La vida de oración es esencialmente profundo recogimiento habitual. En ese recogimiento se hallarán los estados de oración, la fijación interior, la participación.
Si bien en todo camino ascético místico está prescripto un tiempo determinado para oración y ejercicios espirituales, éstos no siempre bastan como estímulos suficientes para el recogimiento, cuando el alma limita su oración a los mismos.