Los Hijos que empiezan el Camino Espiritual y no tienen un Director Espiritual determinado toman implícitamente a su Superior como Director Espiritual.
El Superior ha de observar los estados físicos del Hijo que le es confiado.
La característica de la misión de Cafh en las almas es la Enseñanza.
Realiza en ellas el bien de su reconocimiento interior, de su santificación, especialmente entre las almas de los jóvenes.
El Orador ha de tener una preocupación constante para que la exposición de la Enseñanza tenga un resultado eficaz y positivo.
Él ha de presentarse a la Enseñanza con los conocimientos de la misma y con una idea exacta de lo que va a exponer y de cómo lo va a exponer.
Cafh no tiene posesiones extrínsecas; todo lo que es necesario para el sostenimiento y desarrollo de las Obras de Cafh a ellas solas les pertenece; aun los mismos atributos y escritos de Enseñanzas son pertenencias privadas de los Hijos y no pertenecen a Cafh.
Renunciar es vivir.
Renunciar es trascender el tiempo dimensional para permanecer expansivamente en el tiempo en sí.
Desde luego esta afirmación no tiene sentido sino a través de la vivencia de la misma.
El Mensaje de la Renuncia se transmite en el silencio.
El silencio encierra al Hijo en el Radio de Estabilidad, lo ajusta como un reloj a la rutina de la vida y lo adapta, por rigidez exterior e inmovilidad interior, al ritmo automático de la existencia.