Posición de paso. Correr el apoyo del cuerpo sobre la pierna delantera. Brazos en alto; inclinar el tronco hacia adelante elevando al mismo tiempo la pierna trasera de tal manera que, en lo posible, los brazos, el cuerpo y la pierna elevada, estén en una sola línea horizontal.
Posición natural. Colocarse en extrema punta de pies. Flexionar las rodillas dirigidas hacia adelante y bajar el tronco. Adelantar ahora las caderas, de manera que las rodillas se aproximan al suelo y enderezar las piernas, mientras se sigue adelantando las caderas.
Con los ejercicios dados en la enseñanza anterior finaliza la parte de la Gimnasia de Cafh que en su conjunto es suficiente para mantener al gimnasta que no la abandona con la agilidad,fuerza y elasticidad necesaria para hacer frente con relativa facilidad a las exigencias de la vida diaria y, al flexibilizar los tendones menos usados en los movimientos ejecutados habitualmente, ayuda al desplazamiento del prana de un centro a otro.
Los antiguos maestros desarrollaron en alto grado la ciencia de las posturas. Lamentablemente, sólo un conocimiento fragmentario de esta sabiduría llega hasta nuestro tiempo a través del pueblo indo, sin que se alcance a comprender su verdadero significado, porque se cae fácilmente en el error de analizar todo separadamente, sin buscar las relaciones con la Unidad.
La contemplación divina es el destino de todos los hombres.
Como no se comprende la contemplación, se opone la vida en el mundo a la vida contemplativa. Dos cosas que se oponen no pueden ser reales en sí.
La noble posición erguida, que el hombre ha tardado milenios en adquirir y que es el símbolo de su estado de evolución, se ve actualmente desvirtuada por hábitos que van adquiriendo los hombres de adoptar posturas encorvadas y asimétricas, fiel reflejo de su prevaleciente estado de ánimo deprimido, estrecho e inarmónico.
La vida de oración es esencialmente profundo recogimiento habitual. En ese recogimiento se hallarán los estados de oración, la fijación interior, la participación.
Si bien en todo camino ascético místico está prescripto un tiempo determinado para oración y ejercicios espirituales, éstos no siempre bastan como estímulos suficientes para el recogimiento, cuando el alma limita su oración a los mismos.
De la correcta colocación de la columna vertebral depende en el mayor grado la perfección de las posturas. Gran número de las posturas antiguas se han ideado de tal manera que durante su ejecución fuerzan a la columna a su posición correcta.
Al hablar de recogimiento, no se quiere significar ese estado sensible que goza el alma en algún tipo de oración sin distracciones. Tampoco el ensimismamiento natural producido por actividades que requieren alguna atención, ni la concentración más o menos intensa en las obligaciones diarias.
En las posturas naturales del hombre, la columna vertebral debería formar una línea de muy ligeras ondulaciones y, sin embargo, es habitual encontrar en la mayor parte de los hombres, una más o menos pronunciada convexidad de la espalda en la parte alta de la columna vertebral (cifosis).