Curso XXXV - Enseñanza 6: Vel y Aphel

En la Gruta de los Juicios está guardado el Libro de Todos los Tiempos, que nunca ha podido leer mortal alguno.
Es un libro que ni el agua daña, ni el fuego quema, ni ha podido el tiempo borrar sus caracteres.
Vigilan la entrada de la Gruta cuatro Caballeros bien pertrechados con flameantes espadas, yelmos alados, corazas plateadas y duros escudos.
Pero IHS, el Hijo de la Llama, ha penetrado allí.
Por mucho tiempo no volverá el Viandante a vislumbrar el fuego de la Madre Divina.
Al cruce del paso de Abhayagiri, en las montañas de Sumerú, se levanta una puerta de hierro.
Tres fieras terribles custodian su entrada.
Aquél que no quiera ser devorado por ellas, tendrá que ceñirse el cinto con el Cordón Sagrado, descalzarse y quebrar el Bastón de Avellano.
Tocará, entonces, para él, la campana de Vihara, y la puerta se abrirá al toque de la mano del Peregrino.
Y al cuarto día se encontró el Viandante al borde del camino que se bifurca.
Uno se llama Vel y el otro, Aphel.
El primero sube rápidamente por el escarpado, custodiado por un Águila de Oro hasta la Cumbre del Monte.
El segundo, sembrado de cortantes piedrecillas multicolores, baja hasta el borde del Abismo, y asciende después lentamente, en caracol, la pendiente, también hasta la cima.
Es indispensable elegir uno u otro Sendero.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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