Curso XIII - Enseñanza 10: La Meditación y la Técnica del Ejercicio

Cuando la meditación se establece al nivel de los pensamientos corrientes, ¿qué diferencia tiene con un hermoso discurso, capaz de despertar emociones vivas, dicho con orden, método y tema establecido?
El valor de la técnica consiste en que a través de ella se logra la meditación. Hay dos formas de hacer el ejercicio: como técnica, y como técnica de meditación.
Como técnica, es necesaria una conciencia impersonal como rectora del ejercicio, para hacer de él una ciencia viva y un empirismo dinámico.
Como técnica de meditación, la técnica del ejercicio sirve como medio, indispensable para adquirir paulatinamente estados contemplativos cada vez más espirituales y elevados, hasta hacer de la técnica de los ejercicios una técnica de contemplación.
El ejercicio de la meditación debe ser dominado, pero no en su técnica interna solamente, sino como técnica. Para lograrlo hay que llegar paulatinamente a una posición interior tan objetiva que, más que desdoblamiento, sea un estado súper consciente. Entonces se deja de trabajar con las facultades o potencias personales y se lo hace, simplemente, con fuerzas. Sólo así es posible conocerlas y dirigirlas.
Siempre el apego es un grado de ignorancia, y mientras subsiste la identificación personal es imposible el verdadero autoconocimiento. Esto no significa que se llegue al desinterés por la propia alma, sino que se logra una posición trascendente respecto a sí mismo. Sólo así los ejercicios ascéticos se convierten en verdadera técnica de liberación. De este modo la meditación se transforma en ciencia, desde el momento en que se llega al conocimiento de que uno es aquel que piensa y siente.
El ser es capaz así de experimentar con sus fuerzas vivas y de adquirir una técnica ascético-mística perfectamente empírica y objetiva. Por supuesto que esta ciencia no obedece a un empirismo dimensional y contingente, sino a un empirismo sobrenatural e integral.
El ser en realidad ha desaparecido para permanecer sólo la fuerza espiritual necesaria para mantener la cohesión del compuesto anímico. Ese compuesto a través de la visión del espíritu es perfectamente experimentable, con sus leyes propias y precisas. Es el verdadero instrumento del espíritu.
De esto a los ejercicios intelectuales de meditación hay un universo de por medio. El error es querer hacer de la meditación una ciencia a través del intelecto, cuando la ciencia espiritual sólo es posible a través de la Renuncia. Las meditaciones intelectuales son en gran medida irreales. El intelecto crea una realidad ficticia y no puede tocar nunca el fondo de las cosas. Hay que cambiar de dimensión; se podrá decir que hay que alcanzar la dimensión interior, la profundidad del espíritu inalcanzable al intelecto.
Sólo la Renuncia, como suma simplicidad, da el contacto substancial con la esencia simple y una del saber.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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