Curso XLIV - Enseñanza 3: El Superior de Comunidad

El Superior de Comunidad tiene a su cuidado los Hijos que le son confiados; el Superior de Comunidad de hombres todos los Hijos y el Superior de Comunidad de mujeres todas las Hijas que componen la Comunidad.
El Superior de Comunidad haga que todos los Hijos, cuando ingresen a su Comunidad, renueven sus votos con todo fervor, estando toda la Comunidad presente.
En la renovación de Votos los Hijos pronunciarán únicamente la fórmula, sin la ceremonia que corresponde únicamente a la emisión de Votos.
Si el Superior Delegado estuviera impedido, atienda la administración y correspondencia de la Comunidad según las directivas recibidas.
La principal incumbencia del Superior de Comunidad es procurar el más estricto cumplimiento de todos los deberes de los Hijos: el cumplimiento de los votos, la inviolabilidad del Radio de Estabilidad y clausura, la observancia de las obligaciones individuales y trabajos confiados a la Comunidad, sea de Tabla o de Obras de Cafh, y el más perfecto desenvolvimiento de la observancia.
Forme el Superior a los Hijos en el espíritu de la obediencia. La obediencia no sólo la cumple el Hijo por el mandato sino ha de practicar la obediencia contingente del mandato; aquella que se amolda a las necesidades de las circunstancias y a las intenciones del mandato.
El Superior de Comunidad es el custodio de los tesoros de la Comunidad que son: El Reglamento, el Método, el Ceremonial, la Interpretación y las órdenes emanadas del Caballero Gran Maestre.
El Superior de Comunidad entrega semanalmente al Superior Delegado el informe de su Comunidad que ha de ser remitido al Caballero Gran Maestre.
Este informe ha de ser un reflejo fiel de los Hijos en donde las virtudes, los trabajos, los obstáculos, las enfermedades, las faltas todas han de ser escrupulosamente registrados y nada ha de quedar oculto o desvirtuado a los ojos del Caballero Gran Maestre.
El Superior de Comunidad dicte las órdenes del día, avise los cambios a efectuarse y comunique los trabajos a realizarse, en la hora del saludo de la tarde, estando todos reunidos, para que no haya malos entendidos e inconvenientes de último momento.
La misión más delicada del Superior de Comunidad es la corrección de las faltas, ya que con cada Hijo es indispensable un método especial para conducirlo al perfecto cumplimiento de sus votos; pues algunos responden más a la observación amorosa y otros necesitan rigor.
Cuando el Superior de Comunidad nota alguna falta deberá, ante todo, observarse a sí mismo para ver si él mismo no es la causa de ese mal y aumentar el espíritu de observancia respecto a ese punto. Luego deberá advertir en términos generales en la hora del saludo. Si ésto no diera resultado deberá corregir al Hijo directamente y si no lograra éxito, insistir con todos los medios de su amor y de su autoridad.
Si algún Hijo cometiera una falta grave, remitirá al caso al Superior Delegado para que se tomen las providencias correspondientes.
La caridad con los Hijos que faltan, sobre todo con los que tienen hábitos contrarios al espíritu de la Comunidad, es indispensable, pero tolerar el mal sería debilidad. Siempre se ha de amar al que falta, pero se ha de odiar el mal que comete.
En estos casos el Caballero Gran Maestre dispondrá para que este Hijo no tenga que dañar a los otros y sea apartado de la Comunidad.
El Superior de Comunidad no permita nunca que los Hijos respondan a las observaciones, ni que porfíen sobre lo que se dispone u ordena.
El Superior de Comunidad tenga especial cuidado en conceder toda su atención a los Hijos, sea en sus necesidades como en sus enfermedades y dé las dispensas necesarias; pero no conceda estas dispensas por casos leves o fútiles, ni permita que ningún Hijo haga de la dispensa un hábito.
Reciba en conferencia particular a todos los Hijos cuando se la soliciten y a la noche después del Silencio Riguroso a los que lo necesitan, y no deje por ninguna causa de dar la conferencia mensual a los Hijos de Votos Solemnes.
Si el Superior de Comunidad fuera también Director de Seminario, la Conferencia particular semanal concedida a los Seminaristas la podrá atender el Vice-Director; pero el Superior y Director deberá recibir a los Seminaristas una vez por mes.
El Superior de Comunidad dispone, además, de todos los trabajos y obligaciones de sus Hijos a desenvolverse dentro del Radio de Estabilidad. Aún cuando el Superior de Comunidad no tenga un cargo directo en la Obra de Cafh, interviene directamente y procura el buen desenvolvimiento de la Obra de Cafh confiada a su Comunidad, sobre todo en ausencia del Superior Delegado.
El Superior de Comunidad ha de controlarlo todo; sus ojos han de ser los ojos de toda la Casa y de todas las cosas; ha de procurar que el reloj de la Divina Madre marche ininterrumpidamente y todos los Hijos de su Comunidad han de ser una sola alma y un solo corazón.
El Superior de Comunidad haga con su ejemplo y amor que todos los Hijos confíen en él y que no teman demostrarle sus dudas y problemas.
No olvide que la Comunidad es el tesoro que la Divina Madre le ha confiado y que Ella le pedirá estricta cuenta si su tesoro no multiplica en virtud y perfección.
El Superior que es enviado a una Comunidad recién fundada deberá ser un alma bien templada, porque los primeros siete años de fundación de una Comunidad son los más inciertos y difíciles, como obra que ha de asentarse y formar el ambiente y el espíritu de la nueva clausura. Los diez años siguientes a los siete primeros serán de formación y desarrollo integral de la Comunidad, y después de cincuenta años de fundación una Comunidad será una roca inconmovible.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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