La Madre Divina del Universo, antes que el aspirante empiece la Gran Obra, recrea su espíritu con un vislumbre total del sendero a recorrer.
El Templo es Uno, porque el Espíritu, principio básico de lo Absoluto, no tiene variación, ni definición, ni cualidades, ni separaciones; pero la Madre Divina, que es la parte manifiesta del Universo, es dos: EHS y Aeia.