El hombre no es un autómata dirigido únicamente por las acciones y reacciones químicas de su estado fisiológico.
Tras de sus formas aparentes y visibles, de sus células, moléculas y tejidos está el calor, el magnetismo, las emociones, las ideas y, sobre todo, el ser espiritual y verdadero.
Para actualizar la vida del Espíritu en el alma es indispensable que el hombre se reconozca a sí mismo profunda e íntimamente.
Dice el Obispo Silesius: “Aunque Cristo nazca en Belén mil veces y no dentro de tí, tu alma estará descarriada.
Al decir que hay que apartarse del mundo para vivir o empezar la vida espiritual pareciera que se establece una barrera entre un modo de vivir y otro, pero en realidad no hay tal, sino que en lugar de romper barreras construimos nuevas jaulas.
Es bueno que el hombre conciba pensamientos de luz para que su camino sea luminoso.
Cuando un pensamiento inicial es emitido con fines egoístas, por más que trabaje el hombre y procure embellecerlo y ennoblecerlo por fuera, dará frutos del Mar Muerto, de lindas apariencias pero de ceniciento sabor.
El hombre sólo se conoce a sí mismo en partes. Se puede afirmar que esta es la época de las especialidades. De este modo se ha perdido de vista el conjunto, el hombre integral.
Cuando aparece un nuevo profeta y enseña hablando de liberación un nuevo horizonte de la vida, los hombres quedan embelesados.
¡Cuán dulces suenan esas palabras a sus oídos!
¡Romper con los antiguos ritos, con las viejas tradiciones, con las rancias costumbres en una palabra, romper las cadenas de la esclavitud es salir de la jaula que los tiene aprisionados!
Las acciones, toda actividad de los hombres, son siempre el resultado del sentir y de uno o varios pensamientos interiores, de una o varias acciones pasadas que a su vez llevan en sí la semilla de otras posteriores.
La palabra Vida Espiritual es muy usada al día de hoy por muchas personas que tienen interés por los asuntos trascendentales. Sin embargo, es ésta una expresión que puede interpretarse de diversos modos y dar margen a varias conjeturas.
Muchas almas al empezar el camino espiritual tienen grandes ansias y anhelos. Desearían cambiar la faz del mundo, salir a predicar por las calles, hacer algo útil para la Humanidad. Verdaderamente las almas quisieran hacer algo.
No se puede empezar el Buen Camino del Espíritu sin tener fe, sin creer.
Creer no es adherirse a determinadas creencias.
Todas las religiones tienen sus creencias y unas afirman lo que otras niegan.