Curso XLIV - Enseñanza 4: Dignidad de los Superiores

Los hijos verán en los Superiores la Imagen de la Divina Madre.
Verdaderamente el Superior no es ni hombre ni mujer, sino la Divina Madre que vive y actúa por ese medio entre los Hijos y como tal estos deben respetarlos y amarlos.
Ya el Reglamento consigna cómo hay que portarse con los Superiores, pero además es necesario adaptarse a aquellos actos de veneración que se han impuesto con el uso.
Cuando un Superior entra a un lugar común o dependencia, todos los presentes se ponen de pie y lo mismo hacen cuando se retira.
Si mientras está presente un Superior entra otro Superior de menor categoría los Hijos no se ponen de pie.
A la mañana y a la noche, estando toda la Comunidad reunida, se pide la bendición al Superior con la palabra: Bendíganos.
Los Hijos cuando se encuentran con un Superior saludan con el versículo que a él le corresponde y reciben la bendición.
Cuando el Superior, si es Caballero Maestre, se ausenta o vuelve a la Casa después de una permanencia fuera de la Comunidad, los Hijos que lo encuentran le piden la Bendición Ired.
En las fiestas toda la Comunidad le pide la Bendición Ired al Superior. Cuando se pide en común, la solicita el Hijo último en categoría en la Comunidad.
La Bendición Ired se pide doblando la rodilla izquierda y besando el anillo de Votos Perpetuos del Superior, mientras éste toca la cabeza de los Hijos con la mano derecha.
Sólo los Caballeros Maestres imparten la Bendición Ired.
Cuando los Hijos están a la presencia de los Superiores estarán siempre de pie hasta que éstos les ofrezcan sentarse.
El respeto a los Superiores no es sólo un testimonio que se le rinde a la Divina Madre, sino una manifestación de parte del Hijo de su comprensión por el don de poder comunicarse personalmente con los Superiores.
Además, toda falta de reverencia o de confianza hacia el Superior, por leve que sea, es una tentativa solapada del mundo contra el Hijo que ha huido de él para recuperarlo.
En el caso que llegara a la Casa de Comunidad un Superior del mundo se le pide la bendición sólo cuando él se presenta como tal o cuando el Superior de la Comunidad lo presenta.
Si algún Hijo tuviera que atenderlo, le pedirá la bendición la primera y última vez que lo ve, y nada más. Con todos los Superiores se procederá de la misma forma.
El mismo porte de dignidad del Hijo es un testimonio de veneración hacia sus Superiores, y hacia la Divina Madre.
Cuando canten los Himnos sea con el tono dado, haciendo las pausas correspondientes y unificando las voces lo más posible.
Reverencien siempre los Hijos, con toda solemnidad y amor, la imagen que representa a la Divina Madre.
Cuando los Hijos reverencian la imagen de la Divina Madre, háganlo en el centro de la pieza, con toda devoción.
Ella no responde al llamado de la imagen sino al llamado del amor. El Hijo, con su devota oración, espiritualiza la imagen, haciendo de ella un receptáculo de la Divinidad.
La Imagen, entonces, no es una forma muerta: tiene la vida que le da la reverencia y la renuncia del Hijo y está santificada por la presencia real de la Divina Madre.
Por eso, sobre todo en la sala de oración, tengan los Hijos una compostura perfecta. Sentados, de pie o en postura diamantina, manténganse inmóviles y con la espina dorsal bien derecha, sin darse vueltas de un lado para otro. Pase lo que pase deben estar inmóviles como estatuas.
Los Hijos cuando entran en un Templo, sea de cualquier religión, o lugar venerado mantengan una actitud de sumo respeto y se comporten reverentemente según la costumbre de dicho templo o lugar, y recuerden siempre las palabras de Ramakrishna: “Es conveniente arrodillarse donde otros se han arrodillado, porque en donde otros se han arrodillado, allí está la presencia de Dios”.
Los Superiores de Comunidad, Asistentes, Directores, Vice-Directores y Directores de Obras de Cafh no durarán en el mismo cargo más de dos años, pero podrán ser elegidos para otro cargo, o para el mismo cargo en otra Comunidad. Pasados los dos años podrán ser reelegidos. Estos cambios se harán para las fiestas de Navidad.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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