Curso IV - Enseñanza 1: La Voz de los Maestros

Los seres humanos no encuentran sobre la tierra la paz y la felicidad anheladas. Sólo el apartamiento de los bienes transitorios y el logro del amor divino pueden dar paz y felicidad al ser.
Los Hijos llegarán a la unión con Dios por medio de Cafh.
Cafh, simbolizada por la Mujer Fuerte que sujeta y cierra las fauces del león, es el medio que tienen los Hijos para alcanzar el dominio de sí mismos y lograr los medios para la Unión Divina.
Cafh como medio de realización es el esfuerzo, el entrenamiento psíquico, mental y espiritual del alma hacia la Divinidad y es al mismo tiempo una gracia infusa de la Divinidad en el alma.
Todo esfuerzo del Hijo es inútil si no le asiste la ayuda divina y ésta, a su vez, necesita del esfuerzo del Hijo para fructificar en el alma y hacerse efectiva.
La ayuda divina le viene al Hijo directamente de Dios, como resultado preestablecido desde la eternidad dentro del Plan Divino de la evolución.
La Unión Divina no puede ser realizada sin el esfuerzo del Hijo y la ayuda Divina, porque la Idea Madre de la Raza Aria está basada sobre la armonía de los valores humanos y divinos. La conquista de Dios se logra por el esfuerzo racional y el alumbramiento divino en el alma por el vencimiento de la misma razón.
El nombre de Dios es expresión del principio fundamental del Universo, del Espíritu Eterno que aletea detrás de toda la manifestación. Dios, Gobernador del Universo, enumera por sí mismo las distintas expresiones de su poder y voluntad dentro del Plan de la Evolución Universal.
Los Hijos algunas veces acostumbran adorar y reverenciar a Dios en su aspecto de Creador del Universo en la imagen femenina de la Divina Madre.
La imagen de la Divina Madre es en Cafh el principal punto de atención y veneración como imagen viva de la obra, del poder, del amor y de la omnipotencia de Dios.
La ayuda divina tiene en el Hijo manifestaciones distintas y variadas. Va desde la disposición natural del ser hasta la intervención de seres divinos y humanos que, directa o indirectamente asisten providencialmente, en el momento oportuno y en la forma más inesperada, a los Hijos a ellos confiados.
Los seres divinos que participan en el cumplimiento del Plan Cósmico y que intervienen en el progreso y en la asistencia a la Humanidad son de un número incalculable y de distintas jerarquías. Todos intervienen aun indirectamente en la evolución de la Humanidad, porque el Cosmos no es más que el resultado de la Idea Única de Dios.
Hay tres categorías que intervienen directamente en los destinos de la humanidad. Estos son seres divinos, semidivinos y superiores a los cuales se les llama Grandes Iniciados.
La primera categoría es de los Grandes Iniciados Solares.
La segunda categoría es de los Grandes Iniciados Lunares.
La tercera categoría es de los Grandes Iniciados del Fuego.
Los Grandes Iniciados Solares intervienen en los destinos cruciales que cambian y transforman las diversas etapas de la Raza. Ellos son los portadores de la Idea Madre que presentan a la Humanidad, divina y escuetamente, desde la cuna de una raza hasta su fin e impregnan a ésta con el poder de este pensamiento único como si fuera el camino trazado de su propio destino.
El planeta y los hombres están impregnados de la gracia y de la protección de la Divina Encarnación del Gran Iniciado Solar. Este, al cual llamamos el Cristo, ha intervenido directamente en la redención y posibilidad de adelanto de la Humanidad actual.
Como una nueva raza está por empezar la Divina Encarnación volverá nuevamente sobre la tierra para renovar y fortalecer la obra del Cristo. Los discípulos orientales llaman a este Gran Iniciado Solar: Maitreya. Cristo anunció claramente en los Evangelios su regreso triunfal a este mundo.
Los Grandes Iniciados Lunares dirigen los movimientos parciales y varios de distintos sectores de la Humanidad. Ellos son como un puente tendido entre el cielo y la tierra, entre la Humanidad y la Divinidad, ya que son los guías de las grandes religiones, filosofías, razas, estados y organizaciones.
Ellos son la Idea Madre hecha carne y el pensamiento-destino de los Grandes Iniciados Solares hecho forma. En la hora propicia, desde los mundos superiores lanzan su idea en el corazón de los hombres predestinados, o se encarnan ellos mismos dentro de un campo magnético determinado de la Humanidad, impulsando irresistiblemente a ésta hacia el renovado credo, el nuevo axioma, la tierra prometida, la ley libertadora, haciendo surgir así las nuevas creencias, los nuevos ideales, las nuevas naciones que renuevan las concepciones del amor y de la vida.
Todos los hombres de un determinado sector nacional, moral o religioso participan de la influencia del Gran Iniciado Lunar correspondiente al desenvolvimiento de la Obra característica de su tiempo, y de las respectivas necesidades.
Los Grandes Iniciados del Fuego intervienen en la asistencia individual de los seres, ayudando a su adelanto interior y haciéndolos aptos al cumplimiento de la Obra que han de exteriorizar y cumplir en el mundo.
Ellos, que aparentemente se mantienen desconocidos y ocultos, sin embargo son los que más cerca están de los hombres.
Guían provechosamente a las almas hacia su desenvolvimiento interno, hacia al conocimiento de su vocación personal y hacia el esfuerzo para el cumplimiento de su destino. La labor de ellos es más individual que colectiva, pues guían a las almas individualmente; llaman de entre la multitud a los más aptos, escogen a los mejores y entre éstos seleccionan a los perfectos, orientándolos hacia su fin determinado.
Los Hijos de Cafh están especial y directamente auxiliados por las tres categorías de Grandes Iniciados, a los cuales llaman con el nombre venerado de Maestros.
Los Maestros ayudan y asisten continuamente a Cafh y a los Hijos para que puedan realizar en el mundo su misión mística, que es de realización de amor divino en sí y, por reflejo de similitud, en todos los hombres capacitados para ello.
La voz de los Maestros llega continuamente al corazón y a la mente de los Hijos para guiarlos en el Sendero.
La mayoría de los Maestros que asisten a Cafh más directamente pertenecen a los Grandes Iniciados del Fuego, intervienen en todos los acontecimientos de la vida del Hijo y a veces de un modo visible y directo.
Por consiguiente, toda la Obra y las posibilidades de Cafh se apoyan firmemente sobre la ayuda divina de los Maestros, sin la cual todos los esfuerzos y trabajos del Hijo serían vanos.
Por eso Cafh es una Obra exclusivamente divina, constituida por Poderes Divinos, con la única finalidad de llevar a los Hijos a un Estado Divino.
Los Maestros de Cafh son expresión misma de Dios; son los intermediarios entre los Hijos y la Divinidad, el punto Primario de la Creación que los Hijos adoran en la imagen de la Divina Madre.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

Relacionado