necesitados a ellos destinados.
La ayuda material hace violencia a la buena voluntad de los hombres y, al quitarle preocupaciones exteriores, los impulsa hacia la vida espiritual. El hombre necesita dos panes diarios: el pan material y el pan espiritual.
La reserva de energías aumenta en los Hijos el caudal de fuerzas magnéticas que transmiten a los enfermos como salud y bienestar. Un hombre sano y fuerte es una promesa para el futuro y una piedra angular para el gran templo de la religión universal.
La unión íntima que practican los Hijos con la Divinidad les confiere el don de aconsejar y dirigir a las almas. Revelar las posibilidades de lo sobrenatural a los elegidos es abrirle los ojos del alma para que vean su cielo interior.
La obra material y exterior entonces, el Gran Templo de Cafh, está constituido por esta obra directa que los Hijos ejercen con los hombres.
Cafh, no poseyendo nada sobre la tierra, no quiere ocultarse al mundo, sino quiere demostrarle la verdad espiritual de la consistencia de los bienes humanos en sí, prescindiendo de los bienes materiales.
La vida interior, la búsqueda divina en el alma, no sólo es fuente de bien espiritual, sino también es fuente de bien intelectual y material.
Todo está metódicamente al alcance de la mano del hombre que busca en sí solo la solución de los problemas del ente y de la vida.
La Gran Obra de los Hijos de Cafh es realizar para el mundo este milagro.
Los Hijos participan así con la Divina Encarnación a venir, de la salvación de la Humanidad por la Ascesis de la Renuncia y la Mística del Corazón.
Participan físicamente, pues dan sus cuerpos y su sangre en la formación sobre la tierra de la Gran Obra de Cafh.
Participan intelectualmente, pues dan toda su fuerza mental para que la Idea se mantenga integral, no permitiendo su materialización a través de una obra material ni su volatilización a través de una obra ideal, según su lema: Hacer de la materia mente y de la mente materia.
Participan espiritualmente, no especulando sobre la Esencia o no Esencia de Dios, sino ofrendándole incondicionalmente todo su amor.
Aquél que sea contrario a estos principios fundamentales no participa de la vida espiritual de Cafh y empaña y atrasa su realización siendo al fin desechado por ella.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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