Curso XLI - Enseñanza 6: La Rueda Sonorífera
En la base de la garganta está la raíz de la poderosísima rueda dominadora del éter atmosférico terrestre; cruza el cartílago tiroides, se enrosca alrededor de las glándulas tiroides, sale por la región mentoniana, reflejándose en el astral a la altura de la garganta.
Esta rueda acompaña todos los sonidos, desde el más tenue hasta el más intenso.
Ella creó los oídos e influye sobre ellos, copiando éstos, de su modo de ondular, la forma espiral de la oreja y del oído interno. Genera desde las pequeñas espirales que producen los sonidos débiles hasta las más grandes, que engendran los más fuertes, siendo ella representada en el cuerpo físico por la forma de las caderas y por la influencia que sobre éstas ejerce.
Su color etéreo es, cuando está en descanso, de un color azul verdoso con pequeñas estrías rosadas o negras; cuando empieza a moverse, el azul se hace cada vez más intenso y cuando alcanza un estado de perfecta armonía vibratoria, es de un color plateado, exactamente del color de las olas del mar cuando incide sobre ellas, en una noche serena, la luz de la luna llena.
Cuando ella alcanza un altísimo y negativo estado vibratorio, el azul se vuelve añil y negro, pero un negro brillante. Es un pequeño ensayo este último, de lo que será la maravillosa vibración universal en la hora del Gran Descanso, del Mahápralaya.
No tiene esta rueda una relación directa con los sentidos astrales ni con los físicos, sino directamente con los sentidos mentales y bajo su dominio se desarrolla el estado intelectual y racional de la Humanidad.
Esta rueda influye sobre las glándulas tiroides y paratiroides que son las que regulan la energía del ser. La tiroxina, que influye sobre el metabolismo general acelerándolo, ayuda al desarrollo intelectual y su rápido funcionamiento; así como la paratiroides, que fija y regula el calcio sanguíneo junto con la vitamina D, es la que mantiene la energía en la circulación sanguínea.
Muchas enfermedades de desequilibrio celular son exclusivamente producto de falta o exceso de sus hormonas en el organismo.
Por eso, el apogeo del dominio de esta rueda no consiste en llegar a un alto estado vibratorio, que no sería más que destrucción, sino consiste en mantener un estado de vibración armónico y ondulado.