Los seres humanos no encuentran sobre la tierra la paz y la felicidad anheladas. Sólo el apartamiento de los bienes transitorios y el logro del amor divino pueden dar paz y felicidad al ser.
El hombre está constituido armónica y matemáticamente; por eso le rigen leyes y reglas orgánicas, éticas y cósmicas que son indiscutibles e inalterables.
Su desenvolvimiento y su evolución siguen un plan de desarrollo determinado por métodos naturales y contingentes, que se desenvuelven paulatinamente a cada hora de su existencia.
Cafh es una Obra destinada a formar una Reunión de almas sobre la Tierra. Como tal necesita de un punto de apoyo magnético terrestre, no en un sentido de posesión, sino por un sentido de arraigo.
La Enseñanza de Cafh es Divina y Eterna.
Revela los medios para cristalizar en la tierra el Plan Divino, define las verdades inherentes a la Idea Madre de la Raza actual y de la venidera; deriva de las verdades fundamentales las contingentes y mantiene una comunicación directa y continuada entre los Maestros y los Hijos.
El alma logra la suprema realización por etapas.
Estas no están señaladas por factores externos, sino determinadas por transformaciones íntimas y profundas que marcan el adelanto de los Hijos.
Sin embargo, Cafh divide a sus Hijos en diversas Categorías y Grupos, procurando armonizar y adaptar la transformación exterior y visible con los progresos internos.
Cada raza tiene una Idea Madre que es el hilo que ensarta todos los pensamientos y hechos de la misma, y la orienta durante toda su existencia.
La Idea Madre de la Raza Aria es la estructuración homogénea de los valores humanos y divinos.
Cafh tiene su propia concepción del ser y de su relación con el mundo y con Dios.
Este principio propio no niega ni excluye las concepciones distintas; sólo representa el punto de apoyo que el alma necesita para fijarse y tomar las energías necesarias para remontar vuelo.
El Hijo que participa a la reunión de almas de Cafh se hace acreedor a los Dones Sobrenaturales que de ella emanan.
Se entiende que estos Dones Sobrenaturales le son concedidos al Hijo porque él se ha puesto en actitud de recibirlos por predestinación ancestral, por su participación a la Integridad de la Gran Obra y por su disposición interior.
Los Hijos de Cafh practican la Economía Providencial.
El Hijo considera que sus bienes materiales y las ganancias que éstos le reportan no le pertenecen enteramente, sino que han de ser divididos proporcionalmente.