Curso XLIII - Enseñanza 6: Undécima a Decimosexta Figuras del Tarot: Su Interpretación

Figura N° 11

El traje rojo de la figura representa el poder que da y quita, que vivifica y mata. Los ojos miran hacia el infinito porque el verdaderamente poderoso y fuerte hace todo impávidamente, teniendo, como única referencia, el sueño ideado o ideal.
Esta fortaleza, basada en un punto hipotético, que es su vocación, hace que todos los obstáculos cedan; por eso, cierra las fauces del león, sin esfuerzo.
Asimismo, el fuerte establece un contacto continuo entre las fuerzas que usa y la fuerza hacia que se dirige su acción, estableciendo una verdadera corriente magnética, una corriente fluida, simbolizada por el “8” del sombrero.

Figura N° 12

Para que triunfe definitivamente el espíritu debe ser crucificada la materia; mejor dicho, las partículas materiales se deben transmutar en partículas astrales.
Esta desaparición de la materia para ser transformada en fuerza superior, está simbolizada por la sangre que mana de la llaga. El triángulo con el vértice hacia abajo confirma en la creencia que hasta en la parte más pesada de la materia hay energía y mente. Es, personalmente, imagen de sacrificio, y de un sacrificio hecho espontáneamente, para que otro recoja la experiencia.

Figura N° 13

El esqueleto en el campo verde indica la continua renovación de la vida, la reencarnación y los cambios continuos.
Esta imagen es Kali, la diosa inda que, con un cuchillo ensangrentado, baila sobre el cuerpo del dios su esposo al cual acaba de asesinar. Significa que, para que el espíritu sea liberado el cuerpo ha de perecer. La diosa, al bailar simboliza la alegría que produce la liberación del espíritu; al mismo tiempo, es imagen de la magia negra que aprovecha el instante de la muerte para vivificar los deseos de los operantes.
El momento de la muerte es el de mayor alegría, es de gran goce y de gran fuerza magnética, porque el ser al morir, recién goza verdaderamente por la instantánea convicción de que es inmortal.

Figura N° 14

Esta figura simboliza que el secreto de la posesión de la vida, de la salud y de la juventud está en amoldarse al cambio continuo de la vida misma. El ser que quiere estabilizarse dentro de determinada ley va en contra de la gran Ley de la Vida, que es cambio continuo; por eso, desarmoniza, enferma y muere.
El septenario es imagen de los siete centros que se recorren continuamente, de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo; una perfecta transmutación, indicada por la copa. Tiene a sus pies el almendro en flor indicando que logró la eterna juventud y lozanía.

Figura N° 15

El diablo es imagen de Kundalini, de la fuerza vital, que quiere expandirse por obra de la imaginación. El instinto mueve al Kundalini que ha de mantener al cuerpo físico; la voluntad guía al Kundalini que ha de elevar el hombre hasta las Esferas Divinas; y la imaginación mueve al Kundalini que crea las fuerzas psíquicas.
El diablo tiene sobre el pecho un símbolo demoníaco porque la creación imaginativa casi siempre se asienta sobre el deseo instintivo y rechaza la obra de la voluntad superior.
La luz de la vida está apagada porque el Kundalini, en vez de ser utilizado como lazo entre los mundos inferior y superior, es usado para proporcionar un placer a los sentidos y se traslada al mundo astral. Simboliza, entonces, la magia sexual, la fuerza irresistible de los nervios y del cuerpo etéreo y el poder de regeneración.

Figura N° 16

La torre es el cuerpo físico, símbolo de la reencarnación y del continuo devenir de la vida. Las tres ventanas de la torre simbolizan los tres poderes del hombre: físico, mental y espiritual.
El rayo que la hiere es el destino implacable, el Karma que sigue sus pasos y que lo destruye cuando la Obra no lo necesita.
La lluvia de sangre simboliza el dolor humano.
Las figuras humanas y animales arrojados desde las ventanas, simbolizan que, a pesar de la muerte aparente del cuerpo físico, siempre se adelanta y se arroja de sí algo viejo, algo malo, algo que impide el progreso.
Simboliza también la ira divina que castiga; y también la misericordia de Dios, porque el castigo es dado para mejorar al hombre, para que adelante.