Curso XXXIX - Enseñanza 10: Marte

Cuando en la noche estrellada se observa la rojiza luz del planeta Marte, se evoca enseguida el recuerdo del color de la luz que hubo en tiempos de la Gran Lucha Planetaria. Pero difícilmente llegarán los hombres, que tanto han hablado de Marte y de las posibilidades de llegar a conocerle más de cerca, a penetrar el misterio que le rodea, pues está ahora pasando por un estado de sueño planetario o pequeño pralaya. En consecuencia, muy poco puede decirse sobre este planeta, de su estado actual y de su existencia, ya que un velo impenetrable rodea a los durmientes eternos.
El color obscuro había sido substituido por la rojiza luz. Urano y Saturno, ya completamente separados de la masa primaria, terminaban su ronda.
La Nebulosa Madre había dado vida a dos nuevos cuerpos: Júpiter y Marte.
Ellos, como dos llamaradas de fuego, rutilaban por el espacio; pero un planeta, más etéreo que físico, estaba interpuesto entre los dos y amenazaba la incipiente vida de las dos jóvenes esferas. Lanzaba potentes emanaciones áuricas que, como inmensas trombas marinas, iban a estrellarse en contra de los dos recién nacidos.
Entablada la Gran Lucha, en la cual Júpiter había de absorber las fuerzas áuricas del sistema, fue Marte su mejor auxiliar en la potente guerra planetaria que duró billones de años; pero al fin, por la presión continua de los dos planetas, el otro fue disgregado completamente.
Más tarde, con las partículas dispersas de este planeta y con los residuos que no se habían transformado en planetoides o meteoros, se formó el cuerpo físico de la Tierra.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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