Curso XXV - Enseñanza 4: Isidoro de Sevilla y sus Familiares

La vida de los Iniciados intrínsecamente no puede ser conocida en su ubicación histórica y geográfica sino sabiendo la misión característica y estratégica que han desempeñado.
La misión de Isidoro de Sevilla es peculiar y extraordinaria. Hereda intacta la fe cristiana sobre la divinidad de Jesús Cristo y sintetiza, en párrafos breves, toda la sabiduría antigua en sus “Etimologías”, legando a la posterioridad cristiana una brújula de orientación científica. Sin embargo, el cristianismo godo es la afirmación absoluta de la religión sobre la cultura y la ciencia.
En el siglo IV un denso velo se extiende sobre toda Europa. Las continuas invasiones de los bárbaros hacen que los seres tengan que luchar para salvar sus vidas y subsistencias, perdiéndose el verdadero sentido de los valores históricos.
Isidoro procura salvar entre tantas ruinas el tesoro de la ciencia, adaptándola a las posibilidades y creencias cristianas.
Además, la misión de la familia de Isidoro es igualmente importante. Se puede decir que Leandro es el defensor de la fe e Isidoro de la ciencia cristiana.
El padre, de procedencia grecorromana, había emigrado por razones políticas desde Cartagena a Sevilla. La madre era de estirpe visigoda; por eso, arriana convertida al catolicismo. De este matrimonio nacieron Leandro, Fulgencio, Florentina e Isidoro.
Dentro de esta familia cristiana estaba el problema palpitante de la época. El padre, católico, defiende la divinidad de Jesús Cristo y la madre, arriana, procura atenuar y humanizar esa divinidad.
Si el cristianismo perdía el valor de la divinidad, basado en Cristo, hubiera perdido toda posibilidad de subsistir. La religión subsiste, únicamente, si su origen es divino y no humano.
Leandro, el mayor de ellos, comprende la importancia definitiva de esta cuestión. Por eso defiende dentro de la casa el dogma católico, conquistando a la madre.
Aquél que es buen organizador dentro de su casa puede intentar organizar a un pueblo. Y eso es lo que hace Leandro como monje, como sacerdote, como obispo y como teólogo cristiano. La lucha es ardua y dura; él comprende que es lucha de vida o muerte y que para definirla sobre la tierra necesita el auxilio de la política.
Los reyes visigodos son arrianos. Por eso él sostiene al rebelde Hermenegildo en contra de su padre, ya que aquél es católico. Sabe que Hermenegildo, políticamente no tiene razón; pero es católico y basta. Soporta con él los sufrimientos y el destierro y, cuando es asesinado en la cárcel lo proclama mártir. Sostiene a su hermano Fulgencio y a su hermana Florentina, de carácter más débil y, después de la muerte del rey Leovigildo, convierte a Recadero, su hijo, en nuevo rey.
El catolicismo está a salvo; la divinidad de Jesús Cristo está asegurada, su obra cumplida. Pero durante estas luchas la ciencia decae.
El más pequeño de la familia, Isidoro, educado por Leandro, después de la muerte de éste recibe el palio episcopal, una fe intacta y un porvenir católico asegurado. Pero el fanatismo y la ignorancia han destruido y devastado la antigua ciencia; su obra es recoger los fragmentos de ésta, darle un viso cristiano y legarla a la posteridad.
Procura desarrollar todas las ciencias en sus “Etimologías”, pero no tiene éxito en su intento. Al sintetizarlas les quita su valor real; no hay allí una regla verdadera sino un guión hacia la regla misma, como si le dijese al viandante del medioevo: mira, aquí hay una posibilidad, escudriña y podrás encontrar.
Las “Etimologías” tocan todas las ciencias: la literatura, la filosofía, las matemáticas, la medicina -a la cual estaba muy aficionado-, la física y otras. Además de sabio, Isidoro era un hombre santo. Vivía en aquellos siglos en los cuales el Obispo era un monje entre los monjes, un padre entre sus hijos y un pastor entre su rebaño. La muerte no lo encontró durmiendo. De pie, valientemente, se hizo llevar por sus frailes ante el altar para morir adorando al Señor que había reconocido sobre toda su vida.
Murió Isidoro en año 636 y su obra sirvió durante mil años para guiar, no sólo a la Iglesia de España, sino a toda la Iglesia, hacia el saber.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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