Curso XLIII - Enseñanza 7: Decimoséptima a Vigésimosegunda Figuras del Tarot: Su Interpretación
Figura N° 17
La mujer desnuda simboliza la vida en su estado de conservación. Las dos ánforas, que tiene en las manos, simbolizan la creación y la destrucción.
Para conservar indefinidamente la vida hay que dominar muy bien las dos ánforas del principio y del fin con una perfecta transmutación y hacer de la materia mente y de la mente, materia.
Las cinco estrellas que coronan su cabeza simbolizan los cinco poderes internos que hay que usar para la conservación de la vida.
Los dos restantes son demasiado sutiles y, en determinado momento, destruyen la vida material en beneficio de la espiritual.
El desierto es imagen de la uniformidad, de la indiferencia, de la paz, de la ausencia de variados panoramas o pares de opuestos, en donde únicamente florece la palmera de la inmortalidad, que se logra por el desapego de los goces materiales, sin renunciar a la posesión de la vida. Simboliza también el arte magno de la Astrología.
Figura N° 18
Esta figura simboliza no sólo la noche terrestre, sino también la vida potencial.
La luna es imagen de un punto aparentemente muerto, que ha pasado su fuerza activa a otro centro manteniendo, únicamente, su parte potencial; mientras que los dos perros que ladran son los guardianes de los centros layas; representan el esfuerzo que hace la materia activa para absorber, para atraer la fuerza de la substancia potencial.
Los castillos indican que como es arriba así es abajo; así como es en el Cosmos, es en la vida del hombre; la fuerza potencial es la madre de toda fuerza ya expresada o activa, aquella fuerza encerrada, simbólicamente, en inexpugnables castillos.
El camino salpicado de sangre indica el valor extraordinario que emana de los hombres vivientes, que puede llevarles desde la tierra al cielo, desde lo pequeño hasta lo más grande.
Es también imagen, este camino, de la Química, del poder de los elementales y de las fuerzas colectivas.
Figura N° 19
En la figura francesa, que es más correcta, se ve a la mujer sentada, hilando; indica el karma, el destino de los hombres.
A través de los distintos caminos y de las múltiples formas, el hombre se va independizando espiritualmente hasta que de subalterno se transforma en el único, el hombre, centro de su sistema, mental y espiritual; el microcosmos frente al macrocosmos verdaderamente hecho a semejanza de Dios.
Esta figura simboliza también que cuando el hombre, el Rebelde, el Sol, reconoce su poder y su divinidad, rompe los lazos del karma y se libera de las ruedas de causas y efectos.
Cuando el hombre logra su liberación ha encontrado la verdadera piedra filosofal. Él mismo es la piedra angular, Petrus. Él mismo es la piedra angular sobre la que asienta su porvenir y su destino, la verdadera Piedra Filosofal.
Figura N° 20
Esta figura simboliza la reencarnación, la resurrección de la carne. Lo que ha muerto vuelve a la vida y los muertos vuelven a vivir.
Es también imagen del Examen Retrospectivo y del plano de los durmientes, o sexto plano del Mundo Astral.
Figura N° 21
Esta figura simboliza el Triunfo; la redención del Espíritu sobre la carne, o materia.
Un triunfo verdadero no es tal si no es completo. El dominador ha de haber luchado contra todos los obstáculos y haberlos vencido a todos para llevar la corona de la victoria.
El laurel simboliza el triunfo.
La mujer, imagen del alma libertada, simboliza su triunfo sobre los cuatro elementos y aún sobre el hombre mismo. Los cuatro elementos están representados por el león, el toro, el águila y la tierra: respectivamente, fuego, tierra, aire y agua; el hombre es representado por el ángel.
La media luna sobre la cabeza de la mujer es imagen de la fuerza oculta y de la clarividencia.
Al mismo tiempo, el Triunfo es Verdad y la Verdad no tiene secretos para aquél que la conquista; por eso la mujer aparece completamente desnuda.
Figura N° 22
Esta figura es imagen de la vida instintiva.
El hombre, cuando está dominado por la pasión, es como un niño que caza mariposas o como un loco perseguido por los perros. Lo ciega el impulso de la pasión y olvida hasta lo elemental.
Con este olvido paga su tributo a la carne que, aún sea por un solo momento, toma completo predominio sobre el espíritu.
Esta figura simboliza, también, la adivinación, así como la magia gris, o sexual.