El Hombre y Dios son dos cosas aparentemente distintas; pero cuando quitados los velos de la ilusión el hombre realiza a Dios, entonces son como una sola cosa. Esta es la felicidad, el paraíso, y por esto el ser en la tierra, aún sin saberlo, anhela la perfección espiritual y encontrar a Dios.
La Concentración consiste en lograr que la materia mental no tome ninguna forma para que adopte una sola forma.
La Concentración se efectúa de dos maneras; una objetiva y otra subjetiva.
La Contemplación es el paso definitivo que da el alma desde la Ascética a la Mística.
Se le llama Ciencia Secreta de Dios y Don Divino porque a esta altura del desenvolvimiento espiritual el alma es directamente ilustrada por los Maestros; por esto mismo algunos creen y aseguran que ella es un don, una gracia que sólo tienen determinadas almas privilegiadas y que no todas, ni aún las muy adelantadas, pueden pretender llegar hasta aquí.
Todas las normas que se han ido trazando para lograr la Unión Divina tienen sus excepciones.
Hay almas que no conocieron jamás la Meditación y otras que, ignorando los ejercicios de la Concentración, han llegado, sin embargo, a una perfecta Unión con Dios.
Se detallarán aquí las principales posturas que se emplean para la meditación y la concentración.
Para la meditación se emplea la “postura sentada mental” ya descripta, pero con los brazos pendiendo libremente de los hombros a cada lado del cuerpo.