Curso XXXVI - Enseñanza 5: Las Divisiones Astrales

El universo se funda sobre un plan septenario.
Los estados materiales, energéticos y mentales se separan con siete divisiones y subdivisiones.
Los hombres conocen ya cinco elementos materiales: tierra, agua, fuego, aire y éter. Les falta encontrar todavía otros dos para ser dueños del mundo material y conocer la totalidad del Elemento Cósmico.
Siguen inmediatamente los siete elementos energéticos que constituyen, no la energía conocida, sino una súper energía.
Después se encuentran los siete elementos astrales.
Cada uno de estos elementos fundamentales tiene a su vez siete subdivisiones y éstas, similarmente, subdivisiones hasta lo incontable.
Cada elemento se diferencia de los otros por su tónica vibratoria. Por eso, aún estando en el mismo sitio se mantienen perfectamente separados uno del otro. Ocurre lo mismo que entre el mundo de los hombres y el de las hormigas, que encontrándose en un mismo lugar desenvuelven vidas completamente distintas.
Entonces, el estado astral no tiene un lugar determinado fuera o dentro de la estratosfera de la tierra, pero es tanto o más real que el estado físico, con la diferencia que, como se compone de vibraciones mucho más sutiles que las conocidas, tiene como morada un espacio que no se puede limitar y que escapa a las dimensiones terrestres.
Asimismo, el tiempo astral se puede llamar más bien duración que tiempo, porque como ese mundo se rige por emociones, la duración del tiempo depende del estado de ánimo que se experimente.
Muchas veces los humanos tienen ensayos y pruebas de esta duración, pues se oye decir: “Este momento de dolor ha sido para mí una eternidad”, o “Este rato de alegría ha pasado volando”.
También el tamaño del mundo astral y de sus moradores se agranda o se empequeñece rapidísimamente, según la duración y sostenimiento de los pensamientos de los seres astrales, porque sus altas vibraciones no admiten una dimensión determinada.
Entonces, nada se puede definir allí de alto o bajo, de grande o pequeño; sino únicamente se pueden dirigir las medidas al compás de la materia mental empleada para ver.
Esa es la dificultad que encuentran los estudiantes cuando empiezan a frecuentar los planos astrales.
Por ejemplo, ven un animal de feo aspecto y la curiosidad los detiene a observarlo, y así que lo observan se agranda; al agrandarse se les embarga el alma de temor y éste, concentrándose sobre el animal, por la violencia del esfuerzo, lo hace de un tamaño mayor.
Otro ejemplo: se encuentran con un ser querido y al verlo se emocionan, la emoción desgasta fuerzas, quita serenidad, y el ser, frente a este efecto psíquico, disminuye rápidamente de tamaño.
Los seres de un plano inferior no pueden comunicarse con los de planos superiores, mientras que los de planos superiores pueden comunicarse con los otros, aún cuando no lo hacen si no es para cumplir una obra.
Los principales planos del mundo astral son siete, e incontables son sus subdivisiones.
Está demás decir que estas divisiones son arbitrarias y utilizadas para dar una explicación, pues se ha dicho que la única separación astral la constituye la tónica vibratoria.
En el Primer Plano del mundo astral: Se encuentran las entidades dirigentes, seres superiores que abandonan el mundo mental voluntariamente para hacer obra en el mundo astral.
En el Segundo Plano del mundo astral: Se encuentran seres sumamente evolucionados que dirigidos por altas entidades preparan los inventos, obras, tratados sociales, que desarrollarán en la tierra. Los Iniciados del Fuego actúan aquí antes de reencarnar.
En el Tercer Plano del mundo astral: Se encuentran los seres fuertes y valerosos; almas intrépidas que sacrificaron su vida y sus pasiones en aras de un ideal, pero que se apegaron demasiado a ese ideal; pero no en vano, pues en una encarnación próxima ese ideal que ensayaron anteriormente lo ampliarán en toda la tierra.
En el Cuarto Plano del mundo astral: Se encuentran almas evolucionadas pero que no han dominado sus pasiones. Se preparan allí para actuar de nuevo en la vida y dedicar sus esfuerzos a las artes.
En el Quinto Plano del mundo astral: Se encuentran las almas poco evolucionadas, aquéllas que después de un breve descanso tienen que volver rápidamente a la tierra; son seres que se dan muy poca cuenta del lugar donde se encuentran, porque más bien creen estar en el lugar que les asignó en la vida su religión o sus creencias. Un tinte grisáceo de perenne melancolía rodea este plano.
En el Sexto Plano del mundo astral: Se encuentran los durmientes, aquellos que en la paz y en el reposo astral, desechan su cuerpo astral grosero para poder subir a los planos que les corresponden.
En el Séptimo Plano del mundo astral: Se encuentran los seres salvajes, criminales, atrasados, los elementales, los espíritus de la naturaleza y los recién desencarnados. Éstos son los que tienen más contacto con el mundo físico; son los ectoplasmas que se manifiestan en las sesiones espiritistas; son las imágenes de aparecidos de las cuales están llenas las leyendas religiosas antiguas.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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