Es necesario repetir una vez más la antigua y siempre actual pregunta: ¿existe un Dios Creador, o no existe? Y se deberá, por la posesión de ideas claras, propias, responder a conciencia.
Se estudiaban los libros de la Madre Eterna en este Templo, y fue en él donde con las Escuelas Esotéricas de Amón llegó al máximo esplendor el poder y la sabiduría de los Sacerdotes de Amón, con quienes alcanzó el politeísmo su mayor fulgor.
La escuela esotérica que, por darle un nombre, podría llamarse politeísta tuvo su máxima expresión en Egipto. Eventualmente decayó y sus templos fueron completamente sepultados bajo las arenas.
Los mahometanos se encargaron de impedir que se buscaran y sólo recientemente, no hace siglo y medio todavía, se ha empezado a desenterrar templos y sepulcros y a descifrar inscripciones, las que son todas exotéricas.
En pleno florecimiento cristiano las Escuelas Esotéricas fueron patrimonio primero de los Caballeros Iniciados y luego de las Órdenes Militares.
El esoterismo helénico y romano que a través del neoplatonismo había regado fecundamente los principios del cristianismo, fue perdido completamente.
Los antiguos Iniciados veían en el año, además del movimiento del sol a través de las doce casas zodiacales, el camino del alma, desde el nacimiento hasta la muerte, en busca de la perfección.
La Orden física es una imagen de la Orden Astral.
Hay almas que renuncian en el Mundo Astral a la paz y a la dicha de los planos superiores para seguir trabajando en bien de la Humanidad y, en particular, en el de sus hermanos de la Orden, aquellos que luchan por un mismo fin, un mismo ideal: la reforma de sí mismos y la santificación de las almas.
En los antiguos misterios de Eleusis se efectuaban ritos que correspondían a esta iniciación astral. También los sacerdotes egipcios simbolizaban estas realizaciones haciendo pasar al aspirante por las cuatro pruebas. Los Cristianos copiaron de los antiguos y repiten esas ceremonias en las vesticiones y profesiones religiosas.
Si ahora se consideran las enseñanzas de Amón, no en su refugio sino entre los hombres que luchan y sufren, se observará, durante el siglo I antes de J.C., que había infinidad de Escuelas, ninguna de ellas puramente devota ya al concepto del “No Ser” o al de “Ser”.
Suprimidas las Órdenes Militares, semi esclavizadas otras, destruida por la Inquisición toda investigación psíquica, las Órdenes Esotéricas languidecieron y encarnaron en los alquimistas del renacimiento refugiados en los diversas cortes de Europa, sobre todo la de Francia.
Considérese aquí, en esta extraña corte de Catalina de Médicis en el siglo XVI, los más importantes oráculos astrológicos de su tiempo: De Luc Gauric y Nostradamus, estrechamente relacionados a la familia de los Médicis.