Curso XXXIX - Enseñanza 15: Venus
Venus tiene una estrecha correlación con la Tierra. Su cuerpo físico formado con el detritus de los planetas ya existentes, tiene toda la pesantez de la materia y toda la pureza del Espíritu que le viene de las altas Huestes que habitan en él.
El Sol lo ilumina de una sola parte, mientras la otra permanece en la obscuridad. Por eso de mañana es la estrella matutina, la Madre purísima, la puerta del cielo, y a la noche es el Satán Vesper que hunde sus rayos místicos en las llamas de las condensadas pasiones.
Venus es el hermano menor de la Tierra y el desarrollo de ésta va estrechamente unido con el de él. Tan cierto es esto que el símbolo de la Tierra y el de Venus son similares, sólo que el de la Tierra ostenta la cruz hacia el cielo y el de Venus hacia la Tierra.
La cadena planetaria de Venus está en relación de tiempo, menos adelantada que la de la Tierra; se podría decir que el planeta físico de Venus está en la primera raza raíz de la cuarta ronda. Por eso su evolución es descendente como lo indica su símbolo. Se hace notar que la Doctrina Secreta considera que Venus se encuentra en las postrimerías de su séptima Ronda.
Pero este planeta tiene el magnetismo y las emanaciones de la juventud que le falta a la Tierra y que le envía, continuamente, en forma de una lluvia atómica que riega beneficiosamente la Tierra y la impulsa a rejuvenecerse y a procrear.
Además, como ya se ha dicho, Huestes elevadísimas que moran en Venus, reencarnan periódicamente en la Tierra. Simbólicamente, se puede decir que son Dioses hechos hombres para impulsar el adelanto de la evolución humana.
La influencia de Venus sobre la Tierra es todopoderosa y fue conocida por los astrólogos y astrónomos de todos los tiempos.
Cuando los seres que moran en la rueda terrestre hayan llegado a un estado superior, olímpico, pasarán a morar en la rueda venusiana esperando allí que otras huestes terrestres terminen su evolución, para unirse a ellos e ir a animar una nueva rueda.
Desde luego, no sólo Venus tiene influencia sobre la Tierra, sino todos los demás planetas en forma directa y todos los cuerpos siderales del cosmos en forma indirecta.
Si los hombres supieran exactamente distinguir cuál es la influencia planetaria, cuál la deficiencia y cuál la sobreabundante, no existirían enfermedades físicas ni morales; aunque ya la ciencia médica ha empezado a usar los metales propios de determinados planetas.
Las respectivas influencias están de acuerdo al siguiente cuadro:
Planetas Minerales Vegetales
Sol Oro Fresno
Saturno Plomo Ciprés
Júpiter Zinc-Estaño Plátano
Luna Plata Cerezo
Marte Hierro Roble
Venus Sílice-Cobre Abedul
Mercurio Azogue Olmo.