Curso II - Enseñanza 9: Las Circunstancias Materiales
Por mucho que se eleve el alma sobre las cosas humanas no puede, sin embargo, desatarse por completo de ellas y muchas veces la lucha por la vida, por el sostenimiento diario, parece entorpecer el adelanto.
Pero no es así.
La felicidad fue el punto inicial de la Creación Cósmica y el dolor será el punto final del gran drama del Universo. Pero, por la conjunción de estas dos fuerzas, se mantiene la vida.
La lucha diaria, el llamado de las necesidades del cuerpo es el punto doloroso que, unido a la felicidad interior del conocimiento espiritual, mantiene el equilibrio indispensable para el logro de la perfección.
Muchos dicen: “La ciudad me hace mal; si viviera lejos del ruido podría ser mejor”. Otros se lamentan de su empleo; les parece que es un obstáculo y una ocupación completamente contraria a sus aspiraciones internas.
Pero nada es despreciable en las ocupaciones diarias que le han sido dadas al hombre.
Huyendo de las obligaciones materiales el hombre encontrará siempre a su enemigo; pero sacrificándose y procurando cada vez hacer mejor lo que no le agrada, transmutará estas cosas feas en actos bellos, agradables y provechosos.