Curso XVII - Enseñanza 2: Recogimiento

La vida de oración es esencialmente profundo recogimiento habitual. En ese recogimiento se hallarán los estados de oración, la fijación interior, la participación.
Si bien en todo camino ascético místico está prescripto un tiempo determinado para oración y ejercicios espirituales, éstos no siempre bastan como estímulos suficientes para el recogimiento, cuando el alma limita su oración a los mismos.
Además, en muchos casos, Hijos que tienen verdadero recogimiento, sufren en la hora de su meditación grandes pruebas de aridez y distracciones. Si bien en ellos esto no es de importancia, lo es en aquéllos que no tienen suficiente espíritu de oración, especialmente cuando su tipo de vida les exige mucho movimiento, conversaciones continuas y permanencia en ambientes muy poco favorables a una vida interior.
Cuando mayor es la necesidad de vuelco exterior, mayor ha de ser también el número de actos de detención y recogimiento. Es cierto que se puede orar continuamente, pero hasta tanto la oración no sea subconsciente, la actividad, comenzando por atraer la atención, termina por envolver al alma en la misma. Además, la conversación y trato continuo con personas de ideas e intenciones generalmente opuestas a las del Hijo, crean centros de fuerza antagónicos que polarizan la energía espiritual del alma hacia objetivos ilusorios, donde se gasta rápidamente. Esa atracción no se contrarresta siempre con simples jaculatorias u oraciones fijas. Hace falta un movimiento inverso del alma, la fijación interior es el recogimiento.
Hay que descubrir el secreto de ese movimiento; tener la llave de la clausura del corazón.
Si esto se descuida, se pierde rápidamente el espíritu de la vida de Renuncia, que nada fuera del profundo recogimiento puede mantener.
Cuando se pierde el espíritu interior de la vida de Renuncia, se pierde el contacto con la Enseñanza viva de Cafh, y la Unión Substancial con la Divina Madre se aleja hasta hacerse un sueño más.
Afuera nada cambia, todo sigue igual en la rutina común de los actos diarios; y sin embargo falta la vida, esa vida que un simple cumplimiento exterior no puede mantener, sino que necesita una estabilidad interior, la fijación del alma, la mística de la Renuncia hecha vida, hecha unión. Hace falta ese imán interior irresistible que es la Divina Madre.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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