Curso XLII - Enseñanza 4: La Magia Rosada
La magia rosada se practica cuando se desea lograr sensaciones que corresponden a un estado de evolución ya trascendido por el ser.
El alma que entra al sendero experimenta en las prácticas espirituales, en un principio, un cierto deleite, pero la experiencia enseña que no puede detenerse allí, pues el discípulo ha de lanzar sus fuerzas sensoriales cada vez más arriba hacia el cerebro, hacia la visión espiritual.
Por las prácticas que actualizan ciertos discípulos, que quieren repetir en sí las sensaciones logradas en un principio de la experiencia, aprenderán no sólo a hacer subir esas fuerzas interiores, sino a localizarlas en el centro sensorial que crean conveniente.
La subida del Kundalini desde el plexo coxígeo al pineal es lenta. El ejercitante, en un momento dado, a veces por aparente casualidad, descubre al mover esas fuerzas el logro de placeres que ni había soñado.
Si él se detuviera en la repetición de esos ejercicios, se transformaría en un mago sexual.
La localización de estas fuerzas a lo largo del sendero interior acarrea inconvenientes. Una infinidad de peligros se esconden en estas prácticas que hay que rechazar constantemente. Miles de males y peligros se ocultan tras de los placeres psíquicos que hay que rechazar valiente y constantemente.
La magia rosada, en realidad, no es aquella que se refiere a estos aspectos abominables, sino el uso de estos poderes en manos de hombres expertos y ejercitados que la utilizan para el bien de la Humanidad.
Por la magia rosada los Maestros crean un ambiente propicio a su obra. Atraen hacia sí la atención de la gente, la simpatía de sus discípulos y el amor de aquellos que quieren conquistar para Dios.
Hubo magos rosados que usaron ese poder extrayéndolo de otro cuerpo, sobre todo de las plantas y de los animales. Extraían por ejemplo los venenos con los cuales curaban las enfermedades.
La alopatía moderna es una perfecta magia rosada. Extrae de las plantas los venenos y las esencias que, dosificadas, curan a tantos enfermos. Sacan de las savias animales las hormonas que pueden restaurar las fuerzas de los hombres.
Siempre los antiguos magos son los maestros de las grandes ciencias modernas.