Curso XX - Enseñanza 15: Monólogo de Preparación a la Meditación
Yo soy lo que soy.
Estoy libre.
He perdido la memoria; no sé qué ha sido de mi personalidad, no sé cómo me llamo, ni los detalles de la vida material.
Estoy libre.
Me pregunto si he tenido una familia, un vínculo de sangre, parientes y amigos.
Si los he tenido, todo lo he perdido; no sé en qué extraordinaria aventura.
Estoy libre.
¿En qué han quedado mis estudios? ¿Dónde han ido a parar mis opiniones, mis filosofías, mis libros, mi pasado?
Estoy libre. Yo soy lo que soy.
No soy nada, específicamente ilusorio, porque soy parte del todo.
Yo soy lo que soy, y sin embargo soy el Todo, la Conciencia Cósmica.
Yo soy el viento que lleva mis pasos, y la tierra que tiembla al contacto de mis pies; soy el lamento pasajero del agua del arroyo, y soy el fuego salvaje, brillante, siniestro, en el bosque.
Soy el bosque mismo; el árbol fuerte, la corteza nudosa, la rama flexible y la tierna hoja.
Yo soy lo que soy.
Como soy parte del Todo, yo soy el centro del Universo; Dios en su expresión de individualidad.
Yo soy lo que soy; el pasado, el presente y el futuro; el niño, el adulto y el anciano; la luz, la sombra y el crepúsculo. He visto las oleadas de vida pasar, las civilizaciones crecer y morir, las almas vivir y luchar, sufrir, morir y aún triunfar, porque yo soy lo que soy.
Vivo mi vida, soy libre, no me atan trabas de ilusión, me basto a mí mismo. Tengo un pensamiento solo, pero mío.
No como del pan de la limosna, sino mi pan.
Yo soy pan de vida.
Yo soy el individuo, imagen de Dios.
Yo soy lo que soy.