Meditación: “LA DAMA NEGRA”. Efecto: “ABORRECIMIENTO”.
Invocación:
Te pido, oh Señor mío crucificado, el don maravilloso de penetrar en los misterios de tu sangre adorable y divina.
Si Tú me concedieras el bien de penetrar mi alma en el misterio de una sola gota de tu preciosísima sangre, yo estaría salvo para toda la Eternidad; yo descubriría el secreto supremo del amor verdadero, del Amor Real.
Meditación: “LOS DOS CAMINOS”. Efecto: “DESAPEGO”.
Invocación:
Te pido, oh Jesús, levantado a la vista de todos sobre la Cruz, que me indiques Tu Camino, el único verdadero, aquél que señala la sangre que mana de tus heridas.
Meditación: “EL TEMPLO DE ORO”. Efecto: “CONSUELO”.
Invocación:
Te pido, Jesús mío, poder verte; verte en la gloria de Tu Cruz, coronado con Tu Diadema de Espinas, adornado con las piedras preciosas de Tus Estigmas.
Meditación: “EL VELO DE AHEHIA”. Efecto: “GOZO”.
Invocación:
Te pido, Jesús mío, hagas que mi alma penetre en el misterio adorable de la esencia de tu Sangre Divina.
Te pido extiendas delante de mis ojos ese velo adorable, fruto de toda realización, vida de todas las vidas, esencia de toda la sangre del Universo.
Meditación: “LA RESURRECCIÓN DE HES”. Efecto: “ARROBAMIENTO”
Invocación:
Te pido, Jesús mío, me descubras el secreto de tu muerte, de la muerte y de todas las muertes. Te pido a Ti, que al verter hasta la última gota de tu sangre, has muerto de verdad, me digas por qué mueren los seres, sin que veamos su resurrección.
“LA DAMA NEGRA”. La sangre es el vínculo que une al hombre con su Dios; la materia con el espíritu. La sangre es, siempre, el don del sacrificio. La sangre no sólo es la vivificadora del ser, sino la que más ata a las costumbres, la familia, el pasado.
“LOS DOS CAMINOS”. Todas las almas del mundo están predestinadas. Cuando un día el alma se da cuenta de su existencia, de su albedrío, de su yo, ya está casi formada: educación, costumbres, sociedad, hábitos, subconsciente, la han formado rigurosamente sin que ella se dé cuenta.
“EL TEMPLO DE ORO”. A medida que se va viviendo y valorando, con el recuerdo, los resultados positivos y negativos de las experiencias, se va aprendiendo no sólo a prever los resultados, sino también a medir la vida con una nueva medida de tiempo.
“EL VELO DE AHEHIA”. El velo de Ahehia no sólo es un paño de ilusiones sino también un manto de protección que preserva de las inclemencias de la vida.
A veces, entusiasmada por una inspiración interior, el alma sabe volar por tiempos desconocidos por ella, donde jamás nadie ha penetrado.
“LA RESURRECCIÓN DE HES”. Quienes piensan en la muerte, o bien rehuyen formarse una idea concreta de la misma, o bien la disimulan con la idea de un más allá venturoso, como si fuese imposible sostener el pensamiento de la muerte por sí misma.