El Mensaje de la Divina Madre, transmitido por Cafh, no tiene un cuerpo material sobre la tierra sino sólo puntos de descarga a tierra.
Ired es la idea, opuesta e igual de un valor y la Voz Divina que la transmite es puramente espiritual.
En el firmamento de Cafh las Estrellas Celestes de las almas liberadas marcan las etapas de realización.
El alma esta regida por leyes eternas que no puede eludir. El secreto de la deificación queda develado al identificar la voluntad individual con la conciencia cósmica.
Cafh espera el próximo descenso de la Divina Encarnación sobre la tierra.
El Fuerte Libertador, el Maitreya, el Cristo Glorioso, es la imagen del Ser Divino esperado.
Muchos afirman que la Divina Encarnación en realidad no encarna en un hombre, sino sólo anima una forma o da impulso a un ser escogido.
El Plan Divino en la tierra se desenvuelve a través de las obras de los hombres.
Las obras materiales, intelectuales y espirituales de los hombres, constituyen el Cuerpo Místico de la Gran Obra, a través del cual se manifiesta y cumple el Plan Divino sobre la tierra.
Cafh es una Obra Divina nacida del pensamiento de los Maestros como resultado eficiente de una parte del cumplimiento del Plan Divino.
Los Maestros que idearon necesariamente a Cafh la reflejaron en la tierra en los Hijos que habían de darle vida y organizarla; estas corrientes de un pensamiento divino y una correspondencia humana generaron una fuerza determinada que invadió, paulatinamente, el campo magnético de la ideación de Cafh, formando así su cuerpo energético.
El alma constantemente anhela la liberación espiritual y la Unión Divina como supremo y único bien.
Cafh es un medio para lograrla.
Ella atrae a sí las almas predestinadas para que por su medio logren la Unión Substancial con la Divina Madre.