Se puede vivir mejor, cualquiera sea la condición de la persona, sana, enferma, muy pobre, anciana, con familia numerosa, solitaria, todas pueden mejorar su situación integral si encuentran la forma conveniente para su manera de ser y la practica.
Tenemos una Humanidad sobredimensionada, un hormiguero de más de seis mil millones de personas que en cualquier momento se desintegra y desaparece en las bajas dimensiones del mundo astral, sin nombres ni diferenciaciones, como ya lo han presentado videos y películas premonitorias de los últimos tiempos con expectación de los usuarios viejos, adultos y niños, ricos y pobres, políticos y contribuyentes, locos y normales.
Los hombres espirituales viven simplemente, sin complicaciones ni amaneramientos. La sencillez en el lenguaje, relaciones sociales, comportamiento en el hogar y el trabajo, hábitos personales son una señal de desenvolvimiento espiritual, aunque no pertenezca a ninguna religión ni practique ninguna creencia.