Curso XXX - Enseñanza 3: Concepto de la Filosofía del Ser y del No Ser
La Filosofía del Ser y del No Ser es la expresión pura de la idea abstracta de la Raza Aria.
Esta Filosofía se basa, como ley fundamental, en la idea de la Unidad Absoluta.
La Manifestación es ilusoria; es un juego de luces que filtra a través de la red del no conocimiento y que produce la ilusión de la existencia.
Lo único verdadero es lo Eterno, lo Inmanifestado, el Siempre Existente Espíritu. Fuera de Él todo es ilusión.
Si bien estos Filósofos reconocen que es imposible discurrir sobre lo Inmanifestado, buscan de definirlo a través de afirmaciones negativas, formando así un concepto de lo Inmanifestado como expresión de una única realidad.
Esta realidad lo es todo. El alma misma no es otra cosa que lo Eterno. No existen almas individuales; enseguida que se quita, a través de la Realización Absoluta, la red de la ilusión, desaparece la idea de la separatividad y sólo existe lo Eterno.
Por consiguiente, estos Filósofos negaban discurrir sobre la Manifestación, procurando sólo discurrir cómo alcanzar la Realización.
De un modo diferente de cómo filosofaron después los continuadores de esta doctrina, que afirmaban, puerilmente, ser la Manifestación un juego de Dios, ellos se negaban a filosofar sobre ésto, diciendo que únicamente lo Eterno podía conocer el porqué de la Manifestación.
Los postulados de esta Filosofía son: Todo es ilusión; lo Eterno es la Única Verdad; el conocimiento de esta Única Verdad es la idea básica del logro de la liberación.
Para llegar a esta Idea Única, era necesario que el Filósofo se desprendiera de las demás ideas y, a este alto estado mental, llegaba por etapas.
La primera etapa consistía en hacer conocer al estudiante el valor del pensamiento. Todos los pensamientos son malos, pero el pensamiento en sí es bueno. Los pensamientos múltiples son obstáculos, pero un pensamiento puede ser la base de la liberación.
Todo es, en el Universo, lo Eterno y lo Ilusorio.
El dominio del pensamiento y la conquista de la Idea Única, es lo que hace que el alma se reintegre a la Esencia Primaria.
El estudiante ha de saber que “Tú no eres tú” sino “Tú eres Aquello”; primero lo dirás, luego lo sentirás, después lo comprenderás y finalmente lo serás.
Este modo de pensar hacía que el estudiante rechazara todo pensamiento inútil; al mismo tiempo le hacía caer en el error de descuidar el estudio de las ciencias naturales; pero adquiría una claridad mental extraordinaria; sabía analizar cada pensamiento y explicar su valor. No había rincón mental no conocido por él.
En la segunda etapa de estudio, estos estudiantes procuraban fortalecer el concepto de la Idea Única: el pensamiento de que, después de la gran renuncia mental, ellos eran parte integral de Dios.
Para afirmar esta Idea Única, tenían formada toda una teología sobre el valor Eterno de la Idea Única.
Esta filosofía, así expuesta, alejaba extraordinariamente a sus seguidores del mundo de la realidad.
En la tercera etapa, el estudiante ya no se consideraba como tal, sino como un ser que había alcanzado la Realización.
La idea de lo Absoluto llenaba toda su mente y todo su ser y nada existía para él fuera de Esto.