Curso XXI - Enseñanza 13: Otras Meditaciones Afectivas Estimulantes

“EL VELO DE AHEHIA”. El velo de Ahehia no sólo es un paño de ilusiones sino también un manto de protección que preserva de las inclemencias de la vida.
A veces, entusiasmada por una inspiración interior, el alma sabe volar por tiempos desconocidos por ella, donde jamás nadie ha penetrado.
Se alza el vuelo y por unos instantes se penetra en el país del misterio y de la luz; luego se vuelve planeando a la tierra, a la realidad de las ilusiones cotidianas. No se puede soportar por mucho tiempo las aventuras en un país para el ser desconocido. Dicen los sabios que este mundo es pura ilusión, pero el ser, hombre de este mundo, afirma que es real, y que son ilusiones, fantasías, los mundos sobrenaturales. ¿Se debe afirmar una cosa que no se ha experimentado tan solo porque lo digan los sabios?
Muchos seres penetran el mundo sobrenatural diciendo: el mundo astral, el mundo mental es más real que el mundo material. Esto es un error; aquellos mundos podrán ser tan reales como este, pero no más. Lo real, la esencia, Ahehia, es una columna vertical que se encuentra en cualquier clase de mundo. Estando en la materia exclusivamente también se llega a Ahehia. ¿Acaso los físicos, investigando la materia exclusivamente no han visto cómo es la materia, y cómo se desintegra, quedando para ellos abierta la puerta del templo del espíritu? No hace falta negar la materia para descubrir el espíritu; aprobándola también se lo encuentra, porque por afirmaciones sucesivas y acumulativas se llega también a lo que transmuta la materia en espíritu.
Si un hombre común afirma que la materia es ilusoria y sólo es real el espíritu, hace sospechar que eso dice porque se lo han dicho, no porque lo haya penetrado con todo su ser.
¿Saben sus ojos, sus oídos, sus glándulas, su estómago, su cuerpo entero que la materia es ilusoria? ¿Y cuando satisface su hambre es ilusoria su comida o su satisfacción? ¿Es ilusorio el alimento que lo preserva de la muerte?
No; es real también; el velo de Ahehia no es un velo de ilusión, sino un manto de protección; es Ahehia misma. El gozo no está en descorrer el velo, sino en afirmarlo, en preservarlo en el corazón. El gozo proviene de la comprensión de lo que representa ese velo, así como de la comprensión de la necesidad del cuerpo.
Hay anacoretas que, negando la materia, abandonan su cuerpo, manchándolo y empobreciéndolo; este hombre ignora la perfecta correspondencia entre el cuerpo y el espíritu, y que manchando el cuerpo, de alguna manera se deforma el espíritu. El cuerpo es un instrumento, un andamio, una estructura mecánica que sirve para que se realice el alma; si se destruye la materia, si se rasga el velo prematuramente se priva del instrumento que ha sido dado para afirmar y realizar el crecimiento espiritual. Es como si un obrero, presuroso de contemplar el edificio que está construyendo, quitara los andamios antes de terminar el edificio. ¿Cómo lo terminará después?

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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